PRÓLOGO

PRÓLOGO

Mi nombre es Clove Kentwell y tengo 16 años. Vivo en el Distrito 2, uno de los más grandes e importantes de todo Panem. Mi familia está conformada por cuatro miembros, mis padres, mi hermano pequeño y yo. Pertenecemos a la clase media del Distrito por lo que no somos tan influyentes o importantes.

Estudio en la Academia de lucha desde que tengo ocho años. El objetivo de esta Academia es entrenarnos para poder ganar los juegos. Ingresamos cuando somos niños, nos entrenamos duramente en el arte de la guerra y la estrategia. Ganar los juegos significa traer honor, no solo al Distrito, sino también a nuestras familias. Nos llaman los tributos profesionales porque no nos importan las muertes que infligimos, ya que entrenamos desde niños para ello y nos inculcan el sentimiento de ganar, ganar y ganar. No existe la piedad, ni el remordimiento, ni la culpa.

Mi especialidad son los cuchillos, no puedo pasar ni un día sin lanzar uno. Nunca fallo y por eso soy una de las mejores de la Academia a pesar de ser muy joven para poder presentarme voluntaria a los juegos. Solo lo podemos hacer cuando estamos en el último año, a los dieciocho. Aun me quedan dos años, pero sé que podré demostrar a todos cuáles son mis habilidades y conseguiré traer la victoria a casa.

Después está él, Cato Hadley. El chico más popular de toda la Academia. Es rubio, guapo, fuerte, un gran luchador y un mujeriego. El tipo de chico del que cualquier chica se enamoraría. Aunque en mi opinión es demasiado creído y egocéntrico. Se cree superior pero he de reconocer que es uno de los candidatos más prometedores para presentarse este año a los juegos.

Lo odio con toda mi alma aunque el sentimiento es mutuo, ya que a la menor oportunidad que tiene se mete conmigo, pero yo no me quedo callada y lo encaro.

Tengo que reconocer que es muy guapo, rubio de ojos azules y que tiene un cuerpo de infarto. Tengo ojos en la cara y sé apreciar las buenas vistas pero… No me gusta cómo es, ese aire de superioridad que le hace ser tan superficial. Lo peor de todo es su trato con las chicas, se cree que son juguetes, que las puede usar y después tirar cuando se canse. ¿Quién se cree él para tratar a una chica así?

Solo espero que cuando todo esto acabe, cuando terminemos la Academia cuando seamos mayores de edad y salgamos al mundo laboral, pueda deshacerme de él y perderle de vista. No quiero tener que saber nada de él. Aunque es probable que tenga cruzármelo en algún momento, ya que mi mejor amiga y su mejor amigo están saliendo juntos. Pero ante esto no puedo hacer nada. Pero haré todo lo posible por conseguir que se largue de mi vida.

Bueno o eso creía yo porque lo no sabía es que nuestros destinos iban a estar más entrelazados que nunca. No tenía ni idea de que nuestros sentimientos hacia el otro iban a dar un cambio de 180º. Tan radical iba a ser ese cambio que ninguno de los dos iba a poder vivir sin el otro.

¿Quién lo iba a decir verdad?

Esta es nuestra historia, la verdadera historia.

QUE LA SUERTE ESTÉ SIEMPRE DE NUESTRA PARTE.

Solo pido eso.