Amargura

Roto Corazón (Capítulo 17)

Narel se encontraba en el lugar acordado esperando a su hija y a Evelyn...

Revisaba su móvil y leía los feos comentarios que hacían respecto a el escándalo.

Comentarios fuertes mal hirientes y devastadores como.

"Una niña rica dándose un festín con un plebeyo"

"Este tipo se está tirando lo mejor de el imperio River "

"La típica niña rica con gustos pobres"

"Es linda pero el amor lo encontró a menor precio"

Leer este tipo de mensajes hizo fortalecer más la idea de terminar con un amor que le estaba lastimando silenciosamente.

Narel se debatía entre demostrarle a su jefe que el amor que sentía por su hija era puro, verdadero y sincero o terminar todo y hacer que nada había sucedido, hacerse el de la vista gorda como se dice en muchas ocasiones.

Apretó su puño sintiendo impotencia por no poder hacer nada y defenderla, una llamada interrumpió sus pensamientos.

— Kerim. Susurró el nombre — Malas noticias. Dijo al abrir la llamada.

— Espero que no tardes en venir, acabaron de decirme que habrá una reunión con todos los empleados.

— ¿Y que hay con eso?. Inquirió Narel

— Es Sonash la que convocó la reunión.

— ¡Carajo! Su padre la obligo

— Es probable, te espero aquí.

— Está bien, desayunare y allá nos vemos. Afirmó, levantó si mano haciéndole señas a las dos chicas que entraban.

Evelyn aligero sus pasos para alcanzar a su hija quien corrió abrazar a Narel.

Momento en el un fotógrafo captaba cada movimiento para sus mejores fotografías.

— Buenos dias. Dijo la niña con una sonrisa

— Buenos dias ¿como amaneciste?. Pregunto Narel

— Ahora estoy mejor. Respondió Zayiova

Narel sonrió y la miró con cariño, mirada que llamo la atención de Evelyn y le hizo sacar una sonrisa.

Narel y Evelyn se saludaron con un beso en la mejilla, momento captado por el lente de la cámara fotográfica.

— Bueno, vamos a sentarnos, pidamos de comer. Dijo Narel llamando a una mesera.

Ordenaron huevos revueltos, papitas fritas, frutas, café, jugo natural y capuchino...

Minutos más tarde llego la mesera con la orden, la chica miraba con mucha curiosidad a Narel y este noto la curiosidad.

— Si quieres saber algo solo pregunta. Dijo dejándola anonadada.

— Lo lamento señor, discúlpeme. Dijo la joven.

Evelyn supo de inmediato el motivo de sus palabras. Tomó su mano y la apretó.

— Todo esto pasará, no te preocupes

Narel se soltó de su mano

— No estoy preocupado. Respondió

Evelyn miró a su hija y sonrió

— Come princesa. Dijo Evelyn

La niña sonrió y miró a Narel.

– ¿Esta noche podemos ir a comer un helado?.

Narel la miró, guardo silencio por unos segundos, recordó las cantidades de veces que sus hijas le pidieron salir a comer helado.

Sintió un nudo en la garganta y asintió en respuesta.

Zayiova sonrió y la observó.

Terminaron de desayunar, Narel metió su mano en el bolsillo y saco algo de dinero.

– Quería llevarlas para saber dónde se están quedando pero tengo que irme pronto. Toma para que pagues el taxi.

– Está bien, no hace falta. Dijo Evelyn negándose a recibirlo.

Narel insistió

– Tómalo, quiero ayudarlas en lo más que pueda ahora sabiendo todo lo que viene para la niña.

– Te agradezco que estés al pendiente respecto a su enfermedad.

– Has todo lo necesario yo iré y me haré los estudios.

Evelyn sonrió, sus ojos se llenaron de lágrimas pero las retuvo.

– Que tengas buen día. Dijo acercándose a él y abrazándolo.

Narel no se espero tal abrazo, fue lleno de sentimientos así que correspondió pasando su mano por su espalda en modo de aprecio.

Se apartó de ella y miro a la niña.

– Nos vemos esta noche.

Zayiova asintió sonriendo muy feliz.

Narel salió del restaurante sin notar que el fotógrafo estaba detrás de él. Dichoso hombre saco su móvil e hizo una llamada.

Minutos más tarde Narel llegó a la empresa y se encontró con que todos estaban de pie escuchando atentamente las palabras que Sonash decía.

La hermosa chica estaba nerviosa, sus manos temblaban pero lo disimulaba, cada que decía una frase miraba a su amiga y esta le hacía señas para que siguiera, mostrando apoyo.

– Sin importar el hecho de que mi vida privada. Halla sido expuesta. Miro a su amiga – Exijo que sean prudentes con este hecho dentro la empresa. No creo ser la única mujer que pasa por este tipo de relación. Levantó su vista y se encontró con la de Narel, miro a su amiga y esta se dio cuenta.

– Termina con ésto. Susurró Roshan

– Esto no debería de detener nada en absoluto en sus labores, su deber es con la empresa, exijo respeto. Miro a Narel – En nombre de mi padre y mío, no sé escucharán rumores de ninguna clase, de este tema. Me encargaré yo personalmente. Trago en seco – Pueden empezar con sus labores.

Los empleados dieron la vuelta y los que vieron a Narel lo miraron con ojos de sorpresa.

Sonash sentía que su cuerpo podría desvanecerse en cualquier instante pero su amiga la tomo del brazo y la ayudó a mantenerse en pie.

– Levanta el rostro y mantén tu postura. Le dijo al oído.

– Quiero llorar. Le dijo

– No es el momento Sonash, por favor. Miro a su padre – Ahí viene tu padre. Le quitó el micrófono y se lo entrego a un joven empleado – Gracias.

El se acercaba junto a Silvana.

Está tenía en su rostro dibujado un gesto de burla hacia Sonash.

– Ve a tu oficina. Le ordenó mirando a Narel.

Sonash asintió y siguió los escalones que faltaban para dar al segundo piso de esta empresa.

Narel suspiro y camino hacia el señor Lorenzo.

– Buenos dias. Dijo Narel

– Silvana, arregla los documentos y espérame en mi oficina.

– Enseguida señor. Respondió mirando a Narel con una sonrisa burlona...

– Escúchame bien porque solo lo diré una vez, tenía pensado despedirte pero tantos años de lealtad hacia a mi en tu puesto de trabajo no se pueden olvidar ni reemplazar tan fácilmente.




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