Amarrada al Árabe

4

Ernest y Lucia llegaron junto a sus demás hijas, y saludaron eufóricos a su hija mayor.

—Recuerda comportarte como una señorita de clase, estarás en Arabia por un tiempo y luego volverán a Liverpool, Keren se hará cargo por un tiempo de la empresa. –espetó Ernest, fingiendo una sonrisa frente a las cámaras.

—No lo olvido, padre. –dijo en un susurró audible. Maggie solo la miró en silencio. ¿Qué tan infeliz era casarse con un hombre que no amabas? Keren era todo un galán, lo que cualquier mujer quería en su vida, ¿Entonces porque esa cara?

 

 

(…)

 

Ya en la recepción de la ceremonia, Keren y Dafne se mantenían serenos. Aunque Keren no había querido hacer aquel festejo, los padres de la novia se morían por realizar uno y hacer notorio el casamiento del año.

—¿Puedes dejar de tomar un poco? –masculló Keren entre dientes, tomando la copa d su esposa y dejarla en la mesa. —Nos estas avergonzando a ambos.

—Entonces aléjate de mí si te avergüenzo, es suficiente saber que debo casarme con alguien que no quiero.

—¿Y para mi es fácil? Debería casarme con alguien que este a mi altura, y literalmente tu no lo estas.

—¿Y te enorgullece medir un metro ochenta? –Dafne rio sin gracia —Prefiero ser pequeña de estatura.

—Y tal vez escurridiza, una forma que no estoy de ánimos para soportar.

—Dime una cosa –dijo Dafne, volviendo a agarrar la copa y debiendo de un trago su contenido, bajo la mirada de asombro de su esposo. —¿Por qué aceptaste este casamiento? Yo tengo una justificación, pero tú eres el millonario que se casa con la pobre.

—No te interesa. Pero lo importante aquí, es que dejes de beber como si fuera agua lo que ingieres.

—¿Nunca te has emborrachado? Porque es lo que más quiero en este momento.

 

Keren cansado por la actitud infantil de su esposa, decidido callar y no seguir con su juego.

—¿No responderás? Bien –acepto tranquila, quitándole la botella al mozo y bebiendo de ella. Keren anonado por aquel acto vergonzoso, de inmediato le quito la botella.

—¿Es que te has vuelto loca? ¿Tan decidida estas en avergonzarme? Esto que haces solo te humillas más tu misma. –Keren, despidió al mozo.

—Entonces responde, si ha de pasar toda mi vida con un hombre que solo busca las palabras correctas para humillarme, entonces debo estar preparada.

—¿Tus padres no te enseñaron modales? Que una chica de clase como tú, haga una rabieta como una cría mimada solo deba ver lo tonta que eres. Espera que termine esta farsa y volaremos a Arabia.

 

Dafne quedo en silencio, miró cada invitado feliz al igual que sus padres. Fijo su vista en la mesa d Wilson y sus padres. El no debería estar allí, más que solo estar a su lado y los dos felices.

 

—Nunca me he emborrachado –admitió  Keren, rompiendo el silencio —En donde  yo vivo, está prohibido el alcohol, sin embargo rompemos esa regla, Emir es fanático del alcohol.  

—Tal parece que son una familia que les gusta romper reglas, y aunque es algo tentador, mis padres me enseñaron a no romper una.

—¿Por qué lo dices? No nos conoces, si nos hubieras conocido, no dejarías que tu padre firmara un embargo por deuda con nuestro banco..

—Fue un error, y no se volverá a repetir.

—Claro que no se volverá a repetir, ya que tu padre perdió todo. Incluso en la casa que vive, es de nuestra familia. ¿Algo más que quieras saber? –pregunto con una ceja alzada.

—No, por el momento no.

 

 

(….)

 

—¿Estas lista? Mamá ya te organizo una maleta con la ropa que Keren hizo que te comprara. ¿Puedes creer que deberás andar cubierta de pies a cabeza? –cuestiono Maggie, deshaciéndole el peinado a su hermana mayor.

 

—¿Qu..Qué? –pregunto, arrastrando las palabras, Dafne —. ¡Seré una esposa árabe!

Rio con gracia al pensarlo. Maggie rodo los ojos.

—¡Estas borracha! Nuestros padres se enfadaran si te ven en este estado, Dafne. ¿Por qué primero no te das una ducha? De esa forma nadie notara nada. –sugirió Maggie.

—¡No quiero! –Expresó como niña infantil —¿Me prometes que cuidaras a Wilson? Quiero que me espere, prometo  volver y decirle mis sentimientos. –Keren entro a la habitación en silencio y miró a su esposa, Maggie noto su presencia y su rostro palideció —Amo a Wilson desde pequeña, siempre dije que sería mi esposo y yo suya..

—Dafne, creo que es mejor que te calles. –trato de convencerla Maggie, pero Keren hizo una seña para que la dejara continuar.

—Creo que él también me ama, lo presiento y solo espero que me espere. Wilson es como un príncipe que quiero. ¿Suena ridículo? –rio, cerrando los ojos, y expirando hondo, siguió. —Intento ver eso que mamá  y tú ven en Keren, lo varonil, musculoso, esos ojos atrapantes. Pero ¿Sabes qué? No veo nada interesante en él, solo un árabillo tonto que se aprovechó de la situación para casarse conmigo.

—Wilson no te esperara, tú ya estas casada y no puedes pensar en otro hombre, Dafne. Estas borracha y no sabes lo que dices, mejor báñate y baja. –trato de convencerla para que se callara. Keren se acercó a ella y le susurró al oído para que se fuera, Maggie inmediatamente salió de la habitación.

Dafne rompió a llorar. —Le pediré el divorcio, no puedo entregarme a un hombre que no amo. ¡Espere este momento por años! Pero con Wilson.

 

Keren apretó los puños, los abrió y puso ambas palmas en sus desnudos hombros, masajeándolo. Dafne al sentir aquel contacto áspero, su cuerpo  tembló, recibiendo una corriente que fue  hasta bajo su vientre. Dafne levanto la mirada hacia el espejo que tenía en frente y entonces lo vio, allí  estaba Keren, mirándola serio, mientras masajeaba sus hombros.

—Tus palabras fueron muy conmovedoras, habibi (Mi amor), pero debes saber una cosa. –Keren se inclinó hasta su oído —Este matrimonio se acaba cuando yo lo decida, en el momento que yo quiera. Mientras estés a mi lado, no pensaras en otro hombre, no respiraras por otro hombre, ni mucho menos nombraras a otro que no sea yo. Así que solo espero que esta sea la última vez que digas otro nombre, de lo contrario. –Keren volvió a incorporarse —. La ruina de tu padre caerá sobre ti, tú serás la culpable de lo que de ahora en adelante suceda con la empresa de tu padre. No viajaremos esta noche, nos hospedaremos en un hotel.




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