Salieron del ascensor y se dirigieron hacia el estacionamiento.
Sonash no decía una palabra, no podía explicarse así misma lo que estaba sintiendo.
Rabia, celos, molestia, miedo. No lo tenía claro.
Entraron al auto, Narel le coloco el cinturón de seguridad.
– Vallamos donde estemos solos.
Ella asintió. En el transcurso de la carretera no decían nada. Y Narel rompió el hielo.
– Dime lo que piensas.
– ¿Engañabas a tu esposa con ella?. Pregunto dejándolo impresionado
– ¿Qué?
– Solo responde Narel, quiero saber hasta donde llegaste con ella, con quien me enfrento.
Narel detuvo el auto.
– No te enfrentas con nadien, ella es nadien. Quiero que entiendas esa parte.
– ¿Nadien?, es una nadien que está enamorada, ¡Si es alguien! Y, está ahí, encima de tí.
– Para mi no lo es.
– No respondiste mi pregunta
Narel cayó por unos segundos...
– Sí. Dijo.
Sonash no mostró sorpresa en su respuesta, era algo que ya sabía pero quería escucharlo de él.
– Es, la primera vez que me enamoro y hago tanto por un hombre Narel. Dos lágrimas bajaron por sus mejillas – Si me engañas me lastimarias tanto que no habría como recuperarme, lo que siento es muy fuerte, mi corazón quisiera hablarte.
Se quitó el cinturón al escuchar sus palabras, se giro hacia ella y acunó su rostro.
– Todo, todo, lo que hago contigo, es primera vez para mí Sonash. Apoyo su frente en la de ella – Siento cosas que no había sentido antes, no me sé explicar a mí mismo estás cosas, mis impulsos mis celos, no tengo ni idea, no encuentro respuestas para lo que siento por tí, lo que si sé, es que te amo.
Sonash sonrió emocionada por sus palabras y lo besó.
– Me asusté horrible cuando llegó papá. Dijo entre risas al recordar el suceso.
– También yo. La beso – ¿Quién es el hombre del que tú papá habló?
– No lo conozco
– Por lo que escuché quiere que tengas alguna cercanía con él. Narel sentia celos
Sonash sonrió, lo besó y acarició su barbilla
– Ya tengo dueño. Soy toda tuya
Se sintió grande al escucharla
– Toda mía, haz que lo sepa, que no estás sola. Dijo con seriedad.
– Muy bien. Respondió
El amor que está chica empezaba a sentir era muy fuerte, tan fuerte que la empezaba a controlar.
Narel la llevo a un lugar que el recurría muy seguido. La bella naturaleza los rodeaba...
Sonash bajo del auto, estaba sorprendida con todo lo que podía ver desde esa altura. La hermosa ciudad se podía apreciar desde ahí, la brisa jugaba con su cabello.
– Esto, es demasiado hermoso. Le dijo
– Vengo mucho a este lugar. Me encanta, aquí es donde ordenó mis pensamientos la mayor parte del tiempo. La soledad y la naturaleza hacen buen aliado.
Sonash sonrió, apoyo su cabeza en su hombro...
Dos días después
Roshan ayudaba a escoger prendas de vestir para Sonash.
– ¿Sexi o sofisticada?. Dijo sosteniendo dos vestidos en sus manos – Si te vistes sexi despiertas deseo en él, así que mejor ponte este vestido. Lanzó un vestido que tenía en su mano izquierda estampados en flores – Tampoco queremos que te metas en problemas con tu galán eh.
Sonash sonrió negando.
– Ese de flores está bien, no es nada mostrador.
– ¡Y te queda divino!, así que anda y lárgate a verte con ese tipo. Salgamos de esto.
– Tú irás conmigo. Advirtió Sonash
Roshan negó
– No chica, a mí en esos cuentos ni me metas coño.
– Muévete Roshan que no voy a ir sola, tienes 30 minutos. Advirtió dando pasos hacia el baño.
– Coño!, pero ahora sí estoy linda yo!. Exclamó
– ¡Apúrate!. Grito desde el baño.
– ¡Lo que uno tiene que hacer por estas!...
Mientras ellas se peliaban por ir a la cita que el señor Lorenzo había acordado para su hija, Narel lleno de la ira producida por su celos golpeaba el saco de boxeo con un golpe tras otro.
Tenía puesta una sudadera negra, tennis marca Adidas y su torso descamisado. Su cuerpo había tenido ciertos cambios a través de su empeño en el gimnasio. Sus abdominales estaban marcados, sus bíceps y tríceps se veían adorables, sus espalda ancha bastante varonil. El sudor era un hermoso adorno a su bello cuerpo.
– ¡Metele más fuerzas Narel!. Gritó el entrenador del gimnasio donde el iba constantemente.
Empezó a golpear con más fuerza, se imaginaba a su chica almorzando con un hombre que no sería él.
– ¡Joder!, ¡Fuck fuck fuck!. Dijo airado
– ¡Valla!, ¡Alguien aquí está molesto!. Dijo Kerim acercándose a su amigo
– ¿De pelea nuevamente? Pregunto Narel
– Ni preguntes, más bien cuentame tú ¿Porqué tan molesto?
– El padre de Sonash arregló una salida con un tipo que viene de Estambul.
– ¡Ohh, joder amigo!, ya entiendo.
– La sangre me hierve.
El celular de Narel sonó, se quitó uno de los guantes y sonrió lascivo al ver una foto de Sonash al lado de su amiga Roshan.
– Bueno, esa sonrisa quiere decir que vamos mejor ¿No?
– Si, no fue sola. Volteo la pantalla de su móvil – Fue con su amiga.
– ¡La loca pelionera!. Entonces no hay problema, esa chica es un dolor de cabeza. Dijo dejando a Narel confundido
– ¡Haber ustedes dos mujercitas!, menos charla y más acción. Dijo en voz alta el entrenador.
Kerim empezó a saltar y a estirar su cuerpo
– Roshan es buena chica. Dijo Narel.
– Nunca te dije, pero esa mujer se fue a los golpes con un hombre me tocó intervenir y luego me tocó dar golpes, era un ring de boxeo. Todos contra todos.
– ¿De verdad?. Dijo irónico Narel
– Síii, gritaba en medio de la carretera ¡Coño e la madre! ¡Dale un coñazo más fuerte!
Narel rio divertido
– Hablas igual que ella.
– No eh podido olvidar esa noche.
Narel fruncio el ceño extrañado
– ¡Joder!, te gusta la amiga de Sonash. Dijo incrédulo