Amarieth: El despertar

Capitulo 26

Ahmed

 

 

A la mañana siguiente baje la escalera demasiado feliz, los chicos ya estaban con sus bolsos en manos pues no sabían que podíamos encontrarnos de aquel lado una vez llegáramos.

 

 —bien, ¿estas lista? —yo asentí mientras doy un altito en el último escalón de abajo sintiéndome más pequeña.

 

Tengo un pantalón a la mitad del muslo de blue jeans con bolsillos grandes a los costados de los muslos, una camisa de tirantes marrón oscuro y debajo de esa otra más y un brasear deportivo, un suéter delgado con las botas me quedaba solo un poco grandes pero nada que unas medias gruesas no resuelva y una trenza en mi media melena los hizo dudar examinándome de pies a cabeza.

 

—Ahmed, ¿no estás muy ligera? —eso era un regaño pasivo de Elliot quien me miraba con una ceja levantada.

 

—bueno, es que mi bolso no baja —todos me miraron intrigados y pude ver por sus rostros que miraban arriba, al inicio de las escaleras que “mi bolso” estaba allí.

 

Samuel venía con una ropa digno de él; un suéter negro arremangado hasta los codos, y un arnés en su pecho con sus dagas plateadas de mangos negros y pantalones de jean negro y tenía esas pintas de cabello que le sujetan un costado para que no cubrieran sus ojos, las heridas en su cuerpo ya no están más y su rostro pálido y liso sin imperfecciones está a la vista.

 

—oh Dios mío! —Chloe Ahogo un grito y Leonard una blasfemia, Sam bajo con calma las escaleras con tanta elegancia.

 

—un pajarito me dijo que me estuvieron buscando —cuando llego a mi lado me dejo el suéter grueso sobre mi cabeza como si fuera una niña pequeña.

 

—oh, casi lo olvido —con prisas me lo coloque sonriendo a labios cerrados ganándome un pellizco en la misma.

 

—¿Dónde estabas? —Damián lo miraba incrédulo apretándole el hombro.

 

—te lo cuento de camino —y así emprendimos el viaje hasta el puerto, todo parecía distinto, delante iba Damián con Elliot y Samuel hablando mientras Chloe me tomaba del brazo y Theo iba a mi lado, Leo, Leire y Lou iban detrás de nosotros intentando escuchar que decía yo con respecto a cómo Sam apareció hasta que llegamos al muelle y esto no me lo esperaba.

 

—¿un Yate? —era pequeño, pero no era como la lancha donde íbamos y veníamos, perfectamente entrabamos todos en el.

 

Llegamos hasta la misma costa de la ciudad, todos estaban en silencio comportándose como un grupo normal de personas que van de excursión a una ciudad diferente.

 

Al menos en la van entramos todos, mire al cielo viendo este despejado, incluso el aire salado se siente diferente.

 

—¿pasa algo? —Sam se me acerco y solo negué volviendo mi mirada a él.

 

—antes… podía ver los túneles en el cielo, ahora no hay ninguno —él frunció el ceño mirando al cielo y luego a mí.

 

—¿desde cuándo pasa eso?

 

—desde… creo que desde Zachariel pero se apagó y volvió peor cuando abrieron el portal negro. —eso lo dejo un poco más estático en su lugar.

 

—¿entonces si paso? —murmuro con preocupación y de nuevo pude ver en su rostro que allá abajo lo paso más mal que de costumbre, le tome de la mano apretando está intentando transmitirle que no volvería a dejarlo, pero él me sorprendió dejando un beso en mi mano y un vago recuerdo vino a mi mente, el sueño donde estuve con su versión de otro universo.

 

—par de tortolos, nos vamos. —con varias quejas de parte de Leire y Lou nos subimos y de compañeros en mi derecha estaba Samuel y a mi izquierda Chloe, solo Damián y Elliot están al frente.

 

Dejaron que la radio sonaba mientras salíamos a la avenida principal, las músicas de la radio sonaban de fondo, una que otras me dieron ganas de cantarla y creo que todos se dieron cuenta de ello.

 

Así que cuando las canciones de señora despechada de los años ochenta comenzaron a sonar y lo que menos esperaba es que Chloe me siguiera ganando risas de algunos.

 

El viaje se volvió mucho más pesado haciendo pausas en donde estaban esas pequeñas tiendas y restaurantes de comida junto a los buses de viaje, ganándonos las miradas de más de uno.

 

Así seguimos mucho más al sur pasando al siguiente estado, cuando lo hicimos solo faltaban dos días, uno para llegar al Parque Nacional Canaima y lo siguiente era caminar, escalar hasta la catarata y según ellos esperaban que al menos allí pudiéramos abrir un portal para acortar el camino.




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