Amante Silenciosa

CAPITULO CINCO

¡Había llegado el gran día! Flores, regalos y decoraciones por doquier. Las damas de honor emocionadas por verse el maquillaje, las ancianas queriendo en todo ayudar. Las vecinas criticando. Miley coqueteando con cada chico guapo que veía. Euny estaba en la puerta de la habitación de su mejor amigo, tenía rato recostada en el marco observándolo. Él miraba por la ventana, ajeno y distraído de todo lo qué lo rodeaba.

— Créeme, escaparte por la ventana, no es la solución. Aunque Aún está ahí abajo el camión de la basura. Puedo hacer que te confundan con un saco de mierda y te escapes en él. Le dijo bromeando.

Él se giró sonriente, acercándose a dónde ella estaba.

— ¡Wao! Deberías bañarte más seguido, estás hermosa, enana.

— Ja, ja, ¡ja! Si estar bien vestida con la cabeza enrolada y a medio maquillar es tu definición de estar hermosa, Patricia no tendrá nada de que preocuparse cuándo la veas despertarse en las mañanas. Lo vio volver a girarse hacia la ventana desanimado, y le preocupó.

— ¿Estás bien, mi ángel? Le preguntó, acercándose a él.

— Sí. Solamente estoy nervioso y apurado porque todo esto acabe. Casarse es agotador.

— Todo va a salir bien. Tendrás una boda estupenda, inolvidable. Además, dicen los divorciados que es normal estar nervioso el día en que uno decide joderse por completo la vida.

— Ja, ja, ja, Bendita seas, bruja.

—   Así me gusta. Necesitaba esa sonrisa.

Se abrazaron. Un abrazo cálido, lleno de afecto sincero.

 

— Gracias por todo lo que has hecho y haces por mí, enana. Eres una bendición en mi vida. Deseo que algún día encuentres alguien qué te haga inmensamente feliz. Y más le vale que lo haga, tengo un arma sin usar.

—   No hay nada que agradecer. Ahora vamos a terminar de prepararnos, no retrasemos más tu ingreso a la guillotina. Se separaron de aquel abrazo, mirándose unos segundos.

— Por cierto, vine para darte tu regalo. Le entregó una bolsa de regalo.

— ¿Puedo abrirlo ahora?

— Esa es la idea, tonto.

Abrió la bolsa y saco un libro. En ese momento recordó que al inicio de su amistad él le había pedido que ella escribiera algo para él. A leer el título, se humedecieron sus ojos. “La amante Silenciosa”.

 Ella había escrito en aquel libro lo mejor de sí misma, todo lo que sentía por él, sentía que no merecía tanto de ella.

—   Lo siento. Le dijo, mientras dos lágrimas bajaban por sus mejillas. Ella se le acercó triste, tomo sus manos y le dijo:

— Hey! Por favor mi ángel, no llores. No es tu culpa, algunas veces no podemos elegir a quien amar y, está bien. He tenido lo mejor de ti, eres mi mejor amigo, mi confidente, mi apoyo. No quiero que dudes ni un solo momento de que estoy agradecida y satisfecha de lo que hemos creado, una amistad sin igual. Cuando leas el libro entenderás el verdadero significado de mis sentimientos y lo feliz de una forma u otra que he sido. Comprenderás el propósito por el que el Mesiah, nos puso en el camino. Te amo con el alma; estoy orgullosa de ser tu mejor amiga, eso no cambiará.

— Te quiero mucho son demasiado, enana, ¿lo sabes?

— Lo sé y eso basta. Se nos hará tarde, debo irme. Nos vemos luego, seré la que estará atenta a tu mirada, por si decides escapar.

Le dio un beso en la frente, le acarició las mejillas limpiando así las señales de aquellas lágrimas. Cuando estaba cerrando la puerta para marcharse, él le preguntó:

 

— ¿Estarás bien, mi amante silenciosa?

—   Siempre hecho todo lo posible por estarlo. Sé feliz, mi ángel.

 

Tres horas más tarde, Euny entregaba a su fiel amigo al altar. Estuvo sonriéndole desde el principio hasta el final. Sabía qué él le preocupaba lo que ella podía estar sintiendo, así que en cada sonrisa y mirada le indicaba con sinceridad que estaba bien. Y en verdad, lo estaba. Le había regalado a su amigo una boda maravillosa, ver su cara de felicidad, sus ojos cargados de alegría, los abrazos, la gratitud en cada gesto; fueron el pago de tanto trabajo, la señal que todo salió bien. Él estaba feliz, por lo tanto, ella también. Ella era parte de su felicidad, no cómo quería, sino como le correspondía. Estaba agradecida por eso.

Risas, bailes, juegos y anécdotas se escuchaban en la fiesta. Todos estaban disfrutando contentos y felices. El karaoke era el evento final de aquella velada. Cada uno cantaba su canción. Unos entonaban, otros no tanto.

—¿Vas a cantar? Le preguntó Roswell.

—No te daré el gusto de burlarte de mi voz. Le contestó en broma.

—Vamos, sabes que aparte de escribir, cantar bonito es otro de tus dones. Por favor, ¡no seas cruel y límpianos los tímpanos!!!

—¡Ja, ja, ja!  Idiota.

—Tan bella, por eso te quiero. Se acercó al DJ, para pedirle la canción que quería cantar. Pensó que su libro necesitaba una canción que le hiciera justicia, tomó el micrófono, lo miró y empezó cantar.

 

Letras de Amo canción de AXEL

 

♪♫ Amo lo que veo y lo que ocultas.

Amo lo que muestras o insinúas.

Amo lo que eres o imagino.

Te amo en lo ajeno y lo que es mío.

Amo lo que entregas, lo que escondes.

Amo tus preguntas, tus respuestas, yo amo tus dudas y certezas, te amo en lo simple y lo compleja ♪♫

♪♫ Y amo lo que dices, lo que callas.

Amo tus recuerdos, tus olvidos.

Amo tus olores, tus fragancias.

Te amo en el beso y la distancia.

Y amo lo que amas, yo te amo por amor sin doble filo.

Te amo y si pudiera no amarte Sé que te amaría aún lo mismo ♪♫

♪♫ Y amo lo que amas, yo te amo por amor al dar lo mío.

Te amo con orgullo de quererte, porque para amarte yo he nacido




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