Elena y Marco pasaron toda la tarde juntos, compartiendo sus sueños y pasiones. Él le habló sobre su amor por la arquitectura sostenible, mientras que ella le mostró sus obras. Su química era innegable, y al caer la noche, ambos sabían que este encuentro había marcado el comienzo de algo especial.
A medida que las semanas pasaban, se hicieron inseparables. Paseaban por la playa, exploraban los mercados locales y descubrían cafés escondidos. Cada momento juntos parecía una pintura viva, llena de colores y emociones.