Amar a ley

CAPITULO XV " FRASES PARA UN CORAZÓN ROTO..."

CAPÍTULO XV "FRASES PARA UN CORAZÓN ROTO"

Me removí entre las sábanas, con mí mano lo busqué a mi lado, me asusté al notar que su lado de la cama estaba casi frío, abrí mis ojos casi con desesperación, mire a mí alrededor hasta toparme con él parado a los pies de la cama, con la mirada estática reflejaba temor y asombro en sus ojos turquesas.

_ qué sucede- pregunté al notarlo nervioso. Él señaló las sábanas manchadas con sangre, si…mí sangre estaba ahí, la prueba que yo había perdido mí virginidad con él esa noche, pues ahora estaba en evidencia. Me enderece apenada tratando de cubrir mí cuerpo desnudo _ lo siento- contesté totalmente avergonzada. El aún  con sus ojos desorbitados por la sorpresa que se había llevado, se sentó en la cama sin sacarme la mirada, tomó mí rostro con ambas manos y me beso con suavidad y ternura como si con ese beso quiera pedirme disculpas o brindarme algo de calidez y protección 

_ porque no me dijiste- preguntó aún sobre mis labios

_ no creí que fuera importante

_ habría tenido más cuidado- dijo mirándome al centro de mis ojos color miel está vez fui yo quien lo beso, tan suave y dulcemente que hizo que el se saboreara y volviera hacerlo con mucha más intensidad.

 Volvió a hacerme suya por el resto de lo que quedaba de la noche, pero está vez fue sin desenfreno ni desesperación, lo hizo como si quisiera trazar un mapa, memorizando cada rincón de mi

Despertar junto a él era un sueño hecho realidad, sentir que me rodeaba con sus brazos y su respiración en mí nuca hizo que las mariposas de mí estómago revolotearan dándome una inmensa felicidad. 

Mire la hora del reloj y pese a que era muy temprano tenía que volver a casa, ya que Olivia  seguía esperándome con mí niños. Me levanté con cuidado, sonreía porque con cada movimiento Aiden me abrazaba con más fuerza, pasó un tiempo hasta que por fin logré zafarme, recogí mí vestido y mis cosas, las coloque en una bolsa. Tomé de sus cajones un buzo, un pantalón deportivo y unos tenis, me los coloque, me quedaban enormes, pero ni modo que anduviera por la calle vestida de gala. 

 Por último tomé papel y lápiz para dejarle una nota, no quería que se imaginara lo peor por despertar y no verme a su lado. "PASE UNA NOCHE MÁGICA, NO VEMOS EN LA OFICINA…TUYA BRI" 

Llegué a casa y todo dormían, Olivia me recibió con una inmensa sonrisa la cual le devolví, pero totalmente sonrojada, era obvio de dónde venía y la verdad no me avergonzaba de lo que había hecho, amaba a Aiden Ludwing, era mayor de edad y no tenía a quien darle explicaciones.

 Me di una ducha y me recosté para descansar un poco más allá que era sábado y que el sr. Fergus nos había dado a todos en la oficina el día de descanso, estaba ansiosa por tener noticias de mí príncipe.

Pero…el día transcurrió sin tener noticias ni de él, ni de Alessa, me daba pena tener que contactarla ya que seguramente estaría pasando el fin de semana con Hugo. Pasó el sábado, pasó el domingo y nada, Aiden brillaba por su ausencia. Miles de ideas se pasaron por mí mente, pero seguramente algún imprevisto debía de haber tenido por lo que no se había contactado conmigo. Ya mañana sería otro día y seguramente tendría alguna explicación.

Se hizo el horario de que Aiden nos pasará a buscar, pero efectivamente brilló por su ausencia, intenté no pensar en ello porque si lo hacía podía sacar falsas conjeturas y seguramente él podría explicarse, dejé a los niños en el colegio con el corazón entristecido, que estaba pasando con Aiden? no tenía idea, pero lo averiguaré.

Todo parecía normal en el bufete, el sr Fergus me saludó cálidamente como todos los días y tenía nuevos expedientes sobre mí escritorio, como era normal todos los lunes. Di un suspiro grande e intenté concentrarme en el trabajo, Aiden seguramente me buscaría, nos encontrábamos solo a unas oficinas de distancia. 

Cuando quise preparar más café me di cuenta que ya no tenía por lo que tuve que ir a buscar a la cafetería, salí con varios expedientes en las manos que debía entregar en otra secciones los dejé en los respectivos escritorios y cuando me dirigía a la cafetería vi ingresar a Hugo a la oficina de Aiden, me dio intriga ya que cuando levanté mí mano para saludarlo este me ignoró por completo agachando su cabeza.

Ya no lo soportaba más, debía saber que sucedía y lo sabría ahora, tomé aire e intenté calmar mis nervios, para ir directo hacia donde ellos estaban. Golpeé la puerta con total naturalidad e ingresé como lo hacía cada vez que necesitaba consultarle algo o simplemente darle un beso de buenos días. Ahí estaba él hablando acaloradamente con su mejor amigo, que ilusa! Cualquiera que hubiera visto la situación habría tenido pena porque ellos se estaban peleando._ buenos días - dije con mi mejor sonrisa. Ambos hombres me miraron con frialdad, me acerque para besar a Aiden pero cuando esté vio que me colocaba de puntillas para besarlo me esquivo

_ qué haces - dijo alejándome, mis ojos se cristalizaron

_ yo mejor me voy- dijo Hugo saliendo de la oficina con rapidez

_ ¿Qué sucede?  - pregunté con temor luchando para no llorar

_ creo que has malinterpretado las cosas

_ ha si?- dije casi con un nudo en mí garganta, diciéndome a mí misma que no fuera a llorar _ pero, nosotros…estuvimos juntos

_si, pasamos un buen momento, pero solo fue eso…nada más, solo fue sexo

Su voz se oía a lo lejos y mí mundo parecía colocarse de cabeza, si me preguntas que sentía mí corazón, pues…en ese momento me sentí morir, sentí un dolor tan grande como la vez que me dieron la noticia que había perdido a mí familia. Intenté no mirarlo a los ojos. Porque sabía que sus turquesas eran mi debilidad y no quería romper en llanto _ jamás te insinúe nada más, siempre te manifesté que estaba confundido y esa noche me sirvió para disipar cualquier duda

_es verdad…- dije juntando todas mis fuerzas apretando mis manos en forma de puño  _ tienes razón, jamás me diste esperanzas, fui yo quien se ilusionó sola




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