Corín y Noah
“Luz tras la tormenta”
Los días posteriores a la denuncia fueron una carrera contrarreloj.
Corín lideró la investigación interna con una mezcla de rigor y empatía, escuchando a cada miembro del equipo, revisando documentos y datos con precisión. Su compromiso era impecable.
Noah estuvo siempre a mi lado, coordinando con los abogados y preparando una comunicación clara y honesta para los medios y clientes.
Poco a poco, descubrimos que todo había sido un malentendido provocado por un error administrativo, sin intención de perjudicar a nadie ni violar normas.
Al aclarar la verdad, presentamos pruebas contundentes y asumimos la responsabilidad de corregir las fallas.
La reacción del público fue favorable, reconociendo nuestra transparencia y voluntad de mejorar.
En la empresa, el ambiente se llenó de alivio y orgullo, y el equipo celebró la forma en que enfrentamos la crisis juntos.
Noah me tomó la mano con una sonrisa sincera.
—Lo hiciste increíble, Corín. Estoy orgulloso de ti y de todo lo que somos.
Sentí que esa experiencia no solo había fortalecido la empresa, sino también nuestro amor y confianza mutua.
Sabíamos que, sin importar lo que viniera, juntos éramos invencibles.