Amargura

El susto de tu vida (Capitulo 11)

La pasión entre ellos se empezaba denotar, era dinamita al calor de piel.

Narel no tenía explicación alguna para así mismo. Cada cosa que hacía con esa chica era algo que no entendia. 

Deslizaba sus manos por su piel blanca, la suavidad y el olor que brotaba de ella lo inhalaba hasta llenar sus pulmones. 

Besaba cada centímetro de su piel, y esa boca la tomaba como si dependiera de ella para vivir. 

Narel se estaba volviendo en el hombre que Giulia siempre deseo ver. 

Los besos que se daban eran demasiado intensos, Sonash estaba conociendo lo que era el placer del sexo y Narel disfrutaba enseñarle. 

– Aveces siento miedo de lo que siento por tí Narel. Susurró sosteniendo su labio inferior

Narel la acerco más a su cuerpo y la beso con fuerza... 

– No tienes, ni la menor idea de lo que yo siento por tí, y... Tengo miedo de lo que estamos viviendo. 

Sonash se levantó de la cama desnuda. 

– ¿Podemos vivir este romance en secreto?. 

– Lo que órdenes. 

Ella sonrió, sintió la necesidad de preguntar algo más pero no lo hizo, la curiosidad por saber mas de él y en su pasado eran cosas deseaba enterse. 

Después de bañarse por segunda vez nuevamente juntos, se vistieron. Sonash cubrió el golpe con maquillaje. 

Se levantó de la silla del tocador, Narel observaba como su cuerpo se marcaba en ese vestido lila en satín. 

– Te vez preciosa. Por primera vez alago a una mujer. 

Ella lo miro con picardía 

– Yo también veo a un atractivo hombre frente a mí. Jamás imaginé enamorarme de alguien. De esta manera

Narel extendió su mano. 

Sonash la tomo, sonrio, miro sus hermoso ojos azules y dijo algo que a él lo dejo paralizado. 

– Te amo Narel Boushet. 

Los ojos de Narel brillaron y Sonash al ver que su mirada cambio sonrió. Dio pasos a él

– ¿De verdad, me amas? Ni siquiera sabes quién soy 

– Estoy enamorada, de lo que estoy viviendo a tu lado. Señor Narel. 

Guardo silencio, no respondió pero dentro de él algo despertó al escucharla. 

– Tengo que ir a casa a cambiarme de ropa. Dijo 

– Ve, yo tomaré un taxi. 

Salieron de manos agarradas hasta la salida del hotel donde ella vivía. Un hotel lujoso donde su padre le había comprado un departamento para cuando ella quisiera tener su privacidad y estar a solas fuera de su poder, nada donde el tuvuera mandato. 

Sonash lo veía alejarse en el auto, lo miraba como si fuera la única persona en el mundo. 

– Voy a pellizcarme. Lo hizo y chilló – ¡Auch!, se quejó – ¡Que tonta soy!, si me viera Roshan me mataria. No había terminado de hablar para si misma cuando su móvil sono. 

Era ella, su amiga. 

– ¡Eres una puta hija de tu madre!, te mamaste a Narel toda la noche y te olvidaste de mí!. Fue lo primero que dijo Roshan al escuchar la voz de su amiga 

– ¡Roshan!. La reprendió – Que modo de hablar tan horrible. 

– ¿Horrible?, más bien cuentame, quiero saber todo ¿Ya no arde la concha? 

Sonash agitó su mano al ver un taxi y este se detuvo 

– Empresa River por favor. Le dijo al conductor – Muy poquito, ya creo que me, estoy acostumbrando. 

– Tengo un libro de Kamasutra por si te interesa. 

– ¿Cómo creés?. La reprendió – Te veo en la empresa allá hablamos mejor 

– Voy a llevarte el libro. Dijo cortando la llamada 

Sonash nego, ni tiempo le dio de detenerla, luego sonrió seguido de un suspiro. 

 

... 

 

Narel llegó a su casa, tortura de inmediata al entrar, solo noto unas cuantas fotografías, su excuñada se había llevado todas las pertenecías de su hermana y sus hijas. 

Le temía llegar y encontrase con esto. 

Sintió mareo y cayó de rodillas, cerró los ojos, su respiración empezaba a ser algo difícil. 

A su mente venian muchos recuerdos, un CD andante, no paraba de correr, imagínes tras imágenes, palabras tras palabras, respuestas tras respuestas. Agarró su cabeza con sus dos manos tratando de aguantar lo que sentía. 

– Yo puedo, yo puedo, yo puedo. Se decía así mismo para darse ánimo. 

Se levantó casi sin fuerzas para luego dar pasos hacia las escaleras que daban al segundo piso. Entró a la habitación... Su estado de animo fue aún peor. 

"Vacío" 

Nada que le recordara a Giulia, pero, en este caso sus pertenencias no estaban, lo que si estaba eran sus lágrimas, sus peticiones, lo que deseaba ver de él, las veces que deseó que la tocara y nunca lo hizo, su sufrimiento estaba en esas cuatro paredes. 

¿Quién más que él para recordarlo? 

Lo veía pero se hacia el desinteresado, ciego sordo y mudo. 

Dio pasos hacia la cama y tomó la almohada que estaba del lado donde Giulia dormía. Inhaló haber si aún estaba su olor. 

Dos lágrimas bajaron por sus mejillas, se torturaba así mismo. Se sentó en la cama y mirando unas de las fotografía de la boda dijo.

– Si supieras lo que me está pasando ahora, no lo creerías Giulia, no de mí, ni yo mismo me reconozco, soy un perfecto desconocido antes mis acciones. Nunca había deseado tanto a una mujer, y perdoname por decir esto, pero ella, es... Ni tengo palabras para describirla, conocí a una chica llamada Sonash, y solo dire su nombre por ahora. Deslizó su dedo sobre el rostro de la imagen – Perdoname por haberte hecho sufrir, no puedo negar que soy culpable, me niego aceptar tu muerte. 

Narel trataba de desahogar esa pena que lo lastimaba pero no era suficiente, sentía el vacío y un huevo ahí. 

Se dirigió al armario para tomar ropa y poder cambiarse. Al salir, la habitación de sus hija fue aún más fuerte. 

Su llanto y su grito fue desolador. 

¿Quién dijo que la ausencia no dolía? 

Narel estaba sintiendo el fuerte impacto de las pérdidas de sus dos hijas. 

El vacío en su corazón estaba ahí, tuvo que haber pasado algo tan grande para el darse cuenta que las amaba. 

Casos comunes de la vida diaria. 




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