-Ninguna mujer con un poco de intelectualismo normal querría casarse contigo y quedar encadenada a ti por el resto de sus días, tratando de no mostrar su felicidad cuando te encuentres a miles de kilómetros de ella...
-Creo que es hora de quitarte la borrachera -se inclinó hacia mí salte de mi asiento y grite, sorprendiéndolo. Interpretando mis palabras como una amenaza; perdí el poco control que me quedaba. Me quite un zapato y lo empuñe con la certeza de que necesitaba una arma con que defenderme.
La puerta de la cabina se abrió y la azafata y el camarero entraron. Ya no sentía vergüenza. Lloraba sin poder contenerme. Keren se ruborizó y habló con el personal en árabe. Una vez solos, tomó el zapato de mi mano y lo aventó a un lado.
-Jamás usaré la violencia con una mujer -gruñó, altivo.
-Estoy insensible; de todos modos.. . no lo sentiría - Tartamudee- y no me sorprendería que lo hicieras ¡Si solo desde que me viste, me tratas como basura! - grité .
Los fuertes brazos de keren me levantaron de mi asiento.
-Estarás más tranquila cuando hayas descansado –me llevó al compartimento donde había una cama. Me quitó el otro zapato y me hizo darme vuelta para quitarme el vestido. Al sentir que me bajaba el cierre, trate de escapar, no quería que esto fuera en contra de mi voluntad.
-¿De veras crees que podría tomarte en mis brazos con pasión en este momento? –Me miró con enojo-. No siento deseo por una niña histérica.
Me dejó en ropa interior y cubrí con una manta mi cuerpo tembloroso. Ya estaba más recuperada y me invadía el remordimiento por haber hecho una escena semejante. Fue injusto haberlo afrontado frente a su personal. El resentimiento debía de dirigirlo a mis propios padres por haberme hecho casarme con este hombre.
¿Podía culparlos? Me presionaron mucho, pero fui yo quien estuvo de acuerdo en casarme con keren.
Por desgracia, ahora que estaba casada, mi valentía inicial me abandonaba. Trague saliva.
-No sé qué fue lo que me pasó.
-No hay nada que explicar. Estabas aterrada. . . debí reconocer tu miedo y disculparlo. Pero yo también tengo sentimientos, Dafne -habló con énfasis-. La ambición financiera se permite en una amante, pero no en una esposa. Es por eso que te he hecho las cosas difíciles.
En este momento, bajo la fría y altiva dignidad, hubo una emoción profunda y apasionada en él. Por una Primera vez, desee saber qué sentía keren ¿Amargura? ¿Desilusión?
Ya no estaba molesta, sino dolida. No quería hablar del dinero, aunque a no ser por él, no estaría aquí con Este hombre. Keren me despreciaba por haberme casado sólo por ese motivo. Y si le revelaba que amaba a otro hombre, aumentaría su enfado. Más avergonzada que nunca, susurre:
-No hablé en serio.
-No soy tonto, pero te preguntaré: si esto es lo que sientes, ¿por qué te casaste conmigo?
No pude hacerme la estúpida y usar el pretexto de la necesidad de mi familia. Guarde silencio y keren suspiró al apartarme un mechón de cabello rubio de la frente.
-Yo sí tuve motivos -habló con suavidad-. El verte me causó placer y, a pesar de que lo niegues, podría hacerte perder tu aversión con increíble rapidez... puesto que cuando me miras, me deseas.
-¡No es cierto! -la hostilidad renacía en mi.
-Lo es, mi pequeña Dafne -me contradijo y me acarició con diversión el labio inferior con el índice.
La mente se me puso en blanco y sentí un fuerte golpe en el estómago al ser consciente de la
Sexualidad de keren.
-Ya no estás enojado -murmure.
-Agradece que seas tan bonita. Hace mucho que aprendí que Ala no otorga la misma perfección que a la naturaleza, sobre todo en los individuos de tu sexo -declaró-. La sonrisa tentadora que finge ofrecer ternura y entendimiento... no necesito eso de ti. Serás como eres conmigo. Eso sí lo respetaré. Nos olvidaremos de este día -se puso de pie-. Creo que no sabías lo que hacías. Si me hubiese dado cuenta, no te habría hablado con tanta dureza.
era consciente de la calma imperturbable y de la fuerte personalidad que yacían bajo la aparente frialdad de este hombre. Este nunca perdió el control, ni frente a mí.
Llamaron a la puerta.
-Creo que traen la comida que pedí. Comiste muy poco antes -me recordó-. También te ordené una bebida Fortalecedora que Emir me aseguró que cura la resaca. Tómala y duerme.
Desconcertada, no pude mirarlo siquiera. La azafata entró y miró con nerviosismo a keren. Era obvio que lo consideraba como un golpeador de mujeres y me sonroje. Debía admitir que keren trataba con inusitada amabilidad. Recordé mi inmadurez de este día y me deprimió más.
Al despertar, me sentí muy relajada. Sólo cuando me moví y toque un muslo velludo recordé en dónde estaba y abrí los ojos de golpe.
-Buenos días –keren se apoyó en un codo. Al ver mi reacción, río. Su cabello estaba revuelto y necesitaba afeitarse. Era muy atractivo. Cabello negro, piel dorada, ojos azules... una combinación letal. El sonrió y tomó un mechón de cabello rubio-. Vuelve aquí. ¿O tengo que ir a atraparte?
-¿A... atraparme? -tartamudee.
Keren alargó un brazo y me rodeó la delgada cintura. Sus dedos se extendieron en el hueso de mi cadera y me atrajo hacia él.
-¡No! -gemí, alarmada.
-Sí.- respondío al mismo tiempo.
-No.. . No estoy bromeando -exclame.
-Yo tampoco, Dafne -me pasó la otra mano bajo la nuca para mirarme mis asustados ojos grises . Me pegó a su cuerpo-. Y no hay nada que temer, sólo mucho por descubrir -prometió con voz ronca.
La brillantez de sus ojos me inmovilizó. Me besó con suavidad. Temblé y permanecí rígida como una estatua. Keren besó con delicadeza mi cuello hasta la clavícula mientras me acariciaba la suave piel de la espalda.
Sin darme cuenta, me relaje. Un calor extraño nació en mi pelvis me estremecí cuando sentí la caricia en mi cadera y cuando keren se movió con sensualidad contra mío, enseñándome la intensidad de mi excitación. Me besó la sensible piel detrás de la oreja y una oleada de sensaciones extrañas me invadieron.
#2411 en Novela romántica
#825 en Chick lit
deseo enredos amor, amor romance celos, matrimonio arreglado infelicidad
Editado: 15.02.2022