Amarte, Dalia

Capítulo 16

IAN

A las 6:30 de la tarde llegamos al estacionamiento de un pequeño edificio de consultorios médicos, había tomado poco menos de una semana para que el hermano de Francis nos citara en su consultorio de forma extraoficial. Dalia había tomado la situación… bien, no parecía muy confiada a la hora de ingresar al edificio, pero, aun así, me siguió sin rechistar. El Doctor me había notificado que ingresara al piso tres sin mostrar la identidad correspondiente a la secretaria, solo mencionando mi apellido, ella le indicaría que ya habíamos llegado. No hubo ningún inconveniente.

“Francis me comentó de la situación en la que se encuentran actualmente” habla el Doctor Hagen observándome “Pero me gustaría que ustedes me lo explicaran mejor” indica sosteniendo la mirada de Sean. Antes de que empezara a hablar, Sean se adelanta, dejo que explique la situación mientras observo las reacciones de Dalia, ella nunca nos había escuchado hablar de los “inconvenientes” que estábamos presentando por mantenerla a salvo. Por suerte Sean logró resumir muy bien la situación, sin señalar ningún culpable y mucho menos mencionar aquella institución que empezaba con S de Start Again.
“Bien” indica el Dr. Hagen “Voy a hacer su historia clínica a la antigua” sostiene mientras imprime unos cuantos papeles. “Yo no guardaré su expediente por ahora” indica “Así que les voy a pedir que lo guarden bien y si necesitan regresar, solo lo traen con ustedes”

“Excelente Dr. gracias de verdad” no puedo evitar agradecer por su consideración. Él asiente con media sonrisa tomando un bolígrafo de la mesa

“Dalia” la llama para obtener su atención “Me puedes indicar tu nombre completo, por favor”

Dalia luce dubitativa ante las indicaciones del Dr. “Vamos bonita” trato de animar. Ella no era en sí una persona habladora, sin embargo, no podíamos responder por ella esta vez.

“Dalia” Su voz hace acto de presencia. Reprimiendo una pequeña risa con una tos fingida, me disculpo.

“¿Segundo nombre?” Pide el Doctor sin haberle prestado mucha atención a la situación.

“Love”

“¿Apellido?”

“Mm, ehm” divaga “Solo Dalia Love”

“Bien” responde con una pequeña risa “¿En qué año naciste, solo Dalia Love?” Vuelve a preguntar.

“No… recuerdo” suelta insegura para vernos de reojo a Sean y a mí, como si estuviera esperando algo… alguna reacción de nosotros.

¿De dónde vienes, bonita? Me permito preguntarme a mí mismo ante la situación. Su procedencia cada vez se vuelve más confusa, mucho más desde que Beto, nos advirtiera del retraso en la solicitud de custodia temporal por “problemas en sus huellas”. Algo dentro de mí se removió, expectante. Estaba pasando algo oscuro que no me gustaba para nada. No era posible que sus huellas indicaran que pertenecía a una adulta mayor fallecida hace más de una decada. Era claro que alguien había tratado de borrar toda su información, pero ¿cual era la razón de querer que ella no existiera ante las autoridades?

Error que Beto indicó como extraño. No queríamos apresurarnos ante esta situación, mucho menos si aún no contábamos con un papel que nos respaldara. Pero no podía sacarme el mal sabor de boca. Muy pronto tendríamos una reunión con un investigador privado, queríamos saber qué se estaba escondiendo detrás de esta fachada, sin perturbar a Dalia en el proceso, no podíamos permitirnos llevarla a ese límite cuando aún no confiaba plenamente en nosotros. Pero si su seguridad dependía de un pequeño momento de incomodida, tal vez valdría la pena.

(…)

La respiración de Dalia empieza a aumentar en frecuencia al indicarle lo que estaba a punto de ocurrir, su cuerpo se empieza a estremecer ante la proximidad del examen, mi mano sostiene la suya en forma de consuelo, pero ella no se inmuta, permanece atrapada en su mini ataque de pánico, Sean me observa y luego a Dalia. Parece maquinar algo rápidamente.

“Doctor, ¿no se podrá realizar el test en otra parte del cuerpo?” Pregunta, mientras trato de tranquilizar la respiración de una nerviosa Dalia.

“Podemos hacerla en el antebrazo” indica. El pequeño temblor de Dalia persiste, pero, aun así, no quito mi mano. “Pero te voy a pedir, Dalia, que no te frotes ni te rasques el brazo ¿Sí?” Solicita. Dalia asiente mientras aprieta sus labios.

“Dalia” Llamo obteniendo su atención “Mantén tu vista en mí” indico “Será rápido” aseguro aun sosteniendo su mano. El Dr. Hagen se acerca con una lanceta al ante brazo extendido, Sean sostiene su mano para evitar cualquier movimiento que le perjudique, Dalia parpadea cada que la pequeña aguja atraviesa su piel, arruga su frente al sentir las gotas de alergenos posar su brazo, sin embargo, no quita su mirada de mí, como le indiqué. Sonrió acariciando mi pulgar sobre el dorso de su mano. “Eres muy valiente, conejita” halago mientras el doctor empieza a guardar los frascos utilizados.

15 minutos. Cuatro alergenos detectados. Una receta de antialérgico. Pago en efectivo y expediente en mano, regresamos a casa. Sin antes hacer una parada técnica en AutoMac. Dalia no supo que ordenar, así que Sean se encargó de pedirle un Happy Meal de Nuggets.

Sin darnos cuenta, la íbamos tratando de a poco como una niña. Es lo que era ¿No? Ella no parecía aborrecida por la idea, a pesar de esto no podía quitarme de la mente el hecho de que ella no quisiera ser tratada de esta forma y solo aceptaba estos tratos porque… ¿Era su única opción? Diablos. Es tan difícil saber cosas de otra persona si esta no se comunica, ojalá en la escuela de psicología me hubieran enseñado a leer mentes… sería más fácil, pero a su vez le quitaría la esencia de ser humano.

Tal vez… ¿Debíamos mostrarle otra forma de ser tratada para que luego ella eligiera?, a pesar de no sentirme cien por ciento de acuerdo con esta conclusión de mi parte, era algo razonable. Quiero que Dalia se sienta lo más cómoda posible y sí, eso conlleva alejar este instinto que había empezado a florecer, entonces lo haría. Pero no dejaría de cuidar de ella. A pesar de sentir que algo dentro de mí se estrujaba con el simple hecho de que ella eligiera dejar de ser tratada como una niña cuando tal vez ni siquiera fuera una, no me interpondría ante sus deseos por mas disconfort que me ocasione. Hablaría con Sean, no puedo dejar estos pensamientos pasar.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.