Narel empezaba a sentirse desocubicado, jamás imagino algo tan fuera de su realidad.
Se preguntaba así mismo.
¿Una hija?, ¿Después de tantos años?, ¿Porque ahora?.
Estos interrogantes solo los podía responder Evelyn, la chica que su padre apartó de su vida.
Esa misma de la que se enamoró, la misma que hacía que su mundo cambiara. Un amor que nunca puso ser porque si padre se interpuso desde que lo descubrió.
Ahora que está de vuelta y con una hija quería saber qué estaba pasando...
Narel la cito a un restaurante, ahí llegó ella.
Lucia algo pálida, le horrorizaba lo que Narel fuera a decirle o hacerle.
– Siéntate. Le ordenó. Su mirada era fria, fija, su entrecejo fruncido, su mandibula tensa – Habla. Destiló – Quiero oírte Evelyn.
Tarareó nerviosa.
– Yo, yo, quería.
Golpeó la mesa haciendo que Evelyn saltara en el asiento, seguido de que varias personas los observara por su acción.
– ¿Yo qué?, ¿Yo qué Evelyn?, habla de una vez. Expresó molesto.
Dos lágrimas bajaron por las mejillas de esta mujer.
– Lo, lo lamento mucho Narel, no tenía intenciones de volver.
– Ahorrate tus disculpas, quiero saber ¿Porque diablos nunca hablaste de una hija? Habla Evelyn. Se podía sentir su ira en su tono de voz.
– Tú padre, fue quien me obligó hacer todo esa tarde.
– ¿Mi padre?, ¿Acaso fue él quien hizo que te besaras con otro hombre?. Preguntó incrédulo.
Pero se sorprendió al ver que Evelyn asintió en respuesta.
El mesero se acercó a ellos
– Dos cafés, uno sin azúcar por favor. Oderno Narel recordando cómo lo tomaba ella anteriormente.
Evelyn lo miró.
– Aunque no lo creas si fue él. Respondió
– ¿Porqué él haría algo así?. Preguntó sorprendido
– El dinero de tu esposa, tu padre quería que las dos familias crecieran económicamente en aquel entonces.
– Cuando teníamos una buena posición ante la sociedad. Agregó algo pensativo – Que pasó ese día.
Evelyn suspiró
– Ese día. Fue un día antes de que te casaras, habíamos decidido irnos, pero tú padre llegó a mi casa, me dijo que si yo llegaba aceptar tu propuesta hundiria a mi hermano en la carcel por ladron, y me asusté muchísimo.
– Increíble, como fue capaz.
– Cuando llegaste y nos viste, era porque le había pagado al hombre por besarme, tampoco me espere algo así, ese hombre solo llegó me levanto del asiento y me beso.
El mesero llegó con el pedido.
– Su orden señor. Dijo
– Sin azúcar para mí. Dijo Evelyn.
El mesero se retiró y la mujer se llevó un sorbo de café a la boca.
– ¿Cuando supiste lo de él embarazo? ¿Porque nunca me buscaste?
– Si lo hice, pero tú hermano no me lo permitió
Narel fruncio el ceño.
– ¿Él?, ¿Porque lo hizo?
– No lo sé, me dijo que no permitiría mi entrada, que eras feliz y me habías olvidado, entonces no quise interponerme.
Narel supo que si en aquel momento ella hubiera llegado las cosas tal vez hubieran sido diferentes.
Su vida hubiera sido distinta, pero entonces ya no hay nada que hacer, ahora hay una chica que ah cambiado su vida.
– ¿Cómo se llama?. Preguntó curioso
– Zayiova. Sonrió – Es muy hermosa.
– ¿Cuantos años tiene?
– 13 va a cumplir 14
– ¿Porque hasta ahora Evelyn?
– Ella está enferma Narel, necesita un trasplante de médula y no soy compatible, tú eres una segunda opción
Narel estaba sorprendido, en enmudeció al escucharla.
Trago en seco y asintió
– Quiero conocerla.
Evelyn sonrió.
– Primero tengo que tener una conversación con ella.
– ¿Mañana?
– Mañana, si, mañana estará bien.
Narel sonrió, una pequeña luz volvía a su vida, solo en el mundo no estaria, aunque no dejaba de pensar en sus hijas y en su esposa el vacío estaba siempre presente, la culpabilidad no cesaba.
– Evelyn en este momento no estoy bien, estoy pasando por algo muy difícil.
– Lo sé.
– Quiero ser parte de la vida de esa chica.
La mujer sonrió y asintió en respuesta.
– Como digas, aceptaré lo que propongas solo, solo quiero que nos ayudes.
– Y lo haré, si es mi hija yo lo haré. Se llevó la taza de café a la boca. Aseguro, a su mente vino la chica que lo tenía envuelto – Quiero aclarar algo Evelyn
– Dime.
– Tengo novia. Dijo – Es alguien muy especial, lo digo para que las cosas no vallan a
– Lo entiendo, tranquilo. Respondió.
Narel levantó su mano para llamar al mesero, dejo el dinero en la mesa y se levantó.
– Tengo que irme, te llamaré mañana.
– Está bien. Respondió viendo cómo se alejaba.
Ella no se imaginó que aún después de tanto tiempo pudiera haber reencarnado sentimientos hacia él.
– Aún me gustas Narel, como aquella vez. Susurró...
Sonash veía las noticias de su accidente en la televisión.
– Esperamos que la heredera River Russell esté muy bien de salud, nuestra mayor energía para esta hermosa joven, en otras noticias...
Apago la tele irritada.
Se levantó de su cama y salió de su departamento, se dirigió hacia el ascensor, las puertas metálicas se abrieron y se encontró con la niña del hospital.
– Hola!. Dijo Sonash – Que bueno que estés bien, ¿Vives aquí?
– No, estoy esperando a mi mamá. Respondió la niña.
– Ok.
– ¿Y usted vive aquí?. Pregunto la niña.
– Sí. Sonash metió la mano para evitar que las puertas se cerraran – Fue un placer verte nuevamente ah
– Zayiova. Le recordó el nombre la niña
– Hermoso tu nombre, me encanta, descansa Zayiova. Entró al ascensor. Ahí recibió una llamada de Narel
– ¿Cómo te sientes?, voy conduciendo a tu departamento.
– Estoy bien, voy al restaurante me provocó algo de comer.
– ¿¡Porque saliste!?, esperame allá.
– No te preocupes estoy bien. Hola, ¿Narel?. Miro su móvil – Me colgó. Las puertas se abrieron y camino hacia el restaurante del lujoso hotel.