Amar a Lucifer

2. Viaje a la oscuridad

Estaba terminando de hacer mi maleta junto a Asmodeos en la sala. El sorprendentemente ya había acabado, está recostado en el sillón viendo hacia el techo. Era una de las pocas veces que lo miraba triste y eso también me ponía triste a mí.

—Quiero hacerte una pregunta.

—Que te detiene de hacérmela —Dice y se acomoda para verme.

—Puede que sea muy personal.

—Somos como hermanos, creo que esa barrera de intimidad ya la pasamos hace mucho —Eso era cierto, yo sabía tanto de él como él de mí.

—¿Por qué viniste aquí?, me refiero a dejar todo ese lugar por estar aquí como un humano más envés de un príncipe. Y por qué ahora debes de regresar si tienes miedo de hacerlo. Al menos solo.

—Vine porque allá estaba preso de las decisiones de mis hermanos. Soy el menor, que sea un príncipe no significa que siempre haga lo que quiera. En cambio, aquí sí, aquí puedo ser quien quiera. Este mundo es más divertido que el infierno. Además, tenía una misión en la tierra.

—Y ¿Ha acabado?

—Tal parece si, por eso me obligan a regresar ahora, porque creen que ya el tiempo ha sido suficiente. Y el hecho de que tema volver solo es porque no quiero estar en las sombras por milenios de años más. Quiero una vida que sea mía. Que no se sienta como una prisión. ¿Me entiendes?

—Claro que sí. A veces el pasado no perdona. Pero es necesario para saber a dónde ir. Oh sino solo somos masas en un universo, al menos tú sabes de dónde vienes. Quien fuiste. Quien quieres ser.

ASMODEOS

Sus ojos empezaron a llorar, como odiaba a los humanos tan débiles, pero Lilith para mí era diferente. Yo la protegería con mi vida y sé que le duele el hecho de no saber quién es con exactitud. Gracias a ese accidente que tuvo hace unos años, que le borro algunos años de su memoria.

Cuando la conocí ella empezaba a crearse una vida de nuevo, empezando de cero en la hermosa Italia a punto de entrar a la universidad. Estaba perdida en un mundo nuevo y me sentí tan identificado con ella. Que nunca se me pasó por la mente hacerle daño. Todo lo contrario, creo que ella es ese punto de paz que cualquier demonio quisiera encontrar.

—¿Un abrazo? —ella asiente y se acerca para fundirnos en un abrazo, era una de las cosas buenas de los humanos, el cariño y la calidez que vivía dentro de ellos.

La ayude a terminar de empacar, el viaje al infierno no era largo, pero si cansado. Se hacía por medio de una puerta que es abierta con un ritual y eso consumía mucha energía espiritual para crear el camino hacia el otro lado. Aun siendo un demonio me aturdía no podía saber que haría con Lilith que era una humana.

—¿Cuándo nos pondremos en marcha?

—Cuando tu termines de empacar.

—Tenemos que tomar algo así como un autobús apocalíptico o algo así. —Me hecho a reír por todas las ideas locas que tiene Lilith, pienso que debería prohibirle ver tantas películas de fantasía.

—Para nada, solo debemos de hacer como un ritual y pasar por él, en cuestión de segundos estaremos en el infierno. ¿En serio quieres hacerlo?

—Claro que sí. Si tú me necesitas y yo estaré ahí.

—Bien. Entonces andando.

Tomo nuestras maletas y nos guío hacia mi cuarto, dejo las maletas a un lado y ella se queda viendo atentamente. Quito la alfombra del suelo y reveló un pentagrama.

—¿Hace cuánto tienes eso ahí? —ella se aproxima con curiosidad.

—Desde siempre. Aparece en el lugar donde yo esté. Colócate en medio y cierra los ojos.

—Joder, rezaré para que lleguemos bien.

Ruedo los ojos y ella se coloca como le dije, pongo las maletas dentro del círculo y luego entro yo para tomar su mano. Me concentro para decir el conjuro y que nos trasporte hacia el lugar que quiero.

La puerta aparece enfrente de nosotros y se abre con un gran esplendor. Nos absorbe dentro y comienza nuestro viaje

LUCIFER

—Que noticias hay de Asmodeos —Me giro para ver a dos de mis hermanos. Levi y Bell.

—Escribió una respuesta, dice que viene enseguida. Aunque creo que no para quedarse, solo el podrá decimos eso con certeza —Me explica Leviatán y da un paso hacia atrás.

—Hemos preparado todo para su llegada, usará el portal. —Habla Belcebú.

—Avísenme cuando esté aquí, iré a la biblioteca, hay cosas que preparar para el ritual de las siete almas.

—Como órdenes Lucifer.

Ambos hacen una reverencia y salen del cuarto del trono. Si no estoy mal Asmodeos usaría el portal que se conecta a la puerta de la sala penitente. Mis otros cinco hermanos lo recibirían yo debía encargarme de los preparativos del ritual de las siete almas.

Este ritual se hace cada siglo, para restaurar el poder del infierno y que este no decaiga. Su poder a mermado mucho. Los demonios se debilitan. Y aunque ya no estemos en guerra con los ángeles siempre hay que estar al pie del cañón.

Me retiro y voy hacia la biblioteca. De la estantería más alejada donde la luz no llega saco un libro viejo, con tapadera negra y formas de escorpión en su delantera.




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