Los meses pasaron, y aunque a veces se sentían solos, Elena y Marco encontraron formas de superar la distancia. Intercambiaban cartas llenas de palabras sinceras y se comunicaban por video llamadas. Elena empezó a exponer sus obras en la ciudad, y Marco trabajó arduamente en nuevos diseños, siempre pensando en su amor.
Cada encuentro, aunque raro, se llenaba de amor y emoción renovados, y las historias que compartían solo fortalecían su vínculo.