Amarte en pedazos.

☀04. Cuando te vi en Canadá.

Alonso.

A ella le gustaba peinar mi cabello, a mi me gustaba mirar su nariz. La nariz más perfecta del mundo.

28 pecas en el rostro, tez blanca como la nieve, nariz perfilada. Cabello, mucho cabello, color zanahoria. Largo como rapunzel y liso como Pocahontas.

Líder, valiente, ruda pero generosa. Confiable y leal. Única y entre muchas cosas más, eso era Alisson.

Un tiempo después de nuestra ruptura, me enteré de que estaba saliendo con alguien. Luego de casi 3 años de relación y toda la vida conociéndonos, esperaba que estuviera soltera por más tiempo, considerando los hechos de nuestra ruptura. No obstante, una vida no es suficiente para conocer totalmente a una persona. Ni con toda la eternidad de tiempo disponible se podrá descubrir cada parte del ser del otro.

Ella cambió y se adaptó a su realidad. La vi transformarse en un ser que ya no irradiaba luz. La vi perder el brillo en sus ojos. La vi abandonar sus sueños. La vi convertirse en un fantasma de lo que era. Pero no por eso dejaría de amarla. La subestimé cuando imaginé que ella tampoco lo haría conmigo.

Lo único que quería que nunca pasara sucedió.

Perdí la batalla y mi mayor miedo se hizo realidad. Viví 5 meses con ese miedo, 5 meses sin dormir, 5 meses apoyándola. 5 meses donde a la mariposa le cortaron las alas, cayó al piso, no pude agarrarla. Días donde intenté convencerme de que el fin no estaba cerca.

Al enterarme de su primera posible conquista luego de mí no pude creerlo. Ezrael era completamente opuesto a lo que solía ser Alisson. Un ser nublado, ciega por el poder, caprichoso, engreído, prepotente.

—Deberías buscarla.

Mi padre es dueño de una importante empresa tecnológica con varias sedes en distintas partes del mundo. Ese día llegó a casa más agitado de lo normal. Casi como si se le fuera a salir el corazón se sentó junto a mí y exclamó:

—He escuchado sobre Alisson, está saliendo con un director ejecutivo que trabaja en una de nuestras sedes en Canadá.

Canadá. Estuve tentado a dejarlo todo, agarrar mi pasaporte y volar hasta allá. Pero era una completa locura. Mi corazón se me iba a salir del pecho y sentí asfixia. Mi padre debió mencionar la noticia con más calma.

—Deberías buscarla.—Me repitió.

—Ella me ha dejado bien en claro que no quiere volver a saber nada de mí.—Respondí amargo.

Mi padre se acercó a mi, me vi obligado a verlo a los ojos.

—En la vida cometemos muchos errores. Con tu madre no fue tan fácil. Sé que tal vez con Alisson ha sido extremadamente complicado pero lo que le ha tocado pasar no ha sido nada fácil. La aceptación luego de un trauma como el suyo es un paso muy importante. Ella se alejó de ti porque no podía continuar amándote si ella misma no se amaba.—Mis ojos se aguaron, dejé la laptop a un lado y me llevé las manos a los ojos.

—¿Quién es ese tipo que está con ella? ¿Cómo te has enterado?

—Ronald, el vicepresidente de la sede la conoce, la vio una tarde esperar en su coche afuera de la empresa. La saludó. Me comentó que se ve bien, mucho mejor que antes. Según Ronald minutos después Ezra le siguió el paso, la saludó con un beso y se fueron juntos. Ese fue el día de la entrevista de trabajo de Ezra y a los días lo aceptaron. Está encargado del departamento de compras.

—¿Será algo formal?—Pregunté.

—No lo sé. Pero ese hombre no me agrada para nada. Alisson sigue muy confundida, no creo que esté tan bien como Ronald mencionó. Me preocupa un poco.

No me bastó más.

Decidí hacerlo.

Empaqué una pequeña maleta y volé en el primer vuelo de esa noche. Al llegar a Canadá no tenía ningún plan. Solo me hospedaría en un hotel, a la mañana siguiente estaría en la empresa y seguiría a Ezra. Todo perfectamente planeado. Sería un espía. Encontraría a mi amor luego de 6 meses de ruptura. No la volvería a perder.

—Sólo necesito que me digas que eres feliz. Que ya no me quieres más en tu vida y te dejaré en paz para siempre. Respetaré la distancia que impusiste sobre nosotros. Este será el fin. No podré dejarte libre si no siento que luché hasta el final.—Apenas toqué cielo Canadiense repetí esto en mi cabeza alrededor de 10 veces.

Esta serían las palabras determinantes. Lo mejor que podría decirle. Me sentía extrañamente emocionado, con esperanzas. En mi cabeza sucedía un musical. Las personas me miraban y me sonreían. Mi último strike, mi posible Home Run. Mi gol en el minuto 90.

—Te ves muy animado.—Una voz me sacó de mis pensamientos. Un hombre que estaba junto a mí me habló. Era un poco más alto que yo, con barba y unos cuantos años más que yo.

Observé alsujeto.—Me encontraré con un viejo amor.—Respondí inspirado.

—No dejes ir a quién te causa una sonrisa tan grande. Lo aprendí con mi chica.—Sonrió. Que agradable. Volví a mirarlo.

—Se van de viaje juntos?-Inquirí.

—Sí, Digamos que es una Luna de Miel Adelantada.—El hombre agarró sus maletas.

Por dentro me pareció la idea más absurda del mundo. Quise reírme en forma de burla pero me contuve.

—Felicidades. Son afortunados. Cuídate.—En ese momento las mías llegaron, me despedí y me marché.

La serendipidad jugó en mi contra. El destino me hizo jaque mate.

Volteé la mirada solo porque no quería olvidar el rostro de aquel extraño. No importa cuál hubiera sido mi decisión, de igual forma me enteraría.

Ezrael caminaba de espaldas a mí para abrazar por la espalda a una mujer: 28 pecas en el rostro, tez blanca como la nieve, nariz perfilada. Cabello, mucho cabello, color zanahoria. Largo como rapunzel y liso como Pocahontas.

Por un momento pensé que Alisson había sido capaz de verme. Pero yo era el hombre invisible y Ezrael toda su luz. Me creí su sonrisa de lado a lado al verlo. Conseguí la peor respuesta a mi pregunta: ella era feliz, no me necesitaba, la raíz la arranqué por la fuera de mi corazón y me cerré a la oportunidad de recuperar al amor de mi vida.




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