Amar a ley

CAPITULO IX. DULCE PRINCESA...

CAPITULO IX

DULCE PRINCESA.

" Voy estar en deuda contigo toda mí vida…"



 

Esa noche luego del incidente Alessa, yo junto con los niños dormimos en el mismo cuarto, ya que ellos tenían mucho miedo y se despertaron varias veces en la noche. A la mañana siguiente, les costó terriblemente alistarse para el colegio, pero luego de un rato muy largo lograron estar listos y desayunados para cuando Aiden nos pasara a buscar.
Alessa se despidió de nosotros y marcho a trabajar mientras que nosotros cuatro nos dirigíamos al instituto a dejar a los niños para luego partir directo al trabajo.
Mi sexy jefe conducía con total seriedad, tanta que había llegado a incomodarme _sucede algo sr Ludwing-pregunte con una sonrisa pero se me borro al ver que la expresión de Aiden no se había inmutado. Para evitar posibles discusiones innecesarias guarde silencio, un silencio realmente doloroso, anoche nos habíamos despedido tan bien, tan romántico y ahora este frio entre nosotros no lo entendía. Aiden detuvo el auto frente al gran edificio, lo mire pero él seguía con su mirada al frente, trague amargo y salí sin más para ingresar rápidamente y encerrarme en mi oficina a trabajar.
ya en mi oficina, intente de dejar atrás lo sucedido, no podía dejar que esto me distrajera, no podía darme el gusto de fallar en este trabajo y que esta actitud me sacara de mi eje. Pero que _mrd!- maldije a toda voz en mi oficina ya que nadie excepto yo podía oírme. Toque mis mejillas y estaban húmedas por mis lágrimas, era inevitable lo que tanto había renegado que no sucediera, lo que tanto había protegido de mí ya estaba totalmente expuesto, estaba perdidamente enamorada de este hombre que apenas conocía. Cerré con fuerza mis ojos y lo vi en mi mente, su sonrisa, su mirada, sus manos, su cuerpo el tacto de su piel rosando con la mía, su inteligencia todo el me enloquecía. Mi corazón estaba sin protección y su actitud por tonta que haya sido me había lastimado y no podía dejar de llorar tan solo con saber que él estaba enfadado conmigo, por alguna razón que yo no sabía.            

No podía trabajar en este estado, más aun sabiendo que luego que lo había dejado en su automóvil y había entrado al bufete sin decir nada más y no me había buscado me estaba volviendo loca, necesitaba  aclarar esto, yo no era un juguete con el cual él podía desquitar su mal humor. 
Tome el valor necesario para dirigirme hasta su oficina, me saque la chaqueta para que solo tuviera el sexy vestido que me había puesto esta mañana, de color marfil, formal pero gracias a mis curvas se lucia sensual, palabras textuales de Alessa, retoque mi maquillaje y salí para su oficina, con toda las miradas centradas en mi andar.
Toque la puerta y se escuchó su voz grave y firme del otro lado de la gran puerta de madera maciza dándome la autorización para ingresar.
y allí estaba el, con su gran porte de Dios griego, se encontraba sin su saco de vestir con las mangas de su camisa arremangadas hasta su antebrazo, estaba serio con la mirada perdida en la inmensidad de la ciudad que veía a través de su gran ventana. Supuse que sabía que era yo, ya que no me dirigió la palabra
_este silencio me está matando-logre pronunciar con un terrible nudo en mi garganta. El volteo a verme y mis ojos reflejaban la tristeza que sentía por su indiferencia, mis lágrimas comenzaban a rodar por si solas en mi mejillas haciendo que el corriera hasta mi para abrazarme.
Sin tiempo a reaccionar quede encerrada entre sus brazos y entre sollozos le pregunte si había hecho algo que lo molestara o lo hiciera enfadar
_si, lo has hecho- deje de respirar por un instante_ y por ti no he logrado conciliar el sueño- mi ojos color miel se abrieron como platos ante su mirada _eres la culpable que no sepa que hacer contigo- comenzó a jugar con un mechón de mi cabello _ eres la razón por la cual no pueda hacer otra cosa que pensar solo en ti- dibujo una sexy sonrisa de costado_ y eso me altera mucho
_pensé que tu…
_lo siento- me interrumpió_ no quise incomodarte ni que pensaras mal. No soy muy bueno para expresar mis sentimientos –coloco mi mechón detrás de mí oreja _esto no hubiera sucedido si se hubieran quedado en mi casa- Aiden sonrió ampliamente, haciendo que yo también sonriera con el alivio de saber que él era más terco que yo. 
_no va a faltar oportunidad para que eso suceda, todo a su tiempo sr intenso- le guiñe un ojo
_lo siento- dijo colocando su frente junto a la mía _es que toda la noche y todo el día se ha tratado sobre ti
_sobre mí? –pregunte, la verdad me costaba entenderlo, si no había hecho nada malo porque me había convertido en el motivo de su desvelo.  
_estuve dando vueltas y vueltas en mi cama hasta que sonó el despertador, pesando que podría pasarte algo
_pero ya vez, aquí estoy enterita- le dije colocando mi brazos alrededor de su cuello
_y… por último, mi tío.- hecho su cabeza hacia tras de frustración _ tu más fiel admirador, después de mí, por supuesto, me regaño porque no hice lo imposible por sacarte de ese lugar
_ni tú, ni tu tío deben de preocuparse. No soy fácil de romper
_bueno, como sea… la próxima vez literalmente voy a raptarte – y sin más me beso, tierna y apasionadamente, nada existía a nuestro alrededor solo nosotros dos en ese profundo beso
_no vuelvas a hacerme llorar- le susurre una vez que no separamos
_jamás- contesto rozando nuestras narices
_ se, que nos conocemos poco y que quizás necesites tiempo…pero habla conmigo, de lo que sea. Yo estoy aquí para ti.- cuando íbamos a besarnos de nuevo tocaron la puerta, ingresando Samanta a la oficina con brusquedad.
_que sucede- dijo Aiden con enfado alejándose de mi 
_lo siento ser Ludwing pero su tío lo necesita en su oficina
_y era necesario que ingresaras así
_perdón, pensé que estaba solo
_mejor me retiro, tengo trabajo por terminar- camine hasta la puerta regalándole por ultimo una sonrisa

 




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