Amarieth: El despertar

Capitulo 6

—ya no lo soporto, por favor… —Llore mientras mi abuela me tomaba por los hombros y mi madre se había ya calmado después de llorar tanto.

 

—Ahmed, si quieres puedes quedarte un tiempo en mi casa ¿te parece? —Asentí mientras intentaba calmarme.

 

Claramente le había prometido a Jessie que solo por una temporada me iría de casa, y la única manera que encontré fue confesando mi inestabilidad emocional, había confesado que deje la universidad, que había estado trabajando y saliendo a caminar por allí por las noches.

 

Cuando me quede en casa de mi abuela casi me pego la cabeza de la pared, la casa tenia portales a otros sitios que no tenían comunicación con el castillo en el infierno, tuve que usar secretamente mi medalla que Lyz me había pedido que usara y que para lo único que servía era para no dejarme salir de mi cuerpo cuando quisiera.

 

Ya todo lo que soñaba era normal, solo locuras de mis propias preocupaciones.

 

Mensaje entrante de Maddy…

 

Maddy: entonces te creyeron??

 

Ahmed: por algo estoy en casa de mi abuela ahora.

 

Maddy: y… ¿nos seguiremos viendo?

 

Ahmed: claro que sí!!

Suspire tontamente luego de ese mensaje, si ella estaba en mi vida pasada, ¿Por qué no la recordaba?

 

Era casi de noche, el frio comenzaba a entrar a la casa, mientras yo estaba sentada en la sala esperando que mi abuela terminara de vestirse, no me gustaba ir a iglesias o reuniones cristianas después de lo que me sucedió estando en la que mi madre asistía.

 

Una mujer había ido de visita a la pequeña reunión de oración, hasta que todos cerraron los ojos y los míos me transportaron a un sitio similar al que estaba, pero había demonios pequeños por todos lados, me quede de piedra y abrí los ojos de golpe, intente volver a cerrarlos hasta que unas quejas y lamentos que provenían de mi espalda (la chica de visita) comenzaron todos a apartarse de ella, yo aún seguía con los ojos cerrados y me di cuenta de que ese ente me había visto, se dirigió hasta mí y yo me aleje de él, pero justo cuando iba a tocarme alguien se interpuso entre ambos, un hombre de traje, un poco bajo de estatura pero aun así más alto que yo.

 

Luego de eso no me sentía cómoda yendo a ese lugar y ver cada día un ente diferente intentando molestarme, podía decir que me estaba volviendo loca, pero aquí estaba de nuevo, yendo a otra reunión cristiana de viernes por la noche a donde asistía mi abuela.

 

Cuando pasaron las horas en aquella reunión poco interesante y con canciones que aquellas mujeres desafinaban bastante bien, llego la última oración para irnos a casa, pero mi abuela me hizo pasar al frente, cuando llegue donde otras personas estaban paradas esperando que el pastor las tocara y les “orara” yo tenía los ojos cerrados, entonces por alguna extraña razón estaba de pie en una carretera, mire todo a mi alrededor y estaba completamente sola, los arboles sin vida y a lo lejos, una extraña luz roja sentí que debía salir de allí me gire sobre mis talones y fue cuando lo observe, unas brujas me habían llevado hasta allí, tenían un buen disfraz pero enseguida se volvieron los seres más horribles y desagradables que había visto hasta ahora, no eran nada parecidos a las brujas que salían en la televisión eran mucho peor, retrocedí y ellas se fueron de allí entonces fue que sentí que desde mi cuerpo físico alguien me tocaba, era el pastor de aquella reunión cristiana, estaba diciendo algunas cosas sobre “ser buena cierva de Dios” pero lo que tenía en frente de mi era algo mucho más horrible, un hombre de piel rojiza, el mismo del cuadro, deduje rápido, pero había algo diferente, no podía tocarme ¿Por qué?

 

—tu servirás a Dios, serás grande entre los hombres. —Escuche decir.

 

“Mentiroso”

 

Dije para mis adentros mientras ese hombre echo sangre hacia que algo en mi cambiara, de la comisura de mis labios comenzaron a asomarse unas protuberancias, me lleve la mano a la boca y los sentí, eran colmillos, lo mire con enojo y el simplemente sonreía complacido, de mi boca comenzó a brotar sangre y en un intento de huida, abrí los ojos solo un poco y los volví a cerrar;  llegue a la sala donde estábamos reunidos, habían tres niñas vestidas de blanco, las intente proteger hasta que lograron huir, y todos los entes que habían en la sala me miraban y se burlaban, no les preste atención hasta que el olor a azufre comenzó a ahogarme, me mantuve firme hasta el final y fue entonces que termino la oración.

 

Solo logre decir “Amen” en un susurro mientras expulsaba un poco el aire contenido e inhalaba rápido para luego toser con fuerza, el olor aun podía sentirlo y no solo eso, todos los entes que habían en la “otra habitación” eran de las personas que ahora estaban tiradas en el suelo inconscientes, mi abuela me había traído agua, pero apenas y bebí, cuando llegamos a casa me sentía completamente mal, sin energías, estar en presencia de un demonio como ese me había dejado agotada espiritualmente, me quede dormida rápido y cuando desperté a las 3 AM estaba sola en el cuarto y miraba un punto en la oscuridad, esperando a que saliera algo o alguien, pero no había nada, me volví a tumbar perezosamente en la cama y volví a retomar mi sueño. Ya me las arreglaría para no volver a aquel lugar con mi abuela.




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