Amarrada al Árabe

Extra

-¡Ali Nejat Azzar! –gritó Dafne buscando a su hijo por la mansión sin éxitos.

— ¡Aquí esta! –exclamo Maialen con el niño en brazos.

Dafne al ver a su hijo sonriendo con burla, se cruzó de brazos enfadada.

— ¿No te he dicho que no te ensuciaras? ¿En qué mundo vives? –lo tomo en brazos y subió a la habitación después de agradecer a Maialen.

— ¡Yasira lo ha hecho! Quiere perjudicarme mamá –explico –. Le di una lección. –aseguro todo orgulloso por lo que hizo.

Al entrar a la habitación, Dafne fue directo al placad con los atuendos de su hijo.

Dafne compadeció a Cala, la pobre mujer tenía tan poco tiempo para sus deberes que había decidido enviar a su problemática hija por una semana a Arabia. La familia gustosa la aceptaron cuidar. Keren y Dafne sabían por la situación que estaban Cala y Emir, su hijo menor había enfermado gravemente y Yasira no cooperaba con las niñeras.

—Ella es una niña Ali y tú no debes tratarla mal. Yasira está triste por estar separada de sus padres e hermanos y tu debes ayudarla a que se sienta bien.

—Pero mamá… -protesto enfadado.

Aunque no soportará a su prima mayor, y la diferencia de edad era notoria para ambas familias, los dos niños eran cómplices de muchas travesuras y se amaban como hermanos. En cuanto a Safira, ella era la más responsable de todos los niños para su corta edad, le apasionaba estar cerca de su padre y aprender cosas nuevas ganándose el cariño de todos los empleados y el temor llegaba cuando veían a Yasira y sus travesuras.

—Pero nada. Hoy llegaran invitados importantes para tu padre y deben comportarse, no sería adecuado avergonzar a Keren.

Dafne comenzó a vestir a su hijo con su pequeño traje Armani a medida. Aunque a ella no le gustara, debía respetar la decisión de Keren al ver a su hijo presentable.

—Ahora bajaras y te quedaras sentado en el salón hasta que llegue tu padre y los invitados.

Dafne salió de la habitación y entró en la continua donde una cuna y una cama de princesa estaba.

—Yasira… -murmuró caminando hasta el placar para sacar un atuendo.

Luego de unos minutos pequeños llantos la desconcertaron, miró detrás de ella donde Yasira estaba sentada en una silla del balcón, Dafne dejo la ropa en la cama y camino hasta la niña.

—Cariño, ¿Qué sucede? –Dio vuelta la silla para mirarla de frente, no sabía si reír o estar enojada con su hijo. La pequeña niña estaba llena de lodo en su rostro –.  No te enojes con Ali, el suele comportarse así, pero él te ama.

—Quiero a mi mami, tía Dafne –susurró entre hipo, conmoviendo el suave corazón de la madre –. ¿Ella no me quiere porque me porto mal?

—No es eso cariño. Tu hermano Rashid está enfermo y ella debe estar con él. Ella te ama tanto como a tus hermanos, pronto tu padre vendrá por ti. Ellos quieren que tu estés feliz y no te preocupes por Rashid. –aseguro con una sonrisa pintada en sus labios.

— ¿Lo dices enserio? ¿Papi vendrá por mí?

—Así es. Ahora ven, vamos a prepararse para recibir a tu tío.

Una vez que los dos niños estaban sentados en la sala como dos ángeles, Dafne subió a su habitación para cambiar su ropa. Se tomó unos minutos en ver su cuerpo en el espejo; después de su ultimo embarazo, ella había subido un poco de peso rellenando esos lugares donde hace un tiempo atrás sus huesos eran notorios. Las estrías adornaban su abdomen.

—Eres hermosa –la voz de Keren la sobresalto. Dafne dio media vuelta para enfrentar a su marido.

—Creí que llegarías más tarde –Dafne camino hasta donde estaban las toallas.

—No quiero que te cubras…eres hermosa, me gusta verte así.

Keren se retiró su ropa quedando desnudo ante la mujer.

— ¿Desnuda? Ya no soy esa chica a la que conociste.

Dafne camino hasta bajo la ducha en espera de Keren.

Las manos de Keren se posaron en su abdomen mientras que su mentón en su hombro.

—Tienes razón, no lo eres. Pero con kilos de más y marcas en tu cuerpo, yo te amo así.

Keren beso su hombro subiendo hasta su lóbulo.

—Keren… pronto llegaran –susurro posando sus manos arriba las masculinas. Acompañando el tacto de Keren sobre sus pechos.

—Sera rápido, lo prometo –el árabe le dio vuelta besando sus labios de una manera apasionada, tomo ambas piernas de la mujer para enroscarlas en su cintura, mientras que sus manos bajaron a su trasero.

Keren la levanto un poco para dirigir su miembro a su vagina sacando un pequeño gemido de satisfacción en la mujer.

—Me gusta que gimas para mí, Habibi.

Keren acallo sus gemidos con besos, ambos estaban a punto de llegar al orgasmo por lo que Keren comenzó a entra en ella más de prisa, llegando en un orgasmo los dos.

—Te amo tanto, habibi. –Keren bajo las piernas de la mujer –, es mejor darnos de prisa. Si no queremos que nuestros invitados esperen.

Dafne lo fulmino con la mirada y comenzó a limpiarse bajo el agua.

 

—Es bueno tener a la familia real aquí –Keren los recibió en un cálido apretón de manos al rey y un asentimiento en la mujer.

Dafne no daba crédito a lo que en mucho tiempo ella quiso ver y ahora por ser una Azzar lo hacía. Frente a ella estaba el rey y la reina Anya Campbell junto a sus tres hijas, Adaira, Morgan y la más pequeña Bonnie.

—Es un placer para nosotros estar aquí con uno de los grandes petroleros de la industria –El rey sonrió complacido por poder llegar al fin un acuerdo con los Azzar después de mucho tiempo.

Lo que no sabía, es que Keren solía hacia aquel acuerdo por su esposa. Sabía cuánto Dafne admiraba a los reyes más que cualquier cosa, pero nunca había tenido la oportunidad de estar cerca de ellos y él quería ser el primer hombre que le diera ese privilegio y más.

—Primero cenaremos y luego hablaremos de un posible contrato –la voz profunda de Keren erizo la piel de Anya. Quien quedo más que cautivada con el árabe.




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