La semana pasa demasiado deprisa y cuando quiero darme cuenta, a través de la ventanilla se ve el Capitolio. El sentimiento de angustia me invade en cuanto veo los característicos edificios de la ciudad. Cato se coloca a mi lado y coloca una de sus manos en mi hombro. Miro hacia arriba para verle y me sonríe infundiéndome ánimos. Coloco mi mano sobre la suya y le dedico una sonrisa leve.
El tren se para en la estación y todo el equipo nos concentramos en la salida esperando a que abran las puertas. En cuanto lo hacen, bajamos el escalón y los miles de flashes nos ciegan. Cato me coge de la mano y entrelazamos los dedos. Después caminamos juntos hasta la entrada del Edificio de Entrenamiento. Nuestras expresiones son duras, no mostramos ningún tipo de sonrisa tal como nos había pedido Enobaria.
Al entrar subimos en el elevador y bajamos a la planta menos uno para que nos preparen para el desfile. Caminamos entre los pasillos y nos separan para que cada uno vaya a una sala diferente. Allí ya me están esperando Elron, Alia y Sia. Cada uno me da un abrazo y comienzan a desvestirme para meterme en la bañera. Comienzan a hablar sobre los juegos y sobre los tributos, están emocionados pero a la vez tristes porque van a perder a muchos de los vencedores a los que ya han cogido cariño.
Me miran con pena y con lagrimas en sus ojos, intento tranquilizarles y decirles que no pasa nada, que no es culpa de ellos. Pero no surge efecto, ninguna de mis palabras y me están empezando a agobiar. Al cabo de unos minutos entra por la puerta Cloe y suspiro aliviada. Mira el ambiente que hay en la sala y echa a todos de allí, dejándonos solas a las dos. Se acerca y me abraza. Le doy las gracias con la mirada y dejo que me arregle.
No veo que me pone hasta que termina y me hace mirarme en un espejo. El reflejo que veo ante mí me sorprende como siempre.
Vuelvo a verme en el espejo y contemplo el mono negro ajustado que llevo. El mono es de pantalón largo, de licra, ajustando y la parte de arriba solo llevo una manga larga. El otro hombro lo llevo al descubierto y el borde de mi escote está degradado hasta que el negro se vuelve transparente. El pelo me cae suelto sobre mis hombros y las ondas sueltan reflejos en tonos azules o eso parece. Mi maquillaje es intenso, los ojos los llevo bien marcados con sombras en negro y azul.
Salimos de la sala y vamos hasta el elevador para bajar un piso que nos lleve a las caballerizas, que es el lugar desde donde salimos para el desfile. Cuando llegamos voy sola hasta mi carro, dejando que Cloe busque al resto del equipo. Miro a mí alrededor y me doy cuenta de que esto no es igual a lo que sucedió el año pasado. Está todo el mundo entremezclado, tributos, mentores… No se parece en nada a lo que vi la otra vez.
Acaricio el lomo de uno de nuestros caballos y siento una presencia tras de mí. Me giro y me encuentro con unos ojos azules diferentes a los de Cato.
Cato me sonríe y pasa sus manos tras mi espalda para después dejar un beso cálido sobre mis labios. Al separarnos me fijo y veo a Katniss a unos metros de nosotros y sonrío ampliamente. Me separo y voy medio corriendo hasta llegar hasta ella. Me tiro a sus brazos y ambas reímos. Después voy directa hasta los brazos de Peeta que me reciben con gusto.
Hablamos un poco de todo hasta que nos llaman para ir a nuestros respectivos carros. Cato me ayuda a subir y juntos esperamos a que todo este show empiece.