Miro mis posibilidades de ganar y me parecen casi inexistentes, puede que antes hubiera sido fácil hacerle frente a Adamo, que antes ganarle hubiera sido un chiste, pero ¿Ahora? No estaba a su nivel y nunca pensé en llegar a decir eso.
Pero lo cierto era que el tiempo le dio más experiencias, su avaricia más habilidades y mis errores más motivos. En cambio, yo, solo peleaba para que esto terminara de una vez, no había nada más detrás. Mi mente siente tanta confusión al no saber a dónde ir, donde correr, como atacar y como terminar con esto.
Aprieto con fuerza el bastón del cetro y mi barbilla tiembla ligeramente, no sabía cómo lidiar con mis emociones ahora mismo, solo tenía ganas de correr fuera de esto de nuevo, pero hacer eso no era una opción, no cuando muchos ya habían pagado las consecuencias de mis decisiones.
"Concéntrate"
Escucho eso entre mis pensamientos, me paralizó al saber que eso viene desde dentro de mi cabeza.
"Si te rindes ahora no abra vuelta atrás, no tendremos una segunda oportunidad esta vez"
Miro de reojo a Lucifer, en mis últimos momentos antes de sacrificarme sus súplicas de quedarme fueron lo último que escuche a través del enlace mental. A comparación de ese momento, ahora sonaba más sereno. Es gracioso que ahora los papeles se habían invertido. Con toda la serenidad de ese momento le dije que volveríamos a estar juntos y que quería volver a ser suya. Y ahora es él quien me alienta a seguir aún en este mar de sentimientos que me inunda.
—Y si vuelve a terminar igual.
"Entonces lo intentaremos en la otra vida y en la siguiente y en la que viene después de esa. Y si ya no volvemos a existir por la muerte espiritual, entonces al menos nos habremos amado en medio del caos"
Una sonrisa alumbra mi cansada expresión y mis lagrimas corriendo de manera caliente por mi rostro me dan la fuerza necesaria para volver a empuñar el cetro y dirigirlo hacia Adamo, concentro mis emociones en mis palmas y pongo en blanco mi mente una onda de poder sale de la gema y se dirige a Adamo que crea un escudo con sus propias alas. El viento que arrasa con los pedazos de escombro a nuestro alrededor me hace revolotear el cabello.
Detengo un momento el ataque sintiendo que mi cabeza da vueltas, pero sigo para no darle cabida a adamo de recomponerse, lo golpeo una y otra vez con la ola de poder hasta hacerlo retroceder al menos un metro de donde estaba parado, aunque no servía de mucho porque cada paso que el da hacia atrás, yo lo doy para adelante, así que tontamente siempre tendríamos la misma distancia de por medio.
—¡No estas cansado! —le grito con el llanto escalándome la garganta— Porque yo sí y mucho.
Una sonrisa socarrona se le formula desde el centro del estómago, con un pie se impulsa hacia mi y logro atajar su ataque para que no me dé. Nos envolvemos en un estira y afloja, donde cada golpe que me da a puño limpio trato de devolvérselo con la misma intensidad hasta que los moretones se aproximan sobre los magullones en mi piel.
En medio de la desesperación de quitármelo de encima lo arrojo metro lejos de mi con ayuda del cetro. Esto era una pelea entre él y yo, donde Miguelo o Lucifer no tenían cabida en disputarla. Él vuela en picada hacia mí y con todo el coraje corriendo en mis venas como adrenalina pura, también corro efusiva en su dirección.
Cuando el encuentro es inminente, agarro el cetro como si fuera un bate en su dirección, pero Adamo arremete con su lanza y termina clavándola en la gema que se rompe en pedazos en una leve onda que nos manda a volar a los dos.
Mi cabeza zumba mientras trato de pararme, veo como el simple bastón cae al suelo sin ningún ápice de servir ya. Ese había sido mi único escalón para estar un poco al nivel de Adamo y el mío lo había destruido. Caigo de rodillas hundiéndome en mi llanto que sale amargamente.
"Levántate"
Niego con la cabeza, mi vista perdida en el suelo. Queriendo no haber tomado la decisión de volver sabiendo que iba a perder.
"Lilith levántate, no puedes botar la corona dos veces"
—¡Y como sigo! No me queda nada.
El viento arrastra mis palabras consigo. Miro en dirección a Adamo y él ya está de pie, esperando si me rindo por voluntad propia o si tendrá que matarme a la mala, No importaba cual fuera, las dos terminarían conmigo.
—¿Dónde están tus legiones? ¡Donde esta tu general! Dime donde esta tu grandeza...
No estaban y tampoco estarían cerrando los ojos y abriéndolos.
—Pueden iniciar una guerra, pero no ganarla. Vamos Lilith, corre a sus brazos, esta vez dejare que mueran juntos.
"Riempi il mio corpo, repitelo"
—Lucifer...
"Confía en mí y repítelo, Riempi il mio corpo"
—Riempi il mio corpo.
Pasan segundos donde nada cambia, cuando un dejo de sonrisa se me escapa, miro a Adamo empezando a caminar lentamente como asegurando que no me movería ni siquiera para evitar este final. Mis ojos muestran un poco de esperanza cuando percibo como la piedra del cetro que cayo partida en dos se hace polvo rojo en el viento y flota como una llovizna. Que se guía silenciosamente hasta mí.