Amar o morir #2 - Libertad

Capítulo 9 - ES REAL

Salgo de casa corriendo, necesito que me dé el aire. Mis padres me gritan algo pero no los entiendo. Las calles van pasando una a una mientras dejo que el viento golpee fuerte contra mi rostro. No me inmuto, lo único que quiero hacer es escapar.

Al final termino en un parque, la oscuridad de la noche me envuelve permitiendo que pase desaparecida ante los ojos de los curiosos. Me siento en el suelo, apoyada contra el tronco de un árbol y me desahogo. Rompo a llorar.

No puedo creer que vaya a tener que ir otra vez a ese infierno. Se supone que si ganábamos una vez estábamos exentos de volver a ir. Salíamos de las urnas de la Cosecha y teníamos una vida llena de lujos.

Y ahora esto. Las tarjetas no están escritas desde que comenzaron, no lo están, es demasiada casualidad que ahora, con los levantamientos y con el desafío que hicimos Katniss y yo, sean los tributos vencedores quienes tienen que volver a la arena. Ha sido idea del Presidente Snow, nos quiere ver muertas y por mucho que haya más vencedoras mujeres en mi distrito, estoy segura al cien por cien que me va a tocar ir a mí.

 

No sé cuánto tiempo llevo sentada en este parque llorando, los músculos los tengo agarrotados y el frío se cuela bajo mi piel. Me limpio las lágrimas y me levanto dispuesta a volver a casa y enfrentar a mi familia.

No puedo hacer nada al respecto, es algo inevitable, pero lo que sí puedo hacer es volver a la Academia y entrenar todos los días como si no hubiera un mañana. Tengo que llegar a la arena en la mejor condición física porque todos ellos son asesinos profesionales, ganaron sus juegos, y no van a tener piedad.

 

Las semanas han pasado y no he dejado de entrenar ni un solo día. Si hecho la vista atrás puedo decir que estoy mucho más preparada y capacitada para ir. Sobre todo si lo comparamos a cómo estaba hace un año. Soy más fuerte, más rápida y más letal, no tengo compasión ni empatía. Mis sentimientos y emociones han quedado atrás, en ese árbol a las tantas de la noche.

A unos metros de mí diviso a Enobaria acabando su entrenamiento. Todos los vencedores han vuelto a ponerse en forma y muchos de ellos, como Brutus, quieren presentarse como voluntarios. Sobre todo los hombres. En cuanto a las mujeres, muchas de ellas ya son de edad avanzada y otras tienen hijos de los cuáles hacerse cargo. Por lo que si salen irán pero si no salen no van a presentarse voluntarias. Aunque hay una excepción y estoy caminando hacia ella.

  • Enobaria – la llamo haciendo que se gire y me mire.
  • Hola Clove – me sonríe - ¿Has acabado con tu entrenamiento? – me pregunta.
  • Sí – respondo – Quería hablar contigo de una cosa – cambio de tema rápidamente, queriendo ir al grano.
  • Está bien – me mira interrogante - ¿De qué quieres hablar? – me pregunta.
  • ¿Podemos ir a otro sito? – digo mirando como algunas personas en la sala se nos queda mirando curiosos.
  • Por supuesto – responde cogiendo su bolsa de deporte.

Salimos de la sala y Enobaria me guía por los pasillos hasta que llegamos a un vestuario. Por lo que parece solo debe usarlo ella, porque es pequeño y tiene sus cosas ahí.

  • Aquí podemos hablar más tranquilas – deja la bolsa en un banco y se gira para encararme - ¿Dime qué es eso tan urgente que tienes que decirme? – lo sabe, sabe que es importante por la urgencia con la que la he abordado hace unos segundos.
  • Sé que te entusiasma la idea de volver a los juegos – comienzo a hablar.
  • Por supuesto – me responde y yo levanto la mano en un gesto de que me deje continuar.
  • Por favor, déjame hablar a mí primero – pido y ella asiente mirándome – Sé que quieres ir pero seamos realistas Enobaria – la miro – Voy a ir a los juegos. El Presidente Snow se encargará de que así sea, de que la escogida sea yo – coloco tras mi oreja un mechón de pelo.
  • Lo sé – me responde – Lo he imaginado en cuanto lo anunciaron. También querrán que vaya Katniss – afirma algo que ya me pensaba.
  • Voy a salir en la Cosecha – la cojo de las manos y la miro a los ojos – No quiero que te presentes voluntaria – suelto a bocajarro, sin darle demasiadas vueltas.
  • Clove no – me mira angustiada.
  • Por favor Enobaria. Te necesito como mentora, te necesito fuera para conseguirme patrocinadores – explico mis argumentos.
  • ¿Seguro qué es por eso? – me mira buscando la verdad - ¿O es por qué no quieres seguir viviendo por lo que le pasó a Cato? – me insiste.
  • Quiero vivir – digo segura – Quiero hacerlo pero estoy segura de que el Presidente Snow hará todo lo posible por matarme. Prefiero que sea en la arena y no aquí en el Distrito 2, pudiendo afectar a mi familia y a mis amigos – me siento en el banco y me echo las manos a la cara.
  • Está bien – anuncia y pasa una de sus manos por mi espalda para reconfortarme – No lo haré. Dejaré que vayas – me alza la mirada para que la mire – Pero que sepas que voy a hacer todo lo posible porque ese culo respingón tuyo vuelva a casa – ambas nos reímos ante su comentario.

Enobaria me abraza y yo lo devuelvo gustosa. Ahora sé que ella estará al otro lado, velando por mí y haciendo todo lo posible por traerme de vuelta a casa.

 

Las nubes negras comienzan a opacar los últimos rayos de sol del día. Camino entre las tumbas hasta que llego al lugar. Me agacho y me quedo contemplando su lápida.

Los minutos y las horas pasan pero no me importa, estoy tranquila y en paz, como cada vez que estaba con él. Una gota impacta en mi cara y después le siguen unas cuantas. La lluvia ha comenzado pero no me importa. Quiero estar con él el máximo tiempo posible, puede que no lo esté nunca más.

  • Hola – digo en alto mirando su lapida - ¿Sabes? Te echo de menos, todos los días – me imagino que está justo delante, mirándome – Puede que no volvamos a estar nunca más juntos – se me entrecorta la voz – Tengo que volver a la arena – explico – Tengo que volver a ese infierno de nuevo – comienzo a llorar sin poder evitarlo – Se supone que ganar significaba no volver y tener una vida de lujos, pero ya ves, esa vida no es para mí – hipo por la llorera – Sé que te prometí vivir, voy a intentarlo pero esta vez va a ser muy difícil, todos son profesionales, todos han ganado, convirtiéndose en asesinos. No sé si volveré aunque te prometo que lo intentaré – paso una de mis manos limpiando una hoja que ha caído sobre la lápida – Diste tu vida para salvarme, para que yo viviera y no voy a perdonarles nunca esto, te lo juro. Adiós Cato – me despido finalmente y me levanto del suelo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.