Amar o morir #2 - Libertad

Capítulo 10 - SEPARADOS

Nota aclaratoria: los acontecimientos que se narran en este capítulo ocurren simultáneamente con los narrados por Clove en el prólogo.

 

 

Abro los ojos y las paredes blancas de la estancia en la que me encuentro, me hacen daño en los ojos. Miro a mí alrededor y parece que estoy en una habitación de hospital. A la parte derecha de mi cama hay una cortina blanca que separa la zona en dos. Me incorporo en la cama para sacarme el respirador y la vía que tengo en el brazo.

Necesito saber qué está pasando. Lo último que recuerdo es estar en la arena, junto a Clove.

¡Clove!

Si yo estoy vivo eso quiere decir que Clove… No puede ser, no, me niego.

Me quito la sabana que me cubre y poso mis pies en el suelo. Me levanto y aunque me mareo por un instante, no dejo que el dolor que siento se interponga. Ando descalzo y quito la cortina.

Mi cara es un poema en cuanto veo a la persona que hay tumbada en la cama. Peeta está tendido ahí, sus ojos me miran también sorprendidos, sin entender nada.

  • ¿Qué narices está pasando aquí? – pregunto a Peeta confuso.
  • Yo tampoco sé nada – me responde – He despertado hace poco – me comenta.
  • ¿Si nosotros estamos vivos eso quiere decir que Clove y Katniss…? – se me corta la voz solo con pensarlo.
  • Pero nos interpusimos en el camino de las lanzas – intenta buscar un razonamiento lógico.
  • Tenemos que averiguar qué está pasando aquí – digo tajante.

Peeta asiente e intenta levantarse de la cama, pero el corte que le di en la pierna se lo impide. Al final solamente salgo yo de la habitación. Miro a ambos lados pero solo hay un pasillo largo.

Escojo una dirección y camino hasta que oigo unos pasos. Cuando miro a la persona que hay enfrente, me quedo perplejo. ¿Qué hace aquí Haymitch? No entiendo nada.

  • Cato – me dice al llegar a mi altura – Estás despierto – dice lo obvio.
  • ¿Qué narices hago aquí? – pregunto - ¿Dónde está Clove? – vuelvo a preguntar – Haymitch – lo zarandeo - ¿Dónde está? Dime dónde está – mi furia empieza a recorrerme por dentro y también la desesperación.
  • Tranquilízate Cato – me dice – Volvamos a la habitación y os contaré todo – su mirada es sincera por lo que asiento y lo sigo.

Volvemos a la habitación y me siento en una silla junto a la cama de Peeta. El chico del Distrito 12 mira sorprendido a Haymitch pero lo saluda.

  • Sé que tenéis muchas preguntas – ambos asentimos – pero lo más importante que tengo que deciros es que estáis vivos – nos dice.
  • ¿Cómo? – pregunta Peeta sin entender nada – Nos interpusimos en la trayectoria de esas lanzas, deberíamos de estar muertos.
  • Así es pero dimos los cañonazos antes de que vuestros corazones se parasen – comienza a decir – Las chicas no querían separarse de vosotros y casi os perdemos, pero finalmente cuando subisteis al aerodeslizador el equipo de médicos pudo salvaros – nos mira a los ojos mientras apoya su espalda en el respaldo de la silla en la que está sentado.
  • ¿Clove? – pregunto con la esperanza de no oír malas noticias.
  • Está viva – me dice y suspiro aliviado – Ambas lo están – ahora su mirada se posa en Peeta que lo mira incrédulo.
  • ¿Cómo es eso posible? ¿Están aquí? – pregunta mi compañero.
  • No, no están – un nudo se forma en mi estómago – Cada uno está en su Distrito – dice.
  • ¿Han dejado que las dos vivan? – no entiendo nada.
  • Sí, ambas cogieron las bayas y decidieron morir antes que vivir – nos dice – El vigilante jefe no podía dejar los juegos sin un vencedor, así que antes de que se las comieran, las paró y las declaró campeonas – explica.
  • Vale y ¿dónde estamos? – pregunto ya que esto no se parece a la Torre de los Tributos en el Capitolio.
  • En el Distrito 13 – nos dice sin inmutarse.
  • Pero si ya no existe – digo.
  • Lo destruyeron en la guerra – sigue Peeta.
  • Pues ya veis que no – nos mira sonriendo.

Peeta y yo nos miramos sin entender nada, es demasiada información pero aun así hacemos que nos cuente todo. Han pasado solo unos días desde que acabaron los juegos. Resulta que el Distrito 13 se ha estado ocultando durante todo este tiempo, haciéndose más grande. Tanto que ahora tienen un gran ejercito con el que pueden enfrentarse al Capitolio.

Un soldado del Distrito 13 aparece y nos escolta hasta el alto mando. La presidenta nos quiere dar la bienvenida. Cuando llegamos un grupo de personas están sentados alrededor de una mesa oval. Nos hacen sentarnos en los dos asientos libres que quedan.

  • Bienvenidos al Distrito 13. Mi nombre es Alma Coin – se presenta – Soy la Presidenta del Distrito. Me alegro ver que estáis sanos y salvos – nos dedica una sonrisa extraña que me hace estar alerta.
  • ¿Qué hacemos aquí? – pregunto.
  • Queremos que os unáis a nuestra causa – nos dice la Presidenta.
  • ¿Y qué causa es esa? – ahora es Peeta quien pregunta.
  • Vuestras chicas han encendido una chispa que llevamos años esperando, la chispa que unirá a todos los Distritos en contra del Capitolio – empieza a decirnos la mujer – Es hora de que caiga el Presidente Snow – dice esto último con dureza.
  • ¿Qué pintamos nosotros en todo esto? – sigo preguntando.
  • Vais a ser piezas clave. Por ahora no podemos deciros nada más pero vais a comenzar a entrenaros. Entrenaros para la guerra que se avecina – concluye.

Tras esas últimas palabras nos hacen salir de la sala y nos llevan por interminables pasillos hasta las habitaciones de los habitantes. Cuando entro no puedo evitar ir a lavarme la cara con agua fría. Ha sido demasiada información por hoy.

Todo se está complicando. No pensé que todo esto fuera acabar así.

¿Dónde estará Clove? ¿Estará bien? Ahora solo quiero verla, saber que está bien.




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