PREPARADA
Acabo de terminar la prueba. Sinceramente no sé si a los Vigilantes les habrá gustado pero ya no puedo hacer nada al respecto, lo hecho, hecho está. Al menos espero tener una buena nota con la que Enobaria pueda trabajar y mandarme regalos a la arena cuando lo necesite.
No espero a que Cato salga de su prueba y subo en el ascensor hasta mi planta. Al llegar todo el equipo me espera y me pregunta cómo me ha ido pero los ignoro. No me apetece hablar con nadie ahora mismo. Camino hasta mi cuarto y cierro la puerta cuando paso el umbral, después me tiro en la cama para poder descansar un poco.
Al rato unos golpes en la puerta interrumpen el silencio que hay en mi habitación. Es Annia que quiere que me levante para que vaya a cenar. Después veremos los resultados de las puntuaciones. Me levanto de la cama con desgana y voy hasta el comedor. Todos están sentados ya alrededor de la mesa por lo que me siento en el único asiento que queda libre, justo enfrente de Cato. Me llenan el plato de comida pero no como mucho, es más, juego con la comida con el único intento de que piensen que estoy alimentándome. Tampoco me incluyo en las conversaciones, no me apetece hablar con nadie. La ensalada de pasta que tengo en el plato es lo más interesante del mundo y mi vista se queda clavada ahí.
Al terminar de cenar nos sentamos todos juntos en el gran sofá que hay en el salón. Me siento la primera y Enobaria se sienta a mi izquierda. Ella me mira y me dedica una sonrisa para tranquilizarme aunque con los dientes afilados que se cambió quirúrgicamente, parece más una sonrisa diabólica que cualquier otra cosa. Aun así se lo agradezco devolviéndole el gesto.
Para mi desgracia, el otro hueco libre que queda libre a mi lado es ocupado por Cato. Al sentarse se gira y me mira a los ojos durante un instante, unos ojos azules llenos de preocupación. Ruedo los ojos y me concentro en la pantalla que tenemos delante.
No entiendo su gesto. ¿A qué viene ahora que se preocupe por mí? Estoy algo cansada ya. ¡Qué le den! No quiero que siga jugando más conmigo. Por más que lo quiera, por más que desee estar con él, no necesito sufrir. Un día me besa, al otro no me habla, al siguiente coquetea con Glimmer… Yo ya no puedo más.
La pantalla se enciende con el símbolo del Capitolio y dan comienzo las puntuaciones presentado por Caesar Flickerman. Explica la dinámica, comenzando las puntuaciones con el Distrito 1 en hacia delante, primero irán los chicos y después las chicas. La puntuación más baja que darán será un uno y la más alta un doce. Ningún tributo ha conseguido el once ni el doce, pero tampoco un uno.
La primera imagen que aparece es la de Marvel con un número diez en grande. Una sonrisa se me dibuja en mi cara al saber que tiene una buena calificación. Cato por el contrario aprieta los puños y se revuelve en su asiento incómodo. La siguiente en aparecer es Glimmer que obtiene un nueve. ¿Un nueve? ¡Pero si es una completa inútil! No entiendo cómo lo ha hecho.
No me da tiempo a pesar en nada más cuando aparece la foto de Cato, a su lado un gran diez. Todos los presentes se levantan para felicitarle por su buena nota. Ahora me toca a mí. Me siento en el sofá erguida por los nervios. Estoy segura de que voy a tener un gran uno al lado de mi foto, el primer en toda la historia de los juegos. Agarro el sofá con mis manos con fuerza y aparece mi foto, a su lado un diez. ¡Un diez! No puedo creerlo. Enobaria me abraza con una sonrisa mientras me quedo estupefacta por la noticia. Al tener esta nota podré tener patrocinadores durante los juegos y convertirme en una de las favoritas.
Al resto de tributos no merecen mi atención, los más fuertes somos los Distritos 1 y 2. Llegamos al final cuando aparece la chica del Distrito 12, Katniss, que consigue un once. ¿Cómo ha podido ser? Los de Distritos periféricos no suelen tener notas tan altas. Acaba de proclamarse el tributo con mayor calificación de toda la historia de los juegos. Otra vez nos ha borrado del mapa a todos. No sé qué es lo que ha hecho pero lo que tengo claro es que se acaba de convertir en una de mis prioridades. Tengo que acabar con ella para poder seguir con mi plan.
Cato se levanta como un resorte y furioso comienza a darle patadas a todo lo que encuentra. Yo me limito a ignorarlo, esos ataques de rabia que tiene me son bastante conocidos por lo que simplemente me voy del salón y entro en mi habitación. Mañana va a ser nuestro día libre, el último antes de la arena. Cada tributo tiene que prepararse para las entrevistas que serán retransmitidas por todo Panem.
El sol de un nuevo día me despierta. A pesar del sitio en el que estoy he dormido bastante bien. La mañana la dedico con Annia y a todo lo relacionado con la moda, los protocolos de habla, el saber sentarse, andar con tacones,… Al tener en la Academia en el Distrito 2 una asignatura de protocolo, la sesión dura poco. El tiempo libre que me queda lo empleo en subir a la azotea y poder observar la ciudad.
Después de comer vuelvo a mi habitación para encontrarme con Enobaria. En esta sesión las dos buscamos varias estrategias para la conquista del público del Capitolio, así como la forma de mostrarme segura de mí misma y demostrar las ganas que tengo de ganar los juegos. Al final terminamos encontrando el papel que voy a interpretar.