Amargura

Miedo al amor (Capítulo 8)

Narel camino a prisa para alcanzarla... 

– Detente. Dijo tomando su brazo con fuerza tomando a Sonash por sorpresa – ¿Que pasa?. Le pregunto

Sonash no tenía respuesta, guardo silencio y bajo la mirada, su corazón latía con fuerza. Se preguntó así misma "¿Que te pasa Sonash" 

Su móvil sonó, Narel no entendía que le estaba pasando y soltó su brazo. 

– Es mi papá. Le dijo – Hola... Estoy bien no te preocupes, ok. Miro a Narel – Ya nos esperan para atendernos. Le dijo mirándolo a los ojos. 

Narel camino hacia el auto y abrió la puerta de copiloto para que ella entrara. 

– Gracias.  Dijo en voz baja. 

Narel sentía algo extraño en su pecho, esa sensación nunca la había sentido. Entró al auto y su mano por alguna razón temblaba impidiendo que pudiera meter la llave en el suiche. 

– ¡Que diablos!. Gruñó 

– ¿Estás bien?. Le preguntó al verlo mal humorado.

– Estoy bien. 

– Puedo conducir, no soy buena pero estamos cerca. 

Narel resopló, bajo del auto y ella abrió la puerta para salir. Sonash sonrió al tomar el volante. 

– Te mentí, soy toreto en estas cuatro ruedas. Dijo mirándolo burlona. 

Narel frunció el ceño 

– ¿Toreto? 

– Rápidos y furiosos, ya sabes, la película. Encendió el auto, Narel no entendía – ¿Acaso no sabes de que te hablo?. Sus ojos respondieron – ¿Enserio?, sonrió – Es la película mas emocionante llena de adrenalina y acción que eh visto en la vida. Me encanta. Aceleró el auto y le dio un giro inesperado haciendo que Narel se espantara – Siempre quise hacer algo así. 

– ¡Estás loca! ¿¡Piensas matarme!?. Gritó

Sonash sonrió, su mirada  se encontraron con la de él, un brillo en sus ojos le hizo inquietar el pecho a Narel. 

– A mi lado no te pasará nada. Dijo dejando a Narel sin palabras. 

Después de haber dicho algo asi. 

Sonash parpadeo cayendo en cuenta en sus palabras

(Tonta ¿Porque dijiste eso). Pensó entre sí 

– ¿Que dijiste?. Le pregunto incrédulo

Ella bajo la mirada, puso en marcha el auto y no respondió su pregunta, no tenía palabras para corregir su comentario. 

Dos cuadras después llegaron al banco, las miradas de los hombres era evidente, su hermoso cuerpo y su rostro angelical llamaba cierta atención. 

– Señorita. Dijo un señor en modo de alago 

Sonash asintió en respuesta con una sonrisa. 

Narel sintió algo de molestia

– ¿Que está pasando conmigo?, ¿Porque me molesta que la miren?. Dijo en voz baja 

Una joven se acercó a ellos, Sonash daba pasos delante de él. 

– Buenos dias, sean bienvenidos, me acompañan por favor. Dijo con una enorme sonrisa 

Sonash se volteó para verlo. 

– ¿Narel?. Dijo en voz baja – Aún no puedo creer que no hallas visto la película. 

Narel bajo el rostro y sonrió 

– Niña tonta. Susurro

– ¿Dijiste algo?. Pregunto mientras seguían a la chica 

– Creo que esa pelicula será mi tortura todo este día. 

Sonash sonrió 

– Hay una nueva, ¿Te invito a cine?. Dijo con una sonrisa de oreja a oreja

– ¡No!. Dijo en un tono grotesco.

Sonash borro su sonrisa  al ver su rostro tenso y molesto

– Lo siento. 

– ¡Es aquí!. Dijo la joven que los guiaba. 

Sonash sonrió forzada 

– Gracias. 

Entraron a la oficina donde un hombre de unos 30 años los esperana. 

– Señor Narel, un placer tenerlo aca. Estrecho su mano derecha

Narel la tomó

– Igual. 

– ¿Y usted?, ¿Es la hija del señor Lorenzo?. Dijo mirando a la joven con cierto interés 

Sonash dio pasos a él, extendió su mano y sonrió

– Mucho gusto, Sonash. 

El hombre duro unos segundos sosteniendo su mano, Narel bajo la cabeza algo incómodo y carraspeó su garganta. 

– Perdón. Dijo el hombre – Un placer tenerla aquí, Demir, es usted, muy hermosa señorita Sonash. 

Ella sonrió 

– Muchas gracias, vallamos al grano. Dijo dejando a Demir sorprendido. 

Narel tenía su mandíbula tensa, ver la familiaridad con la que ellos se trataban y hablaban le dejaba un sin sabor. Sonash notaba la tensión en él trataba de ser directa y consisa en sus opiniones. 

... 

Se levantaron de la mesa al terminar la reunión, Narel estrecho su mano hacia Demir. 

– Fue un placer, con su permiso. Terminada sus palabras salió de la oficina a prisa. 

Dejando a Sonash y a Demir algo confusos. 

– ¿Está bien?. Pregunto Demir 

– Una cita médica, respondió. Estrecho su mano – Mi padre estará agradecido con todos ustedes, gracias por todo. 

– Su padre es unos de nuestros mejores clientes como no hacer negocios con ustedes. 

Sonash sonrió 

– Gracias. Con su permiso. 

Salió de la oficina dando pasos rapidos... 

Al ver a Narel dentro del auto en el puesto de copiloto lo acechó

– ¡Se puede saber que pasó alla a dentro! ¿Porque saliste así? ¿Tienes idea de el tipo de negocio que estábamos cerrando?. 

Narel salió del auto algo molesto, tiro la puerta y ella saltó dejandola impresionada. 

– ¡Ni yo mismo sé!, ¿Que diablos me pasa?. Destiló

Sonash parpadeo

– ¿Que?. Dio pasos a él

Pero su intención de acercarse no fue algo bueno para Narel 

– No te atrevas 

Sonash frunció el ceño extrañada 

– No te entiendo, solo quiero que 

– ¡No!, gritó – No quiero que hagas lo que intentas hacer. 

– ¡¿Y que es lo que intento hacer!?. Gritó molesta 

Narel cerró los ojos sintiendo algo muy pesado en su pecho, no sabia que era lo que tenía pero era extraño y muy pesado para él. 

La miró a sus ojos color  cafes, se clavó en ellos y sintio algo en su piel que lo erizó. 

– Acercarte a mí. Dijo en voz baja – Tan solo, no lo hagas niña 

Sonash frunció el ceño confundida, había algo en él que la atraía, sintió que los latidos en su pecho se hicieron fuertes al escuchar sus palabras. 

– Intento hacerlo. Susurró – Pero ni yo sé, ¿Que es lo que me está pasando?. 




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