AHMED
Su dedo golpea rítmicamente la madera de la mesa mientras su otra mano menea lentamente la copa con líquido que dudo que sea vino tinto.
—un ángel queriendo mi ayuda
—no sé cómo maneje su administración, pero esto creo que entra en un acuerdo neutral —trato de mantener mi cuerpo en calma, pero por su sonrisa sé que sabe…
—mmmm —bebió del líquido y luego observo la copa frunciendo el ceño pensativo —me pregunto… ¿Cómo una niña como tu sabe de eso? —sus ojos se posaron en mí y solo respire hondo, detrás de mi estaba Sam y Lou, a mi lado sentado esta Elliot y este me mira con dudas.
—soy… parte del grupo custodio —murmuro casi sin convicción. Lo escucho reír y alzar sus espesas cejas hacia mí y luego hacia los demás.
—¿me estas jodiendo? Un pequeño serafín como tu… metida en todo esto —sus ojos se entrecerraron al terminar la frase y trague intentando deshacer el nudo en mi garganta.
—no es fácil de explicar —hablo Elliot y solo lo mire unos segundos, su postura recta nos estaba diciendo demasiado de esta situación.
—¿y así esperan que ayude? —soltó una risa amarga y antes de que moviera su dedo meñique hable rápido.
—me miro —se quedó estático incluso el líquido de su vaso parecía estar congelado en una posición inclinada me confundido.
—¿Qué dijiste? —dejo la sobre la mesa haciendo que la habitación luciera un poco más oscura que antes.
—me miro… ella me miro —inclino su torso sobre la mesa como si no pudiera creer lo que estaba diciendo, sus ojos dieron con los míos dispares, podía ver mi reflejo en ellos; mantuve mi mente despejada el mayor tiempo posible, lo sentí hurgar dentro de mi mente, pero no encontró nada.
—si ella te toco… ¿Cómo es que —se quedó a medias su pregunta cuando se dio cuenta de lo más básico, el color mi ojo plateado —oh… vaya….
—esto no es por ayudar al cielo, esto es por nosotros, si rompe su prisión no quedara ni luz ni oscuridad, incluso el vacío le teme —su sonrisa disimulada desapareció de sus labios cuando mencione eso, creo que incluso él está procesando el gran problema que es esto.
—¿eso te dijeron? —murmuro con desdén, pero conozco ese tono, busca una respuesta clara.
—eso es lo que ella me mostro —dejo caer su cuerpo en la silla soltando un suspiro, no se está tomando esto muy en serio a mi parecer; haciéndole señas a una chica que se acercó entregándole una bandeja con licor.
—¿Quién te pidió
—esto es por mi cuenta, Lucifer —él se quedó con el vaso de whisky a medio camino de sus labios y por el aire contenido de todos supe que no podía seguir ocultando más esto.
—oooh ¿de verdad?
—Ahmed…
—lo siento, no tenía tiempo, pero necesito a los demonios más poderosos y a los ángeles más fuertes para ello, no será solo resguardar la cárcel, me asegurare de que ella jamás intente salir.
—¿hablas en serio? —tenía una sonrisa de medio lado. —harías un contrato —levante la mano para detenerlo y él se vio confundido.
—sin contratos, sin acuerdos, esto tiene que ser voluntario y sé qué harás lo correcto
—tu… niña… —soltó un gruñido que estremeció toda la habitación —¿me hablas de hacer lo correcto? —él estaba frente a mí y con solo su mirada me levanto y la presión en mi cuello me comenzó a cortar la respiración, intente no moverme mucho y sostenerle la mirada.
—¡déjala! —la voz de Sam llego a mis oídos, pero el estruendo me hizo activar parte de mi nueva habilidad extendí mi mano como pude y toque el rostro delicado de Lucifer el cual es tan suave como la seda dejándole ver lo que un día esa mujer me dejo ver a mí, sus ojos se abrieron en sorpresa y su poder sobre mí se desvaneció dejándome caer al suelo, tome una rápida respiración llevando las manos a mi cuello como si así aliviara el dolor.
—¿Q-Qué…
—eso es lo que ella hará con todos… si piensas que tu condena es mala, imagina lo que nos hará a todos —hable rápido entre respiraciones corta.
—¡¡¡LARGO!!! —grito y las delgadas manos de Lou me tomaron de los brazos y me levante dando tropiezos hasta la puerta, Sam y Elliot ya estaban en la puerta por lo que rápido bajamos las escaleras intentando pasar el mar de personas que ahora nos miraban con odio, varios de ellos se nos pararon de frente impidiéndonos el paso y así el resto.
Nos giramos para ver como un Lucifer alterado nos miraba con odio desde arriba.
—suerte saliendo de aquí —Lou y yo compartimos una mirada y su temor se filtró en sus ojos verdes, me compuse rápido y todos tomamos posiciones defensivas apoyando nuestras espaldas entre sí.
—¿en serio? —gruño Sam mirándome de costado cuando mi mano ya estaba brillando en un tono lila y dorado.
—tenía que. Solo él puede apoyarnos —cerré los ojos y apreté mi mano, la música cambio a una de pop rock algo vieja de mi gusto, escuché un murmullo de Samuel y en un instante se nos vinieron varios demonios encima, sus manos tenían garras.
Garras que fueron cortadas en un segundo; ellos nos separaron y parecía que cada uno no saldría bien librado de esto.