Corín, Noah y Marina
“La verdad en la mirada”
El día del encuentro llegó, y aunque sentía nervios, también tenía claro que necesitaba respuestas para sanar mis dudas.
Nos reunimos en un café discreto, un lugar neutral donde las palabras pudieran fluir sin interrupciones.
Marina llegó primero, elegante y segura, pero sus ojos reflejaban una mezcla de nostalgia y arrepentimiento.
Noah la saludó con cortesía, y cuando llegué yo, por un instante noté una chispa de sorpresa en su mirada.
Nos sentamos los tres y comenzó la conversación.
—Gracias por venir —dijo Marina con voz calmada—. Quería aclarar las cosas con Noah, pero también conocerte a ti, Corín. Sé que mereces saber toda la verdad.
Noah asintió, agradecido por su sinceridad.
Marina confesó que su relación con Noah terminó porque él estaba enfocado en su carrera y no le dio la atención que ella necesitaba.
—Nunca dejé de quererlo —admitió—, pero comprendí que él necesitaba otro camino.
Me sorprendió su honestidad y la ausencia de reproches.
—Noah y yo hemos cambiado mucho —le respondí—. Estoy con él porque confío en él y en lo que hemos construido juntos.
Marina sonrió, como liberada de una carga.
—Solo quería que supieras que no vengo a interferir, solo a cerrar un capítulo.
Noah tomó mi mano bajo la mesa y me miró con ternura.
—Lo que tenemos es real —dijo—, y nada ni nadie podrá cambiarlo.
Sentí que ese momento nos unió más, porque enfrentamos el pasado sin miedo y con respeto.
Salimos del café con un peso menos en el corazón y la certeza de que juntos, podíamos superar cualquier sombra.