Tras el incidente en el Distrito 4, ninguno volvió a mencionar lo sucedido. Lo hablé con Katniss al día siguiente y ella piensa que puede que me lo imaginara también. O que fuese un chico parecido a Cato y que por eso lo confundí. Puede que tenga razón, que todos ellos lo tengan pero… En mi corazón siento que estaba ahí conmigo.
Al finalizar nuestra visita por el Distrito 1 dónde lo pasé bastante mal al recordar a Marvel, volvemos al Distrito 12 para hacer una celebración por todo lo alto. Antes de llegar al Capitolio siempre se deja para el final al Distrito ganador. Este año al haber dos ganadoras, primero pasaremos por casa de Katniss y después iremos al mío, ya que es mucho más importante y rico.
Cuando llegamos, bajamos todos del tren y nos reciben con vítores, aunque la mayoría son para Katniss. A mí me ven con bastante resentimiento. Lo entiendo, les hice pasar un infierno, sobre todo a Katniss, así que lo comprendo.
El alcalde nos recibe en la entrada del Edificio de Justicia y nos presenta a toda la gente que se ha arremolinado en la plaza. Los discursos están a punto de empezar y agarro de la mano a Katniss para darle mi apoyo. Está nerviosa y sé que se le ha formado un nudo en la garganta cuando ve en frente a la familia de Peeta.
Respiro hondo y me acerco al micrófono para leer las tarjetas que Annia había escrito para mí.
Miro a Katniss para inspirarla confianza. Me devuelve la mirada y emprende el camino para que todo el mundo pueda escuchar sus palabras.
Vuelve al sitio y nos miramos, está dolida. Agarro su mano y le doy un suave apretón para infundirla ánimos. El alcalde vuelve a hablar pero no hago caso de sus palabras. Al terminar volvemos dentro del edificio donde nos esperan todos. Nos subimos en un coche y miro por la ventana esperando a llegar pronto al tren para estar a solas. Pero el coche no nos lleva a la estación, por el contrario, se para en una pequeña urbanización de casas iguales.
Salgo del coche y miro a mí alrededor. El contraste es brutal, mientras en la plaza todos los edificios eran viejos y mugrientos, estas casas eran todo lo contrario. Grandes, nuevas y con buen aspecto.
Una sonrisa se dibuja en mi cara. Tengo ganas de conocer a las personas más importantes de la vida de mi compañera, sobre todo a la pequeña Prim. Por ella se presentó en los juegos.
La puerta de la casa se abre y nos recibe una mujer rubia, debe ser su madre. Nos hace pasar y en el salón se encuentra Prim. Katniss se acerca corriendo y la abraza. Hablan durante unos minutos y yo me dedico a observar la decoración de la casa.
Me giro y las miro.
El resto de la velada pasó muy tranquila. La madre y hermana de Katniss eran encantadoras y fueron muy atentas conmigo. En ningún momento me sentí incómoda y eso es de agradece. Al ser un tributo profesional no nos tienen mucha empatía pero ellas olvidaron eso y se centraron en la persona, en quién soy realmente.
Katniss tiene suerte de tener a gente que la quiera y que se preocupa por ella siempre.
Unos golpes en la puerta me despiertan. Annia al otro lado me dice que me espabile, que aun tengo que desayunar y vestirme. Estamos a punto de llegar al Distrito 2, a casa.
No sé si voy a ser capaz de hacer esto, no sé si voy a poder hablar de Cato delante de toda la gente que va a acudir solo para verme.
¿Cómo voy a ser capaz si aun me duele?
Bajamos del tren cuando frena y la gente me recibe gritando eufórica. Los agentes de la paz nos rodean y nos escoltan hasta la plaza para comenzar con los discursos. Espero no tener que hacer más, estoy cansada de ellos.