Amar o morir #2 - Libertad

Capítulo 21 - EL SHOW COMIENZA

La semana pasa demasiado deprisa y cuando quiero darme cuenta, a través de la ventanilla se ve el Capitolio. El sentimiento de angustia me invade en cuanto veo los característicos edificios de la ciudad. Cato se coloca a mi lado y coloca una de sus manos en mi hombro. Miro hacia arriba para verle y me sonríe infundiéndome ánimos. Coloco mi mano sobre la suya y le dedico una sonrisa leve.

El tren se para en la estación y todo el equipo nos concentramos en la salida esperando a que abran las puertas. En cuanto lo hacen, bajamos el escalón y los miles de flashes nos ciegan. Cato me coge de la mano y entrelazamos los dedos. Después caminamos juntos hasta la entrada del Edificio de Entrenamiento. Nuestras expresiones son duras, no mostramos ningún tipo de sonrisa tal como nos había pedido Enobaria.

Al entrar subimos en el elevador y bajamos a la planta menos uno para que nos preparen para el desfile. Caminamos entre los pasillos y nos separan para que cada uno vaya a una sala diferente. Allí ya me están esperando Elron, Alia y Sia. Cada uno me da un abrazo y comienzan a desvestirme para meterme en la bañera. Comienzan a hablar sobre los juegos y sobre los tributos, están emocionados pero a la vez tristes porque van a perder a muchos de los vencedores a los que ya han cogido cariño.

  • Lo sentimos tanto cariño – me dice Sia mientras retoca las uñas de mis pies mirándome con lastima.
  • No te mereces esto – es ahora Elron quien habla.
  • Es tan… injusto – comienza a llorar Alia.

Me miran con pena y con lagrimas en sus ojos, intento tranquilizarles y decirles que no pasa nada, que no es culpa de ellos. Pero no surge efecto, ninguna de mis palabras y me están empezando a agobiar. Al cabo de unos minutos entra por la puerta Cloe y suspiro aliviada. Mira el ambiente que hay en la sala y echa a todos de allí, dejándonos solas a las dos. Se acerca y me abraza. Le doy las gracias con la mirada y dejo que me arregle.

No veo que me pone hasta que termina y me hace mirarme en un espejo. El reflejo que veo ante mí me sorprende como siempre.

  • ¡Dios Cloe! – exclamo sorprendida – Es maravilloso, es uno de tus mejores trajes – le digo mirándola a los ojos.
  • Cinna me ha ayudado – me dice con una sonrisa amplia – hemos estado trabajando juntos – me guiña un ojo.
  • ¿Eso quiere decir que el vestido lleva algo que va a sorprender? – pregunto entusiasmada.
  • Puede ser – se ríe ante mi reacción.

Vuelvo a verme en el espejo y contemplo el mono negro ajustado que llevo. El mono es de pantalón largo, de licra, ajustando y la parte de arriba solo llevo una manga larga. El otro hombro lo llevo al descubierto y el borde de mi escote está degradado hasta que el negro se vuelve transparente. El pelo me cae suelto sobre mis hombros y las ondas sueltan reflejos en tonos azules o eso parece. Mi maquillaje es intenso, los ojos los llevo bien marcados con sombras en negro y azul.

Salimos de la sala y vamos hasta el elevador para bajar un piso que nos lleve a las caballerizas, que es el lugar desde donde salimos para el desfile. Cuando llegamos voy sola hasta mi carro, dejando que Cloe busque al resto del equipo. Miro a mí alrededor y me doy cuenta de que esto no es igual a lo que sucedió el año pasado. Está todo el mundo entremezclado, tributos, mentores… No se parece en nada a lo que vi la otra vez.

Acaricio el lomo de uno de nuestros caballos y siento una presencia tras de mí. Me giro y me encuentro con unos ojos azules diferentes a los de Cato.

  • Hola preciosa – me saluda con una sonrisa pícara – no hemos tenido el placer de presentarnos soy… - lo dejo con la palabra en la boca al interrumpirle.
  • Finnick Odair – respondo por él.
  • Me gusta mucho como te han vestido esta vez – sigue hablando – ¿Los vestidos de niña se han quedado pequeños no?  – se ríe.
  • Estoy cansada de fingir – contesto seria – estoy cansada de jugar a un juego en el que no quiero participar.
  • Me parece bien – me responde – Creo que mereces mucho más y que aquí en el Capitolio hubieras triunfado – se acerca más a mí, tanto que me resulta incómodo – Que pena que no hayas podido disfrutarlo – me acaricia la mejilla con su dedo.
  • Estás aquí – oigo la voz de Cato y siento como su brazo rodeada mi cintura separándome de Finnick en gesto protector.
  • El gran Cato Hadley – dice Finnick con una sonrisa – me alegro de conocerte al fin – tiende su mano y Cato se la estrecha con fuerza, aunque yo diría que demasiado – ¡No te preocupes hombre! – levanta las manos al soltarse en gesto de rendición – No pienso quitarte a tu chica – sonríe burlón y yo no puedo evitar reírme porque Cato está tenso y sé que está celoso.
  • No te preocupes Finnick, él es así – respondo regalándole una sonrisa.
  • Me ha encantado conoceros pero tengo que irme – se despide y asiento mientras veo como se aleja.
  • Eres idiota – le digo a Cato riéndome y mirando a su cara – No tienes nada de lo que preocuparte, así que deja de estar celoso – acaricio su mejilla y dejo allí un beso.

Cato me sonríe y pasa sus manos tras mi espalda para después dejar un beso cálido sobre mis labios. Al separarnos me fijo y veo a Katniss a unos metros de nosotros y sonrío ampliamente. Me separo y voy medio corriendo hasta llegar hasta ella. Me tiro a sus brazos y ambas reímos. Después voy directa hasta los brazos de Peeta que me reciben con gusto.

  • No puedo creerme que estés vivo – le digo con una sonrisa amplia.
  • Ya ves, estoy como una rosa – se ríe ante mis palabras.
  • Me alegro de que estés vivo Cato – le dice Katniss a Cato.
  • No sé si creerte del todo – responde con burla.
  • ¿Qué culpa tengo yo? ¡Querías matarme! – se excusa.
  • Todos queríamos matarnos – digo para zanjar el tema.

Hablamos un poco de todo hasta que nos llaman para ir a nuestros respectivos carros. Cato me ayuda a subir y juntos esperamos a que todo este show empiece.

  • Nada de sonrisas – le digo mirándolo a los ojos.
  • ¿Por? – me pregunta interesado.
  • No se merecen ningún gesto por nuestra parte más que el odio y la ira por meternos de nuevo en este juego – le digo – Aunque creo que nunca hemos salido – apoyo mi cabeza en su hombro.
  • Estoy de acuerdo contigo – deja un beso sobre mi pelo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.