Alisson.
Hay muchas cosas que nadie sabe de mí, cosas que no le he contado a nadie y que en algún momento pueden salir a la luz. No soy inocente, no soy perfecta solo intento vivir el día a día como puedo. Soy Alisson Rockefeller, carismática, alegre pero con mucha oscuridad por dentro sellada por inseguridades.
Miro mi reflejo sobre el agua tranquila, es tan hermosa, me veo. No soy la misma de años atrás...
Estoy sentada en la piscina de la casa de mi padre, con mis pies en el agua, buscando algo de calma e intentando no pensar en todas las cosas que debo hacer. La fundación, la revista y mi galería de artes tienen mi agenda totalmente llena.
Me considero una joven emprendedora, que ha sabido salir adelante a pesar de todos los obstáculos que se me han presentado. No he dejado que nada me derrumbe, aunque hay un poco de mentira en esa verdad puesto que hombres... algunos hombres si han sabido hacerlo. Uno en específico, considero que huyo de él. ¿Por qué? Fácil. Me hizo de mis meses junto a él una verdadera tortura y yo por "amor" lo permití. Hace un año atrás que finalizó esta turbia relación pero superarlo me ha costado tanto... porque dejó en mi heridas de esas que tal vez no sanan ni con el tiempo.
Ahora mi padre me ha convencido de manera forzada a realizar un viaje: un crucero. Según el "quiere que disfrute", "que viva la vida loca". ¿Vida loca? Yo no he cometido locuras, lo peor que he podido hacer es robar cuando era niña dulces de mis amigos y ni siquiera puedo considerarlo como un acto de perdida de cordura. Solo tengo 24 años y tengo más responsabilidades que él.
—Te lo juro que este será un viaje inolvidable.
Paul, mi padre se acerca al borde de la piscina donde estoy sentada.
—No lo sé.—Digo sin ánimos. —La idea de un viaje "familiar" no lo parece. —No dice nada pero sé que mi comentario le ha dolido. Ambos recordamos a mi madre y a Gonzalo. Nada es lo mismo sin ellos.
—Yo soy tú familia, aún estoy aquí.—Responde tranquilo, se quita los zapatos junto con las medias y sumerge sus pies en el agua fría.
—No sabes como agradezco que estés.—Le tiendo un beso y lo abrazo.
—Es solo una semana.—Comenta.—¿Qué tanto puede suceder una semana? Ese lunes de la semana de arriba regresarás a tu fundación, tendrás continuas entrevistas de tu revista y te entretendrás con la galería de arte. Es solo un viaje, Alisson.
Ojalá eso hubiera sido cierto...
Imaginé mi regreso. Viajes continuos de N.Y a Florida y de Florida a N.Y. Continuando con mis proyectos, siguiendo el transcurso del orden de las cosas... Solo eran 7 días.
¿Por qué cambió todo en 7 días?