MÁS QUE MI PROPIA VIDA
¡GONG!
El cañón resuena y yo solo tengo un pensamiento, llegar hasta la Cornucopia. Me tiro de la plataforma al agua y nado hasta llegar a la pasarela de tierra. Corro todo lo rápido que puedo ya que tras mí aparece Cashmere, dispuesta a atraparme antes de que llegue. Es más corpulenta que yo, por lo que tendría ventaja en el cuerpo a cuerpo, así solo me queda correr y ser más rápida que ella.
Al llegar doy un rápido vistazo entre las armas y encuentro el arsenal de cuchillos, mi arma favorita. Me giro y lanzo uno directamente a Cashmere, que le da en el hombro, provocando que caiga al agua, justo cuando estaba a punto de coger un arma. Veo que hay más gente en la Cornucopia y busco a Cato, pero no está. ¿Estará bien? Espero que llegue cuanto antes, no me voy de aquí sin él.
Me doy la vuelta y veo a Katniss al otro lado. Corro hasta ella y justo cuando estoy a su altura alguien nos grita que nos agachemos. Ambas lo hacemos y encontramos a un tributo del Distrito 9 ensartado por un tridente. Ante nosotras aparece un Finnick muy mojado que nos mira con una sonrisa pícara. Pero no me creo ese gesto de bondad al ayudarnos así levanto mis cuchillos dispuesta a atacar si hace falta, igual que Katniss.
Katniss le mira dudando, sin saber bien qué pensar y yo los miro a ambos sin entender nada.
Tras Finnick aparece Cato, con la espalda en alto y mirando desafiante al chico del Distrito 4.
Observo a Cato y veo duda en sus ojos, me acerco hasta él y le agarro de la mano.
Asiente y sigue al chico rubio. Nosotras nos giramos y comenzamos a lanzar flechas y cuchillos a todo aquel que intenta acercarse.
Al doblar la esquina nos encontramos a Peeta dentro del agua, junto con otro tributo. Ambos están forcejeando, lo que incrementa nuestra carrera. Los primeros en llegar son Cato y Finnick, que se lanzan al agua sin dudarlo, justo cuando se hunden en el agua, y tras ellos Cato y Finnick.
Las tres nos quedamos en el camino de tierra, esperando.
¡GONG!
Alguien acaba de morir.
Doy un paso para tirarme al agua pero unas manos me retienen. Mags no quiere que salte, pero yo necesito saber que está bien. Un cuerpo sube a la superficie, pero no puedo distinguir quién es. Unos segundos más tarde aparece la cabeza de Finnick, tras él la de Peeta y la de Cato.
Respiro con fuerza al verlo, ya que durante una eternidad he dejado de respirar. Lo ayudo a subir cuando llega a nosotras y aún de rodillas me agacho y lo abrazo con fuerza.
Se separa de mí y me acaricia la mejilla con delicadeza.
Comenzamos a correr hacia la playa y nos adentramos en la selva, con el fin de poner cuánto mayor distancia de ellos, mejor.
No sé cuánto tiempo llevamos andando cuando Finnick pide que paremos, va cargando a Mags a la espalda y necesita descansar. Todos paramos y nos agachamos por si alguien nos está siguiendo.
Estoy totalmente de acuerdo. Miro a Cato y lo veo tenso, alerta.
¡GONG!
Me sobresalto por inercia.
¡GONG!
Agarro el brazo de Cato.
¡GONG!
Él me mira e intenta tranquilizarme.
¡GONG!
Cada vez que escucho ese sonido vuelvo al año pasado, cuando ese gong significó que Cato estaba muerto.
Veo que Katniss hace lo mismo con su arco y yo pongo mis manos en el brazo de Cato y empujo para que baje el arma.
Me mira a los ojos y baja el arma, pero no deja de mirar mal al chico del distrito 4. Seguimos adentrándonos en la selva con Peeta en la cabeza y Cato en la retaguardia.
Voy tras Peeta, dejando que vaya abriendo pasa entre la maleza, cuando de repente Katniss grita, se oye un estruendo y el cuerpo de Peeta salta por los aires.
Me quedo paralizada mirando como unas ondas se ven en el punto en el que Peeta ha chocado con el campo de fuerza. Y no me muevo hasta que siento los brazos de Cato rodeándome. Me giro y me centro en Peeta, que está en el suelo y en Finnick, que está intentando reanimarlo. Los segundos pasan y mi angustia crece. Me aferro a los brazos de Cato con fuerza y espero. Una bocanada de aire entra en sus pulmones y comienza a moverse, provocando que todo el aire que tenía retenido lo expulse.