-Ya te dije que vamos a un lugar muy especial. - dice guiándome hasta su auto, entro, me ubico en el asiento del copiloto y me pongo el cinturón de seguridad, mientras Jake también lo hace.
Después de un recorrido silencioso por a las afueras de la cuidad Jake detiene el auto cerca de lo que parece ser un acantilado.
-Veo que al parecer no fue buena idea venir hasta aquí contigo, ¿acaso piensas empujarme por aquel acantilado? -dijo bromeando un poco mientras salimos del auto.
- ¡Vaya!, acabas de descubrirme. - responde siguiéndome el juego –creo que este es un muy buen lugar para que nadie sospeche nada, estamos alejados de la ciudad así que será mucho más fácil para mí. –se acerca lentamente hacia mi intentando atemorizarme.
-Después de todo no es una idea tan mala, creo que solo así estaré en paz. –en ese instante su expresión divertida cambia totalmente a una de decepción, desvío la mirada dándome cuenta de que no debí decir aquello frente a él, ahí pensamiento y sentimientos que es mejor no compartirlos con nadie y este es uno de ellos.
-No sé qué sucedió en tu vida, es verdad apenas te conozco, pero sé que no siempre has sido así, tan triste, sin ganas de vivir, no tengo ni la más mínima idea de que es aquello que te ha afectado tanto, pero no puedes vivir aferrada a eso que te lastima tanto, existen miles de motivos para vivir, te voy a preguntar algo, quiero que me respondas con la verdad, ¿alguna vez has intentado suicidarte? –esa pregunta me descontrola tanto, yo simplemente dejo caer las lágrimas por mis mejillas y esa es mi respuesta, una respuesta decepciona mucho a Jake.
Camina un poco más hacia el acantilado con las manos en la cabeza en muestra de desesperación, doy unos pasos tras él, se voltea y me mira a ver hay un poco de tristeza en su mirada.
-La muerte no es la solución a tus problemas, no sé a qué te refieres al decir que solo así estarás en paz, no siento ese dolor que te atormenta, pero definitivamente no vale la pena quitarse la vida por cualquiera que sea el motivo. -me mira fijamente tratando convencerme, pero no es suficiente, no lo es.
-Tú no tienes ni la más mínima idea de lo que es tener que vivir día y noche atormentada por un dolor que oprime tu pecho y no hay forma alguna de aliviarlo, no sabes lo que es buscar algo que te haga feliz después de haber experimentado la tristeza y el dolor en su máximo esplendor. –cada palabra que sale de mi boca me apuñala duramente.
-He experimentado el dolor al igual que tú, todos pasamos por un momento que nos derrumba, pero aun así hay motivos para levantarse y continuar, no puedes vivir tu vida sumida en la tristeza –camina hacia el auto y se sienta en el capó, lo sigo y me paro frente a él. –hace cinco años mi madre se suicidó –esto me sorprende completamente, su voz y sus expresiones ahora demuestran mucha tristeza –ella siempre estaba deprimida, iba con el terapeuta pero aun así no lograba superar aquello, todo comenzó cuando mi hermano que en ese entonces tenía tres años murió por un problema que tenía en el corazón desde que nació, durante los tres años que pudo llegar a vivir había estado en tratamiento porque una intervención quirúrgica era imposible, pero aun así solo pudo estar con nosotros tres cortos años, luego de la muerte de mi hermano mi mamá cayó en una gran depresión, yo tenía quince años y tenía que enfrentarme a la muerte de mi hermano y a la depresión de mi madre, verla llorar todos el día y hacerme el fuerte frente a ella, seis meses después mi padre le pidió el divorcio a mi madre, lo que termino hundiéndola mucho más. Un día al llegar del colegio me dirigí a su habitación, le llevaba sus rosquillas favoritas, al entrar mi mundo se derrumbó por completo –lagrimas ruedan por sus mejillas y ahora comprendo que todos tenemos momentos que jamás quisiéramos haber vivido –mi mamá se había suicidado, primero mi hermano, luego mi madre, aun sigues creyendo que he experimentado el dolor, la tristeza, la soledad.
-Yo lo lamento, lamento haberte juzgado sin saber todo por lo que has pasado y lamento todo lo que has tenido que enfrentar. -digo sin saber que más decir.
-He pasado por momentos difíciles, pero aun así tengo tantas ganas de vivir por todos aquellos que no pudieron hacerlo y también por aquellos que no quisieron, quiero ser tan feliz como a mi hermano y a mi madre les hubiese gustado verme, quiero disfrutar cada momento, también debes ser feliz, debes encontrar la calma, liberarte de ese dolor.
- ¿Cómo?, es tan difícil dejar de sentirme así, tan culpable, tan inútil, si tan solo hubiera podido hacer algo. -mi voz se torna cada vez más débil.
Jake me toma de la mano y me conduce hacia el acantilado estamos muy cerca de la orilla, una suave brisa roza mi cara.