Esta pelea no parece tener fin, muchos ángeles y demonios han perdido la vida y ninguno de los bandos quiere ceder. Porque saben que eso sería vivir oprimidos por el lado contrario y vivir en la oscuridad ya es una condena con la que nadie quiere cargar.
Mis fuerzas se están desvaneciendo, llevamos días combatiendo para resistir, algunos ángeles exiliados se han unido a nuestra lucha con Lucifer, pero sé que mi padre no se dará por vencido, está lo suficientemente enojado y eso solo lo impulsa a seguir.
Caigo de rodillas al suelo, tratando de tomar aire con todas mis fuerzas, mis costillas duelen cada una más que la otra y la sangre de mis heridas no deja de teñirme la ropa.
—¡No! —grito con fuerza para que se detengan, pero mi energía no es suficiente ni para pararme— Llamen a mi padre, hablare únicamente con él.
Los ángeles que estaban por apresarme se detienen en un tumulto ellos solos, discuten sobre mi petición, a su lado se une Renzo con varias heridas también, me dedica una triste mirada.
—Renzo llama a mi padre, hablare únicamente con él.
Asiente con la cabeza y me da la espalda para dar algunos pasos antes de que otro ángel lo detenga fuertemente del brazo, pero este se desase de su agarre y lo empuja con fuerza.
—No olvides quien es ella y quienes nosotros. ¡Lo escucharon! Traidora o no, sigue siendo nuestra ama. So lo el creador tiene el derecho a castigarla.
Mi querido Renzo, a pesar de verte magullado y golpeado sin compasión, todo por mi culpa. Eres incapaz de ir en mi contra. Sigue caminando y atraviesa uno de sus portales. Mientras sigo en el suelo rodeada de todos esos ángeles que me apuntan con sus lanzas, lo espero pacientemente.
Me había separado de Lucifer desde que inicio la batalla, aunque su canal de pensamientos funcionaba para mandarnos información constante. Pero prefería mantener mi mente cerrada para mí. De lo contrario lo volvería más loco. A mis pies aterriza Arkeon.
Él a diferencia de Renzo, tenia un semblante más serio. Hace que todos le abran paso hacia mí, ninguno es capaz de debatirle su presencia en este lugar. Como una de las dos únicas legiones, su estatus estaba por encima de muchos.
Levanto la mirada cuando llega hasta mí, le percibo una sombra de sonrisa, se arrodilla y con su habilidad sana la mayoría de mis heridas, permanece conmigo hasta que Renzo vuelve desde su portal. Solo hace un ademan con la cabeza para que lo siga.
Lilith
Escuchar la voz de Lucifer antes de entrar al portal me detiene por algunos segundos, lo estaba alentando a luchar una guerra que nunca estuvo a nuestro favor, no importaba a donde corriéramos, siempre nos encontrarían. Libero mi mente dándole paso a mis pensamientos para él.
Siempre hubo un segundo plan, uno que ni él sabia de su existencia. Pero que existía para protegerlo, Sus pensamientos me llaman con fuerza, ya había leído mis pensamientos y sabia lo que haría, darle tiempo, darle otra oportunidad de seguir sin mí.
Cuando atravieso el portal con Renzo, el canal se esfuma, dejándome nuevamente sola con mi mente. Cuando cruzo al otro lado, me encuentro con mi padre, el creador de pie esperando mi regreso. A Renzo no se le permite quedarse así que me quedo sola junto a dos celestiales más que resguardan las puertas de la sala. Pero que sin duda no pueden intervenir bajo ninguna situación.
—Me agrada saber que has vuelto al buen camino, Lilith.
—No estoy aquí para eso. Pedí verte porque se que no hay forma en que nosotros podamos ganar, que se está derramando sangre por culpa de un amor que no estas dispuesto a permitir.
—¿Y cual es tu solución a eso?
—Que des por terminada la persecución hacia Lucifer y sus hermanos, que los dejes vivir.
—Es absurdo dejarlos vivir a mi lado cuando ellos ya han demostrado deslealtad.
—Lo sé, por eso te pido que, si has de castigar a todos, Seas piadoso con ellos y les permitas vivir tranquilamente exiliados en el infierno, un lugar que ellos pueden regir, donde puedan existir, donde aún estarán por debajo de ti. Pero no tengan que regirse a tus órdenes.
—Eso sería darles un premio, no un castigo, ellos reciben su propio lugar y al final nadie es castigado, pequeña Lilith, alguien debe de pagar por la sangre que ya fue derramada.
—Y esa persona seré yo, toma mi vida a cambio de las que se han perdido. Y como único deseo antes de desvanecerme te pido que Lucifer no sea perseguido por mis actos, pero que tampoco tenga que vivir postrado a tus pies.
—¿Estás dispuesta a perderlo todo? Solo para darle un futuro a él. Me pides exiliarlo y dejarlo vivir tranquilo, mientras tomo todo de ti como compensación de una guerra que se pudo evitar. El exilio y la muerte divina son precios que no se comparan ni en mil años. ¿Estás segura?
—Lo estoy. —lentamente se acerca unos pasos a mi.
—No mereces nada de lo que te he dado.
—¿Por el simple hecho de enamorarme?
—Por el simple hecho de ir en contra de mi voluntad, de renunciar a todo lo que te pertenece, por amar a un ser que está en nuestra jerarquía, te di a Adamo como compañero. Él es alguien a quien puedes moldear a tu gusto, que si le dices que se siente lo hará, si quieres que pelee lo hará en tu nombre y, sobre todo, si le dices que muera morirá por ti.