La gran sorpresa
“Tres latidos, un solo amor”
La ansiedad me acompañaba mientras esperaba la cita con el doctor para la primera ecografía.
No sabía exactamente qué esperar, pero deseaba con todo mi corazón que todo estuviera bien.
Noah me tomó de la mano, transmitiéndome calma y seguridad, mientras caminábamos hacia la clínica.
El médico comenzó el examen, moviendo suavemente el ultrasonido sobre mi vientre.
En la pantalla, la imagen apareció nítida, y entonces lo escuchamos: un latido.
Luego otro. Y otro más.
—Corín, Noah —dijo el doctor con una sonrisa—, están esperando trillizos. Tres pequeños corazones latiendo con fuerza.
El mundo pareció detenerse por un instante.
Noah me miró con los ojos abiertos de sorpresa, mientras una mezcla de emoción y asombro nos envolvía.
—¿Tres? —logré preguntar, aún sin poder creerlo.
—Sí, tres bebés —confirmó el doctor—. Será un embarazo especial, pero con los cuidados adecuados, todo puede ir muy bien.
Sentí una ola de emociones: alegría desbordante, un poco de miedo por la responsabilidad y una enorme gratitud por este milagro.
Noah me abrazó, susurrándome al oído:
—Vamos a ser una familia grande y fuerte. Estoy contigo en cada paso.
Sabía que el camino sería desafiante, pero también sabía que juntos podríamos con todo.
Tres vidas que nos unirían más que nunca, tres razones para luchar, amar y soñar.