Ahmed
Escuchar los gritos de Adalet detrás de mi hizo que soltara algunas lágrimas, siempre me imagine un mundo donde las dos reináramos, donde peleáramos juntas, una al lado de la otra, pero ahora…
Caminar por la hierba seca y sin vida se sentía completamente diferente, solo, el silencio es ensordecedor y ella, ella está allí esperándome.
—Linda… ¿crees que así vas a detenerme? —la sonrisa burlona en sus labios no me hizo detenerme, en cambio, seque mis lágrimas y corrí hacia ella sacando una espada, pero ella no retrocedió, solo se quedó allí de pie esperando el impacto, el cual detuvo con solo moverla mano.
—Creo que tendré que enseñarte modales —yo sonreí de medio lado.
—Eso suena bien —la vi hacer una mueca mientras me alejaba muy rápido.
La nueva energía que corría por mi cuerpo me había dejado sin una gota de dolor, simplemente era como si mi cuerpo humano lo hubiera necesitado todo este tiempo.
El sabor metálico en mis labios comenzó a saber dulce y lo entendí.
Esa era mi propia sangre.
Unos siglos más tarde… en la barrera.
—no lo entiendo… ¿Qué más me falta? —murmure para mí misma con el ceño fruncido mirando el libro frente a mi flotando mientras las hojas pasaban lentamente, pero la respuesta es la misma.
Un recipiente humano no bastaría, necesitaría algo que le faltara a Leah, algo que la hiciera reconsiderar una milésima vez su decisión.
Entonces lo escuche, los latidos durmientes de mi corazón.
Una idea retorcida se formó dentro de mí.
Quería correr a contárselo a Luziel, pero me detuve a medio camino.
¿Cómo huiría después de dejar la bomba?
Leah se había fusionado conmigo ¿Cómo podría huir? La respuesta llego clara, no lo haría, no podía escapar de ese lugar por más que quisiera.
En el presente.
Aunque me aislé aún más para soportar este silencio junto a Leah, sabía que poco a poco ella me consumiría, moriría allí, con resignación acepte mi destino y regrese en el tiempo a buscar la otra parte del plan, una barrera de contención que volviera a aislar a Leah, así Dios dejaría de destruir el multiverso.
O eso esperaba.
Los golpes llegaron uno tras otro, apenas podía resistirlo.
Intente herirla pero su cuerpo no solo era luz, sino cristal, pero no logre herirla aunque quisiera.
Mis fuerzas comenzaron a agotarse poco a poco y ella lo noto, tomo ventaja de eso y allí estaba yo, siendo sujetada por el cuello.
Los huesos crujieron dentro de mí y antes de que perdiera el control volví a ver a mi hermana, una mirada desesperada, sonreí de medio lado.
Esperando que con esto ella pudiera tomar las decisiones que yo no podía tomar por ella en el futuro.
Use toda mi magia restante para acercar mi mano al pecho de Leah y ella simplemente no me prestó atención.
—cuando salga de aquí… dejare a los tuyos para el final… será más divertido —susurro con malicia pero yo solo seguí concentrándome.
La respiración me faltaba y entonces en sus ojos vi mi reflejo, mis alas, ellas se extendían grandes, amplias y libres, la vi dudar unos segundos. Eso era todo lo que necesitaba.
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Editado: 17.10.2025