Amarte a ti

Casualidad 5: Fantasma en el puente

Los días pasaron, se volvieron semanas y pronto eran meses, el tiempo corría sin que lo pudiera detener y pese a mis intentos no pude volver a encontrarme con Stella.

La ciudad me parecía horriblemente vacía y mi corazón ya no se oía en el silencio.

Ella acudía a mis sueños de vez en cuando, se aparecía en lo alto de una torre con un blanco vestido que se confundía con las nubes.

Era ella una ave de blanco plumaje que surcaba los vientos y se alejaba cada vez más de mi.

Despertaba sudoroso y a mi mente solo venían estas palabras "Quiero verla".

Era preso de un amor que se volvía en una enfermedad que me estaba agotando el alma. Repetía su nombre al viento como si este fuera capaz de llevar mi voz hasta ella.

En varias ocasiones intente buscarla en su casa o donde creía que vivían, pero nunca me abría nadie.

Y aquel último domingo de esta realidad, me detuve en el puente donde la habia conocido.

Intenté hacer aquello que me enseñó ella en la barda del puente, lo hice pese a que había mucha gente que me veía, pero tras varios intentos, no logré crear aquella magia que Stella me mostró. Trataba desesperadamente de rescatar aunque sea un poco de su recuerdo.

En eso sentí que el viento me susurraba algo y al mirar a un lado, pude ver a alguien que descendía del puente. Era ella, reconocí su silueta, llevaba un vestido blanco de una sola pieza y una sombrero de paja.

Trate de alcanzarla, pero apenas unos leves pestañeo y ya no pude verla. Había desaparecido ante mis ojos.

Mi corazón se heló, una fiebre me invadía, no podía entender lo que habia pasado y entonces escuché a alguien reírse de mi.

Se trataba de una viejecilla al otro lado del puente, tenía un aspecto indígena.

-Muchacho

Me llamo

-También puedes ver a esos que no nos pertenecen

???

-La haz visto ¿No es así?

-A Stella

Respondí sin saber porque, algo me decía que aquella extraña mujer podía entenderme.

-Esa mujer no existe muchacho, no en este mundo al menos

-¿De que habla?

-Tu haz visto algo que no deberías ver, te haz topado con una maldición de los dioses

Tuve un mal presentimiento, recordé algunas historias sobre fantasmas qué aparecían simulando ser vivos.

-¿Ella está muerta? - pregunté, la voz me temblaba

-No muchacho, es algo incluso más enigmático que la muerte, ella vive pero no existe

-¿No le entiendo?

-El mundo de esa mujer no es el mismo que el nuestro, están unidos pero no son el mismo

Me quede pasmado

-Debiste a verla llamado, tu alma lo hizo, ella te escuchó y la fuerza de su unión creo un camino para que se encontraran

Todo eso me parecía bizarro, no sabía que estaba pasando, pero sentía que estaba tocando terrenos, no conocidos.

-Puedo ayudarte a buscarla si quieres

Ofreció la mujer con una voz maligna. Me sentí paralizado, deseaba salir corriendo.

-Ven a verme cuando las dudas te lleven a un solo caminod

Dijo la mujer como si ya esperara lo que estaba por hacer, pues al instante de escucharla, salí corriendo en dirección a la casa de Stella.

Llame a su puerta, toque con violencia, grite, genere un escándalo que hizo que los vecinos cercanos miraran recelosos por sus ventanas. Pero nada, esa puerta no se abría.

En eso un hombre viejo de aspecto amable y solitario se acercó a mí.

-¿A quien buscas?

Me pregunto con cierta perturbación

-A la mujer que vive aquí, es delgada de piel morena, rostro fino y pelo largo  negro-Le respondí con desesperación

-Creo que esta equivocado amigo-Me respondió incomodo- No conozco a nadie con esa descripción por estos lugares y veras en esta hacienda no ha vivido nadie desde los tiempo de guerra del pais ha estada abandonada por más de 5 decadas

-Eso no es imposible, yo la vi entrar aquí...

-Véalo por si mismo

Me indico, ahí me di cuenta de que la puerta no tenía cerradura, era de una madera vieja y descuidada, se abrió con un leve empujón.

Entre, pese a que mis ojos me lo mostraban no lo podía creer, la visión ante mi parecía salir de una historia de terror.

Recordaba que aquella vez que vi entrar a Stella en aquel lugar, había visto una fuente y altos árboles de rojizas flores, pero ante mi esa imagen no estaba, sólo había cuartos en ruinas cubiertos de malezas. Todo lucia abandonado, parecía que nadie habia entrado ahí, hace mucho tiempo.

Vague por la ciudad sin una dirección fija, me sentía en un sueño  como si todo lo que había vivido hasta el momento no fuera real.

La noche caía ante mis ojos, pero las estrellas iluminaban mi andar, miré al cielo y vi a una de ellas de una azulado resplandor y a mi mente vinieron estas palabras "Quiero verla".




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