Amante Fiel

CAPÍTULO FINAL

Ethan

Me encontraba sentado en el alfeizar de la ventana que daba a la terraza de mi habitación con la mirada fija en el jardín. Contemplaba todo sin ver nada en concreto. Solo era consciente de algunas cosas:

1-Mis comidas reposaban intactas en las charolas de plata a mi izquierda. Tanto la de la mañana como la de mitad del día pero seguía sin tener hambre.

2-El caliente sol de verano hoy no se había hecho presente. Era extraño que lo notara pero de alguna forma parecía un día frio como los de invierno y sin color como una gastada hoja de periódico. De ser posible, diría que desprovisto de emoción, muy similar a mi estado de ánimo.

3-Por más que lo intentaba no podía desaparecer la pesadez e inminente sensación de querer saltarme este día, de que algo iría mal. « ¿Presagio, le llaman? »

Resulta que luego de mi breve momento de molestia aquel día en el hotel me di cuenta de que había sido una reacción desmedida y que además era absurdo.

Toda la situación lo era.

Volví a tener el control de mis emociones y me dije a mi mismo que volvería, tenía que volver.

Todo esto era una fase, etapa o algo parecido. Alba me amaba y volvería para estar conmigo, a mi lado, estaba seguro de ello.

Sí, eso era lo que me decía todos los días al levantarme y antes de irme a dormir.

Yo estaba bien, todo estaba bien. Esperaba pacientemente el momento en el que Alba recapacitara y volviera, porque lo haría. Estaba convencido de eso. Gracias a ello, a ese pensamiento en especial y convicción, había podido seguir y es así como estaba aquí.

Solo que hoy precisamente no era un buen día. Hoy se cumplía un mes exacto desde que se fue.

Treinta días.

Habían pasado cuatro semanas enteras sin saber nada de ella y ¡vamos! me mantenía positivo pero hoy simplemente necesitaba dejar toda fachada, sonrisas fingidas y permitirme sentir... lo que desde luego fue una mala idea.

Y lo supe muy tarde.

El tranquilo como abrumador silencio que me envolvía se vio desecho por el sonido de un celular, lo que me molestaba. No quería nada interfiriendo en mi día de no hacer nada pero luego...

Me percaté de que el sonido se oía muy cerca, demasiado, « ¿por qué demonios nadie lo cogía? ».

Claro, porque era el mío.

El poco interés con que lo tomé para apagarlo se transformó de inmediato al ver que era un número no registrado y el código era internacional...

- ¡ALBA, MI AMOR! -chillé eufórico- ¿Qué has hecho? ¿Cómo has estado? - «pero que idiota» pensé. Estaba ignorando la pregunta más importante- ¿Cuando vuelves?... porque vas a volver, ¿verdad? pero claro que lo harás por eso estas llamando -me golpeé la frente reprobatoriamente, me estaba comportando como si igual no supiese que este día llegaría- ¿acaso ya vienes de camino? ¿Quieres que vaya a por ti? -volví a reprenderme mentalmente cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo- Que tonto soy... lo siento, es... es solo... la emoción, ya sabes-respiré e intente calmarme- ahora sí, puedes hablar pequeña. -le insté.

Pero Alba no respondió...

-Eh... soy... soy yo -una titubeante voz masculina y ¿llorosa? - David...-confirmó aunque ya lo había reconocido- eh... Alba, bueno ella... falleció...

...y ya nunca lo haría.

- ¿Eh? -pude pronunciar luego de lo que me pareció una eternidad.

-Yo... yo siento tener que decirlo por aquí pero... eh... ella ya no resistió...

Una opresión desconocida me maltrataba el pecho... me dificultaba la respiración como nunca antes. Y me llevé una mano al lugar tratando de encontrar el aire pero de pronto fue inútil... era... era desesperante « ¿que era esto? » me cuestioné por la sensación tan desconocida.

- ¿No resistió? ¿El qué? -creo haber repetido, ya no era consciente de nada.

« ¿Estaba teniendo una pesadilla?»

¡Joder!, quería que parara. Necesitaba que terminara...

-Ella estaba sufriendo mucho y... estaba tan... débil... solo no pudo más... -la voz, sonaba tan triste, afligida y... real

Mi ángel había vuelto al lugar que pertenecía.

Ahora estaba en... ¿el cielo?

Una sensación de nostalgia inmensa me abrasó de una forma indescriptible. No supe cuándo pero mis sentidos se habían nublado, ¿o era mi visión?

Llevé una mano a mis mejillas y ojos, me sorprendió la humedad que encontré en ellos, « ¿acaso estaba llorando? »

Nunca había tenido un sueño tan vivido y no quería... no me estaba gustando... «¿Por qué no podía respirar? ¿Po que sentía tanto dolor? Solo era una pesadilla... ¿o no? »

-Yo... no estoy entendiendo nada, ¿Cómo que sufría? ¿Por qué?

Imágenes de Alba sonriéndome, acariciándome y diciéndome lo mucho que me quería llegaron a mi mente y tuve que presionar mi cabeza con fuerza.

Dolía.

« ¿Por qué dolía así? ¿Dónde estaba que podía sentir tanto dolor? No quería estar allí...»

-Estaba enferma... y ella te estaba extrañando... mucho... la reducía no solo las dolencias de su estado, también el dejarte como lo hizo -recalcó y sentí otra jodida punzada.

«Que sepas que si era una prueba... un mes es lo que puedo vivir sin ti»

Esa frase... yo se la había dicho...

El recuerdo de la navidad pasada en que la sorprendí al llegar del crucero me invadió... ella se había puesto tan feliz y saltó sobre mí con una emoción y euforia desmesurada que yo me sentí tan... completo. No me esperaba ese recibimiento pero me gustó tanto... Solo que en ese momento sentí calor, su recibimiento fue... extremadamente cálido pero ahora solo percibía frío glacial... como un cascaron vacío, como te sientes cuando no tienes nada por dentro, cuando te arrancan todo de un momento a otro.

«Un mes es lo que puedo vivir sin ti »... repetí en mi mente tratando de encontrar el sentido a lo que estaba sintiendo.

¿Estaría viviendo un déjà vu porque hace un mes que no la veía? ¿Era esta la forma en que mi cerebro me gritaba cuanto la necesitaba?




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