Capítulo 17 - AMAR

AMAR

Contengo el aliento, dejando casi de respirar con el corazón en un puño, acelerado y con un revoltijo de sensaciones dentro de mí.

—Es… —vuelve a comenzar a hablar pero es interrumpido por el gong que indica el final de la entrevista.

—¡Qué pena! —dice con lástima—, sé nos ha acabado el tiempo —el público se lamenta—. ¿Conseguiremos averiguar en la arena quién es la chica? —pregunta Caesar mirando a Cato levantando las cejas pícaro.

—Estoy seguro de lo averiguaréis —responde Cato seguro.

Cato se despide de Caesar y del público con un gesto de la mano y su mejor sonrisa. Se acerca lentamente hasta donde me encuentro con la cabeza gacha. Al llegar a mi altura levanta la mirada encontrándose con la mía. Nos quedamos unos segundos contemplándonos, unos segundos que me parecen una eternidad. De repente una ráfaga de viento me saca de mi ensoñación y se interpone en mi campo de visión, colocándose delante de mí, entre Cato y yo.

—¿Soy yo verdad Cato? —pregunta Glimmer con voz estridente colgándose de su cuello para abrazarlo.

Cato no responde a su pregunta pero aun así corresponde a su abrazo, estrechándola entre sus brazos. Su mirada se topa con la mía buscando mi reacción pero yo la aparto, no quiero mirar esta escena.

Glimmer se separa de él y sin querer vuelvo la mirada, justo en el momento en el que ella le planta un beso en los labios. Allí, delante de mí y sin que él oponga ningún tipo de resistencia. Contemplarlo hace que mi mundo se venga abajo y una lágrima surque mi cara, seguida de unas cuantas más.

Quiero salir de allí pero no puedo, mi cuerpo no reacciona. Me quedo quieta intentando asimilar todo lo que está pasando. Al separarse la mirada de Cato vuelve a encontrarse con la mía pero es entonces cuando consigo moverme del sitio y salgo corriendo de allí sin mirar atrás.

Mi mirada se cruza con la de Clove y veo como las lágrimas surcan su bello rostro y después hecha a correr, alejándose de mí. Mi mundo se viene abajo en cuanto la veo así de rota pero no puedo hacer nada al respecto, no puedo y eso me mata por dentro. Me encantaría correr tras ella, buscarla y explicarla todo lo que está pasando, pero no puedo. Ojalá estrecharla entre mis brazos pero tampoco puedo hacerlo. Es un quiero y no puedo que me consume.

Me deshago de Glimmer lo más rápido posible sin levantar sospechas en ella y subo en el ascensor hasta nuestro apartamento. Al entrar la busco en todas partes, incluso en su habitación, pero no está por ninguna parte. Finalmente subo a la azotea, es el único sitio en el que creo que puede estar. Y sí, allí está, sentada en el suelo mirando al cielo.

Me acerco con sigilo a ella para no asustarla y me quedo observándola, viendo lo realmente guapa que está hoy con ese vestido. Es absolutamente perfecta y hermosa.

Estoy observando el cielo del Capitolio cuando siento una respiración en mi nuca, haciendo que se me erice el bello. Me limpio las lágrimas que surcan mi rostro con el dorso de mi mano y me giro para averiguar quién es. Al hacerlo, mi corazón da un vuelco y contengo el aliento.

Es Cato.

—¿Qué haces aquí? —pregunto con la voz ronca por haber estado llorando—. No quiero verte —sigo hablando está vez en tono más duro mientras devuelvo mi vista al cielo y a los edificios que hay enfrente.

—Ya sé que no quieres verme Clove —comienza a decirme—, pero por favor, no me eches —me ruega—. Es la última noche —se sienta a mi lado y yo siento un escalofrío.

—Por esa misma razón quiero que vayas Cato —respondo llevando mis manos tras mi rodillas para abrazarme—. Déjame disfrutar de mi última noche en paz y sola —digo esto último tajantemente.

—Clove —sus manos van hasta mi rostro y me hace mirarle a los ojos—. Lo siento —se disculpa y veo tristeza en su mirada.

—Creo que ya es demasiado tarde para eso, Cato —contesto quitando sus manos de mi cara para después levantarme.