Amar a ley

CAPITULO III. EL TURQUESA INFINITO DE SUS OJOS...

CAPITULO III

EL TURQUESA INFINITO DE SUS OJOS…

 

Ya de mañana y con todo el peso de los nervios sobre mis hombros, habíamos decidido con Alessa que no dejaría de trabajar en la cafetería, no hasta asegurarme el puesto en la firma de abogados, tenía demasiadas cuentas que pagar y hasta que me dieran la primera liquidación pasaría mucho tiempo y no podía quedarme sin ingresos, ya que con los niños tenia gastos fijos semanales.
Entre corridas,  despierto a mis niños y les preparo el desayuno, cuando el  timbre suena y corro a atender sabiendo que Alessa venía a buscarlos para llevarlos al colegio. _aun no estas lista – me regaña y yo sigo corriendo de la cocina al cuarto de los niños preparando sus cosas para que lleven al colegio
_ya tengo todo listo- le digo tomando un sorbo de café._ si quieres sírvete- le digo señalando la cafetera al ver el deseo en de cafeína en sus ojos

Me dirijo a mi cuarto y rápido me doy una ducha, me coloco alrededor de mi cuerpo la toalla y salgo del baño para comenzar a alistarme. Me pongo el vestido nuevo, es serio y fino, pero a la vez sexy, me calza perfecto al cuerpo, me miro frente al espejo colocando mis manos en mi cintura, aun no decido si llevar mi cabello suelto o recogido, lo tomo, lo envuelvo y lo vuelvo a soltar, aun frente al espejo, pues no me convence. Cuando por fin me decido en llevarlo todo de costado marcando mis ondas, me coloco mis aretes y retoco mi maquillaje, rímel, delineador y colores nude con un poco de brillo labial, no mucho, sencilla pero sexy. Por fin salgo del dormitorio tomando la chaqueta que traía haciendo juego con el vestido, toda la preparación me tomo 20 minutos, me fijo en el reloj de la cocina y estoy con tiempo de sobra por lo que me relajo dando un suspiro
_Y…como me veo?- Le pregunte a Alessa que me miraba boquiabierta 
_dios bendito! Estas increíble
_vamos, no bromees, ¿estoy bien?- ella seguía mirándome estática
_decir que estas bien no te hace justicia
_que graciosa. – volví a suspirar      
Alessa se aproximó hacia mí para verme más de cerca, acomodo un mechón de mi cabello
_nunca tuve dudes. - Dijo con melancolía
_de qué?- Le pregunte
_de lo bella que eres amiga…sigo sin entender porque nunca tuviste pareja.
_nunca tuve tiempo para eso y lo sabes- Recordar todas las responsabilidades que tuve desde antes  de hacerme cargo de mis sobrinos fue un balde de agua fría, mi padre había muerto cuando yo era pequeña y pese a que mi hermano era el mayor que yo, comencé a trabajar a los 14, tenía que ayudar de alguna manera a mi madre y colaborar para poner el pan en la mesa. Se suponía, que mi hermano al terminar sus estudios nos ayudaría, pero el formo  su propia familia por lo que esa ayuda jamás llego. Mi madre era demasiado orgullosa por lo que por más que él hubiera querido ayudarnos tampoco lo habría aceptado. Más allá de eso y de todas las complicaciones de la vida cotidiana, los tres siempre fuimos muy unidos, él era mi protector, a falta de una imagen paterna, él era mi héroe. Verlo convertido en padre fue maravilloso, ver como se le iluminaban esos ojos color café cada vez que tenía en brazos a Jackson o cuando mi cuñada le dijo que tendrían una niña, era un gran hombre y un mejor padre, formo esa familia que tanto nos había hecho falta a ambos. En mis estudios siempre fui sobresaliente, pero no porque fuera dotada sino porque me pasaba las tardes entre libros. 
Jamás salí a fiestas, jamás tuve novio, por lo que jamás me enamore.
_te menos precias demasiado, eres la mujer ideal para cualquier hombre. Bella, inteligente, independiente y graciosa…el combo completo- La voz de Alessa me trajo de nuevo de mi ensoñación 
_te olvidas de algo- Le dije señalando la foto de mis niños adherida en la heladera.
_ellos no son ningún impedimento.
_vamos Ale! No cualquier hombre me querría. Los buenos hombres quieren mujeres para formar familias no desean a mujeres que ya la tengan a cargo.         
_te equivocas, si no, no existirían las familias ensambladas – tomo sus llaves – vamos yo te llevo.
Salimos juntas y nos dirigimos al centro de Seattle, baje del carro y camine dos calles hasta llegar al lugar, el edificio se erguía prominente frente a mí. Las puertas se abrieron automáticamente dándome el paso, el lujo rodeaba el lugar, el bufete Ludwing & asociados era el más importante y prestigioso no solo de la ciudad sino del país, manejaban asuntos legales de empresas nacionales e internacionales, tomaban casos a pro bono y eran famosos por especializarse en lo penal, todo vestían de traje muy característico de los abogados _solo respira Bri, tu puedes hacerlo- me dije muy despacio para que nadie lograra oírme. Tenía que mantener la templanza y mostrar madurez, era inteligente y capaz, había estudiado leyes más allá de no haber terminado mis estudios, pero era una meta que pronto realizaría,  tome valor y me dirigí a la recepcionista para anunciarme, la muchacha era bella fina y elegante, a la altura del status del lugar, no dejaba de pensar en lo desencajada y fuera de lugar que me sentía. Pero eso no era importante, si les agradaba podría cambiar nuestra vida de una forma positiva y radical. Mejores especialistas para Jackson, mejores escuelas y niñera, hasta quizás comprarnos una casa más grande en los suburbios, cerca de un parque para llevar a los niños a jugar, podrían tener amigos, entre tantas cosas, todo me llevaba a cosas positivas, pero solo tenía que pasar la entrevista.   
_buenos días, mi nombre es Brianna Winnick. Tengo una entrevista con el sr Aiden Ludwing. La muchacha levanto su mirada y con una sonrisa sobria escribió mi nombre en su computadora. Me entrego el pase de visitante y me indico a que piso tenía que ir para hablar primero con la directora de recursos humanos.
Camine con prisa más allá que había llegado con tiempo mi ansiedad era tal que quería hacer esto de forma rápida. 




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