A PESAR DE TODO
Después de que Clove se marchara, vuelvo al lugar donde hemos acampado. Al llegar miro en todas direcciones pero no encuentro a Clove por ningún lado. En cuanto aparezco en su radar, Glimmer intenta acercarse a mí pero camino alejándome de ella, terminando sentado en el suelo, tenía muchas cosas que pensar.
Sé lo que ha querido decir Clove con sus palabras. Si ella supiera lo que estoy haciendo, si supiera que la quiero, que no estoy jugando con ella. Si supiera todo… Las cosas serían muy distintas para ambos.
Han pasado un par de horas y Clove sigue sin aparecer y yo cada vez estoy más preocupado por ella, por si está bien, a salvo. Pero no puedo exteriorizarlo, tengo que mantener una imagen, una que es completamente diferente a lo que realmente siento y me está pasando por dentro.
Al cabo de unos minutos la veo aparecer entre los árboles. Expulso todo el aire que estaba reteniendo e inmediatamente mis músculos se relajan. Su mirada se posa en mí y me derrumbo internamente al ver su cara. Ha estado llorando y eso era lo que menos quería, hacerla sufrir.
Al sentirse observada por mí, Clove aparta la mirada y camina hasta llegar a Marvel, se tumba a su lado para dormir ya que la noche ha caído. Mis puños se cierran con fuerza en mis manos al verlos juntos e intento controlar la furia que estoy sintiendo.
¿No tiene otro sitio para dormir que junto a él? Parece que me está provocando después de la discusión que hemos tenido los dos.
Ojalá me pusiera las cosas más fáciles.
El tiempo ha pasado desde que estoy aquí sentada, no sé cuánto, pero no me importa. Me limpio con una de mis manos las lágrimas secas que tengo en mi cara para que nadie se dé cuenta de que he estado llorando. Después aparto la chaqueta de mi cara y me la pongo, ya que la noche se cierne sobre mí y hace algo de frío.
Me levanto y camino de vuelta al campamento. Cuando llego mi mirada se cruza con la de Cato y al ver que me observa también aparto la mirada rápidamente. Ando hasta Marvel, que ya está tumbado en su saco de dormir y tiendo mi saco junto al suyo para después meterme dentro. No lo hago con mala intención ni para provocar a Cato, ya que no quiero ninguna pelea, pero estoy muerta de frío y él está pegado al fuego, así que no tengo más remedio si quiero entrar en calor.
Me tumbo de espaldas a Marvel con vistas al resto del claro y al árbol donde se encuentra Katniss. De repente siento unos brazos que me rodean y me pegan contra su pecho. Ahora mismo no quiero su contacto por todo lo que le dijo a Cato sobre mí. Parece que soy un juguete para él y, aunque me caiga bien, no debe tratarme así. Pero no hago nada, no quiero que por venganza me provoque algún tipo de daño durante la noche.
—Buenas noches preciosa —me dice Marvel y deja un beso en mi cuello.
—Buenas noches Marvel —respondo cortésmente.
Al cabo de un rato veo como Cato se acerca hasta Glimmer, tumbándose junto a ella. Glimmer lo agarra por la cintura y pone uno de los brazos de Cato tras su cuello, para utilizarlo como almohada. No puedo apartar la mirada de la imagen que estoy contemplando pero en cuanto veo que se están besando, cierro los ojos e intento dormir un poco.
Un ruido seco me despierta y los zumbidos que se oyen después me alertan. ¿Qué está pasando? Abro los ojos y me encuentro con una colmena de rastrevíspulas revoloteando furiosas por encima de nuestras cabezas.
—¡Ahhhh! —grita Glimmer que es la que está más cerca de la colmena—. ¡Ayudadme por favor! —sigue gritando suplicando intentando espantar a las rastrevíspulas que la están rodeando.
De repente siento varios pinchazos sobre mi piel cuando me levanto del suelo, los insectos me han picado e intento apartarlos de mí moviendo mis manos de un lado a otro, pero no hay manera.
—¡Clove, corre! —oigo que alguien me grita aunque no distingo muy bien de quién es la voz.
No sé porque no hago caso de las palabras que me han dicho, sería lo más sensato, pero mi cuerpo no reacciona, me quedo estática ahí. Una mano agarra la mía y tira de mí, arrastrándome fuera del claro, haciéndome correr.
Miro hacia el frente y me encuentro con la mirada preocupada de Cato. Es él quien me ha sacado de allí.