Amantes en Silencio

Capítulo Vl

Había pasado una semana desde el enfrentamiento de Sabrina y su casi muerte, y ella agradeció poder estar un tiempo en descanso, no solo para sanar sus heridas, también para procesar lo que Ángelo le había dicho.

Según las palabras de Ángelo, Lilith le había tendido una trampa. Al parecer ninguno de ellos había tomado en serio la prueba que Sabrina iba a enfrentar, pues Ángelo solo quería tener una escusa para hablar y pasar tiempo con Lilith, y Lilith solo quería captar la atención de Ángelo para que no descubriera que los De Luca y los Winters estaban en proceso de unirse.

Al escuchar eso Sabrina solo pensó en algo, en lo estúpida que debió verse, y lo tonta que era al no lograr ver más allá de Ángelo y Lilith.

Ángelo, aunque parecía una persona hábil en las negociaciones y un mujeriego de primera, su verdad era ser un perro atado a Lilith, quién solo lo buscaba cuándo quería algo. Al final Ángelo se enteró de eso de la boca propia Lilith, quién le apuntó con una pistola en señal de cortar los lazos de marena definitiva.

Sabrina suspiró para sus adentros y juró que ella no se enamoraría de manera ciega y loca cómo Ángelo.

Ella aprovechó el tiempo que tenía de descanso para encontrarse en secreto con Darius, y después de hablarle del punto débil del líder de los Moretti, Darius ideo un plan dónde Sabrina debía apuntar a otra dirección, no solo debía obtener la confianza completa de Angelo, sino también debía hacerse un lugar en su corazón. A Sabrina no le gusta para nada meter los sentimientos en trabajos cómo lo era una infiltración, pero Darius, su líder, había sido claro en decir que debía aprovechar todo lo que estaba en sus manos para ganar, incluso sí eso requería ser vendida al enemigo.

*****

Lunes por la mañana Sabrina volvió a su puesto de trabajo cómo siempre. A las cinco y cuarto estaba afuera de la puerta de su jefe junto con sus compañeros, y a las siete ya está parada al lado de Moretti quién está sentado en su escritorio, eso sí Ángelo se encontraba un tanto distraído.

No sería sorprendente que estuviera distraído por la traición de Lilith incluso un mes después.

Sabrina había entendido que si debía hacerse un lugar en el corazón de Angelo lo haría con su cuerpo, ella odiaba finjir sentimientos románticos y más en crear todo un diálogo con un escenario bonito.

Ponerse pantalones apretados, una camisa más transparente y un poco de perfume, era todo lo que Sabrina haría. Ella era demasiado orgullosa para rogar y seducir de manera coqueta, pero no era lo suficientemente romántica para idear actos cómo aparecían en novelas de romance.

Sabrina sabía que el señor Moretti no caería así de simple, así que solo lo hacía para que Darius dejara de insistir en eso y viera que ella no podía con ese trabajo, ella podía hacer muchas cosas peligrosas y que requerían fuerza, y si Darius y los demás querían a una infiltrada más "íntima" podían mandar a sus mejores agentes del arte de seducción.

La hora de la cena llegó y Ángelo decidió cenar en su mansión, algo común desde que se enfrentó a los De Luca, pero raro para Sabrina que siempre debía acompañar a su jefe a restaurantes lujosos y escoltar a citas de una noche.

Sabrina tomó la bandeja de comida de la sirvienta, viendo que tenía dificultades en sostener por un corte en su dedo medio. Sabrina se acercó a Ángelo, puso la bandeja en la mesa y se levanto con más lentitud. Si ella no tuviera buena concentración no se hubiera dado cuenta que mientras se acercaba a Ángelo, él parecía ponerse más nervioso al ver su camisa un poco abierta.

Sabrina no se demoró más y se dirigió a su lugar, la esquina derecha de la puerta del comedor, pero Ángelo llamó su nombre y la invitó a cenar.

Sabrina solo pensó que este Angelo renovado era muy extraño

Durante la cena, Sabrina y Ángelo se sentaron frente a frente. Ambos permaneciendo en silencio, escuchando el suave murmullo del agua de la fuente en el jardín cercano.

El ambiente era tenso para Moretti, pero Sabrina solo tomó sus cubiertos y su vaso de agua.

Para romper el hielo, Ángelo tomó un sorbo de su vino y preguntó..

—¿Te gustaría un poco de conversación ligera?

Sabrina levantó una ceja, intrigada.

—¿Conversación ligera? —preguntó con duda, pero al ver incomodidad en Ángelo, dejó pasar la pregunta —¿Qué tienes en mente?

Antes de responder Ángelo dudo.

—Preguntas sencillas para conocernos mejor. Cómo por ejemplo... —lo pensó un segundo— ¿tienes novio? —La pregunta quedó flotando en el aire, causando una ligera incomodidad en Sabrina.

Sabrina dejó su tenedor y se inclinó hacia adelante, sosteniendo la mirada de Angelo.

—No, no tengo novio —respondió, pero no repitió la pregunta, negándose a participar en esa conversación absurda y rara.

Ángelo soltó una carcajada suave, y sacudiendo la cabeza, observó como Sabrina volvía a prestarle atención a su plato.

Esa carcajada había sonado fuera de lugar.

—No me sorprende. Yo estoy igual que tú.

Sabrina levantó la mirada y alzó una ceja en señal de pregunta.

—He decidido tomarme un descanso de las relaciones serias —finalizo Ángelo, de manera desinteresada.

La conversación continuó con preguntas sobre sus pasatiempos, gustos y experiencias de vida. Para sorpresa de Sabrina, que participada de manera desinteresada y respondía de manera corta y concisa, Ángelo resultó ser una compañía bastante agradable cuándo no estaba envuelto en negocios turbios, además que no la presionaba para decir algo que evitaba responder ni indagaba en más cosas personales.

Después de la cena, Moretti se retiró a su habitación y Sabrina, terminando sus obligaciones, decide tomar prestada la alberca del jardín trasero, una rutina de sus lunes pesados y aburridos que no dejaría y más en un día caluroso cómo ese. Caminó hacía el jardín trasero, y asegurándose de que no hubiera nadie a la vista se desnudó por completo y con un chapoteo se sumergió en la fría alberca.




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