Al terminar el desfile volvemos al Edificio de Entrenamiento. La mano de Cato ha sostenido la mía en todo momento, no me ha soltado. No nos cruzamos con ningún tributo más, pero así es mejor. A partir de ahora solo estamos él y yo, nadie más. Aquí no hay amigos, solo enemigos, a fin de cuentas los juegos consisten en matar o morir.
Subimos en el ascensor y llegamos todos a nuestro piso. Al entrar Annia nos envía a nuestras habitaciones para asearnos y ponernos ropa más cómoda para la cena.
Al salir de mi habitación me topo con que Cato también está saliendo de su habitación. Me mira y sonríe ampliamente. Lo veo acercarse a mí, tanto que tengo que dar unos pasos hacia atrás, parando cuando choco contra la pared.
Sus labios rozan los míos y me dejo llevar. Su lengua recorre mis labios y abro más la boca, dándole mayor acceso. Sus manos se posan en mis mejillas y las mías en sus caderas, buscando el bajo de su camiseta. Cuando lo encuentro. Cuelo mis manos bajo su camiseta y toco su piel. Sus manos bajan hasta mis caderas y me pega a su cuerpo.
Nos separamos por falta de aire, pero él sigue su recorrido de besos por mi mejilla y después por la parte sensible de mi cuello. Suelto un suspiro de placer y veo como la espalda de Cato se tensa.
Sus labios van directos a los míos, con efusividad, con pasión, con necesidad. Mis manos vuelven a volar hasta la espalda baja y con un movimiento me muevo, consiguiendo que Cato sea el que esté atrapado entre la pared y yo. Sus manos pasan de mis mejillas a mi espalda, bajando con urgencia hasta que llega a mi culo. Coloca sus manos por debajo y me alza. Mis piernas se enrollan en su cintura y mis manos se colocan en sus hombros mientras le sigo besándolo.
Cato vuelve a colocarme contra la pared y separa su boca de la mía.
Esa mirada me desarma por completo y no puedo negarme a su petición. Tomo su rostro entre mis manos y lo beso. Cato comienza a caminar hacia la puerta de su habitación y consigue abrirla. Al entrar cierra la puerta con la pierna y camina conmigo en brazos hasta que termina por tirarme en la cama. Tras la caída nos separamos por lo que me permito sentarme en la cama y lo miro con una sonrisa pintada en la cara. Cato se sube y se acerca a mí, provocando que termine apoyando la espalda sobre la colcha de la cama. Me mira y antes de acercarse a mí se muerde el labio de forma seductora, por lo que acoto la distancia y lo beso.
Seguimos así durante unos minutos, besándonos y acariciándonos hasta que unos golpes en la puerta nos interrumpen.
Antes de abrirla, Cato me coge de la cintura, me da la vuelta y me da un beso largo y profundo. Después se separa de mí y cogidos de la mano vamos al salón.
Me levanto de la cama tras oír los golpes en la puerta y los buenos días de Annia. Me revuelvo entre las sabanas y abrazo con fuerza el cuerpo de Cato que está a mi lado.
Me incorporo en la cama y acaricio su brazo desnudo, después paso a su cara hasta que lo veo fruncir el ceño, entre abre los ojos y me sonríe en cuanto me ve.
Me levanto de la cama y voy directa al baño, después de la noche tan movida, necesito una ducha. Al terminar me visto con la ropa que me ha preparado Cloe encima de la cama. Cuando estamos listos vamos hasta el comedor y me siento en una de las sillas vacías.