El tren se detiene en la estación del Distrito 11. Antes de bajar Annia y Effie, la acompañante del Capitolio de Katniss, nos observan a ambas de arriba abajo. Nos dan el visto bueno y juntas salimos por la puerta a la calle, dónde los focos de las cámaras nos atosigan.
Intento poner mi mejor sonrisa aunque sea fingida, pero solo consigo realizar una mueca. Katniss y yo caminamos mientras los agentes de la paz nos abren paso entre la gente. Oigo que la gente nos dice cosas pero no entiendo nada, estoy metida en mi mundo. Lo prefiero así.
Seguimos caminando y entramos dentro del Edificio de Justicia del distrito. Allí se encuentra un hombre de unos cincuenta años más o menos que se acerca a nosotras y a nuestros equipos.
En cuanto menciona a las familias de los tributos se me forma un nudo en la garganta. Miro a Katniss y me veo reflejada en ella, está sintiendo lo mismo que yo, angustia.
Nos sentamos en el centro de la gran mesa y comienzan a servirnos comida. La gente comienza a hablar pero solo puedo centrarme en comer algo, lo demás no me importa.
No me incluyo en las conversaciones que se suceden durante todo el tiempo que dura la comida, simplemente respondo cuando me preguntan directamente. Mi mente está puesta en el discurso, en si seré capaz de hablar delante de las familias de Rue y Thresh.
Al acabar la comida, el alcalde como anfitrión nos guía hasta la salida. Al salir a la calle volvemos a estar rodeados de las cámaras y de los agentes de la paz. Las preguntas de los periodistas vuelven a atacarnos pero esta vez me fijo más en detalle en la gente que hay a nuestro alrededor. El Distrito 11 tiene bastante población pero la que hay aquí es muy poca y eso es raro. Sus expresiones no derrochan simpatía y la presencia de los agentes, ver cómo los tratan cuando pasamos a su lado me hacen sospechar. Aquí está pasando algo pero aún no sé el qué.
La visita guiada no me interesa en lo más mínimo, ni siquiera escucho lo que dice el alcalde sobre los campos de cosecha.
Nos miramos ambas y nos echamos a reír. Hacía mucho que no lo hacía pero es que este hombre es muy pesado y cansino. No me interesa nada de lo que me tenga que decir, solo quiero hacer mi papel lo mejor posible y volver a mi habitación del tren para autocompadecerme.
Al terminar con la visita volvemos al Edificio de Justicia para preparar el acto oficial, es decir, los numerosos discursos que se van a llevar a cabo. En cuanto paso por la puerta trasera, el equipo se me echa encima y comienzan a retocarme el maquillaje y el peinado.
Annia me coge del brazo y me arrastra hasta la puerta, una de sus manos se interna en el bolsillo de mi pantalón y sé que ha ahí las tarjetas del discurso. Effie hace lo mismo con Katniss y no puedo evitar darle la mano para reconfortarla. No quiero ni imaginarme cómo se debe de sentir, aunque es probable que lo sepa cuando lleguemos al Distrito 1.
Respiro con fuerza para recomponerme y cuando las puertas se abren nos soltamos. Caminamos con paso firme y seguro hasta la parte delantera del escenario, dónde hay un micrófono. Meto las manos en los bolsillos de mi pantalón y saco las tarjetas del discurso que escribió Annia para el día de hoy.
El alcalde Hokins comienza con el discurso de agradecimiento pero hago lo que llevo haciendo durante todo el día, lo ignoro. Miro a la gente que hay en la plaza y veo cansancio en sus caras, supongo que de la larga jornada de trabajo en el campo. Por otra parte la sensación que hay en este lugar no es muy agradable, las tiendas están abandonadas, los edificios se caen a pedazos…
En lo alto de unos pequeños escenarios se encuentran en la izquierda una señora mayor y una mujer joven delante de la foto de Thresh, debe de ser su familia. El corazón se me encoge porque él casi me mata de los golpes que me dio contra la cornucopia. Al final fue Cato quien lo mató. Miro a la derecha y se me parte el corazón, los padres de Rue y cinco niños pequeños, algunos se parecen tanto a la hermana mayor… Rue nunca debió de ir a los juegos, era demasiado pequeña.
El alcalde termina el discurso cuando los pequeños aplausos me sacan de mis pensamientos. Es hora de nuestro turno, de que hablemos pero antes comienzan a sucederse diferentes imágenes de las muertes de Thresh y Rue. Esto es horrible, quieren hacernos recordar una y otra vez la arena, que no olvidemos lo que pasó ni lo que hicimos para sobrevivir.