Amantes en Silencio

capítulo Vlll

Dimitri era el típico hombre grande y alegre, a pesar de su altura de un metro noventa, rasgos fuertes y una voz profunda, su sonrisa encantadora y accesible le hacía parecer un oso protector, eso sí, parecía más joven de lo que Sabrina se imaginaba en un hombre de negocios.

Al acercarse a Dimitri, Ángelo le tendió la mano y Dimitri la recibió con una sonrisa amplia.

—Noch' prekrasna

Fue lo primero que escucho Sabrina al estar cara a cara con Dimitri.

—Dimitri, es un placer verte —respondió Ángelo, devolviendo el abrazo—. Permítame presentarle a Isabella, mi acompañante.

Dimitri dirigió su mirada hacía Sabrina, y sus ojos la recorrieron con evidencia.

—Es un placer, ledi — dijo, tomando su mano y besándola suavemente— Ángelo, ona krasiveye, chem ya dumal.

Sabrina asintió educadamente, sintiendo la intensidad de la mirada de Dimitri.

—El placer es mío, señor Dimitri.

Ángelo observó la interacción y sus ojos se afilaron por unos instantes, y segundos después se aclaró la garganta llamando la atención de Sabrina y Dimitri.

—Isabella, podría traernos una copa de vino —dijo Ángelo.

Sabrina asintió y se dirigió a la mesa de los aperitivos. Se recordó que después agradecería a Ángelo por dejarla salir de ese incómodo lugar.

Ángelo observó como Sabrina se perdía entré las personas que están en el salón y su corazón no pudo evitar enfriarse pues sentía algo incómodo en su pecho.

Ángelo dirigió una afilada mirada a Dimitri.

—¿Qué tratas de jugar? —preguntó.

Dimitri siguió con la mirada como la figura de Sabrina parecía ocultarse de sus ojos.

—No trato de jugar nada —contestó Dimitri con una sonrisa, sin dignarse a mirar los ojos de Ángelo.

—Sabes porque estoy aquí.

—Lo sé, pero hoy no Ángelo, hoy no

Ángelo apretó los puños en un intento de calmar su enojo.

—Dimitri, no tengo tiempo para seguir tus juegos. Las horas que me que dan son contadas.

Dimitri volteó su mirada hacía Ángelo, agrandó su sonrisa y cerró los ojos.

—Pero yo si las tengo —y encogió sus hombros restándole importancia.

*****

Sabrina aguardaba en espera de que su turno llegara, para que el bartender la atendiera, no estaba apurada pero tampoco quería retrasarse y perder información importante de la conversación entre Ángelo y Dimitri.

Sabrina observo que la joven, que estaba delante de ella, se retiraba, y sin esperar avanzó hasta el bartender, pero antes de pedir su pedido, sintió una mano en sus caderas de manera irrespetuosa. Sabrina, aúnque siempre siguió las reglas de: "piensa antes de actuar", para esos tipos de casos ni ella misma podía aplicar su regla y menos controlar su carácter.

Sabrina iba a golpear a esa persona que la había tocado, no importaba quién fuera, claro si no ubiera notado algo raro, o mejor dicho esa señal. Con la mirada sutil pudo ver como la chica que la había tocado iba en dirección de los baños. Sabrina, sin dejar pasar tiempo, fue en la misma dirección que la mujer. Al llegar se colocó al frente de los espejos, la más cercana a la salida, y saco su pintalabios.

Cómo Sabrina esperaba, la misma chica que la había tocado salió de uno de los cubículos. Llevaba un vestido seductor pero totalmente cubierto. La chica sin importarle la mirada insistente de Sabrina, se lavo las manos con calma y después saco de su cartera una pequeña botella del tamaño de su pulgar. La colocó a un costado junto con una nota y sin esperar nada se retiró con calma.

Sabrina sujeto la pequeña botella al mismo tiempo que la nota, la desdobló y leyó con atención.

Al terminarla de leer ella alzó su mirada y apretó la botella con decisión. Ya era momento, se dijo.

*****

Cuándo Sabrina llegó a lado de Ángelo, sintió cómo la tensión se apagaba, como si nunca estuviera. Dimitri miró con más curiosidad a Sabrina al percatarse de eso.

Sabrina entregó las copas, y sin esperar el brindis le dió una corta bebida al vodkas. Al contrario, Ángelo y Dimitri si brindaron con una sonrisa, una fingida de parte de Ángelo y otra divertida de Dimitri.

—Isabella, justo conversábamos de ti —soltó de repente Dimitri.

Sabrina frunció el ceño.

Dimitri solo sonrió, bajó la voz y cómo si gruñera contestó un:

—De lo deslumbrante que te ves esta noche —respondió Dimitri, guiándolos hacia una mesa apartada en la terraza—. Pero, cómo le preguntaba a Ángelo, ¿cómo terminaste trabajando para él?

Dimitri siguió prestándole atención a Sabrina, sin la intención de sentir la mirada cada vez más enojada de Ángelo.

—La historia es simple señor Dimitri, por dinero.

Dimitri se quedó calló unos segundos, antes de soltar una carcajada.

—Me gusta tu humor —Dimitri colocó su mano derecha en el hombro de Sabrina.

Sabrina no se molestó en contradecirlo ni en quitar su mano, eso sí, su mirada se dirigió a la mano es su hombro con frialdad.

—Dimitri, creo que deberíamos centrarnos en los negocios —dijo Ángelo con voz tensa.

Sabrina no se sorprendió de la ira contenida de Ángelo, cualquiera estaría enojado si su cliente se centrara más en coquetear con su acompañante que en prestar atención al motivo de la reunión.

Dimitri alzó las manos arriba, cómo si dijera "me atrapaste" o algo parecido.

—Solo estamos conversando, ¿verdad? —preguntó Dimitri de manera juguetona.

Al márgen de la situación, Ángelo observaba la escena con sus ojos oscuros y con su cuerpo tenso. Algo dentro de él quería salir, y no para algo bueno.

Cuándo Dimitri quiso portarse cercano otra vez al intentar tocar su cabeza, Sabrina retrocedió, sin ocultar su actitud incómoda.

—Por favor mantenga la distancia, señor Dimitri.

Dimitri viendo los dos pares de ojos, con resignación decidió centrarse al negoció.

La conversación fluyó de manera tranquila, con Ángelo y Dimitri discutiendo detalles de un nuevo hotel en las Vegas. Sabrina se mantuvo en silencio, observando y escuchando atentamente, aunque un tanto decepcionada al no escuchar nada importante que necesitaba saber. Sus sospechas de que Ángelo ya sabía, o al menos sospechaba, que ella era una infiltrará, aumentaron.




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