Amarte en pedazos.

☀15. Tatuajes.

Alisson.

La cena está terminando y mi padre nos ha dejado a los 3 solos. Veo mi reloj, son apenas las 9:30 de la noche.

—¿Qué quieren hacer? — Pregunto deteniéndome en el lobby.

—El teatro comienza a las 10. —Me responde Alonso sentándose en un cómodo sofá.

Alessia, quién está abrumada por los altos tacones que lleva se tira a su lado.

—Odio el teatro. —Dice haciendo puchero. —Odio estos tacones. —Continúa quejándose. —También te odio a ti. —Le bromea a Alonso quién me lanza una mirada nerviosa.

Alessia y Alonso se conocieron después del accidente pero solo se vieron en una oportunidad, por lo que no son muy amigos. Ella fue la que me motivó a regresar a la Universidad y para mí sorpresa nos tocó ser compañeras de cuarto. Desde ese entonces empezamos a ser inseparables. La conocí en un grupo de apoyo de la iglesia donde viví por 5 meses. Alessia estuvo en un incendio donde murió su hermano menor. Sus padres, desconsolados se mudaron a la misma localidad que yo. Por el duelo, se enfocaron en el dolor de la pérdida de su hijo menor y descuidaron a Alessia. Ella cayó en depresión pero buscó ayuda. Así fue como nos conocimos.

La mayor parte del tiempo es así como en este momento. Sonríe pero también se queja de muchas cosas. Se graduó conmigo y se mudó a Canadá por trabajo. Para este viaje planeamos reencontrarnos y volver a disfrutar como lo hicimos mientras estuvimos en la universidad.

—¿A mí? —Pregunta Alonso. —Yo no te he hecho nada. -Se defiende.

—Me estás robando a mi mejor amiga. —Vuelve a hacer puchero y automáticamente Alonso y yo la abrazamos. Un abrazo de 3. Fue un momento emotivo y lindo. Mis dos personas favoritas conmigo. No puedo pedir más.

—Ya, basta. —Se queja ariscamente, yo rodeo los ojos y me quedo sentada viéndola pararse.

—Voy al camarote a quitarme estos absurdos tacones y vamos a jugar bolos ¿les parece?

Me encanta la idea.

—No puedo jugar bolos con este vestido. —Digo pensándolo bien.

Alessia negó y no me permitió cambiarme. Yo también tengo derecho a quitarme estos tacones. Alonso y yo la vimos alejarse tambaleándose a causa de sus terribles pisadas. Mientras esperó el ascensor, se los quitó y los puso en sus manos para caminar descalza.

Me quedo en silencio y miro a Alonso, está tranquilo. Tomo su mano por sorpresa y deseo entrelazar nuestros dedos. Me mira con ternura y acorta la pequeña distancia que nos separaba.

—La cena estuvo muy rica. —Me apoyo en su hombro y cierro los ojos.

—Lo sé. —Empieza a hacerme cariños en el cabello. —Sabes quiero intentar algo.

—¿Qué? —Levanta mi cabeza de su hombro. Me sienta dándole la espalda y agarra mi tocar mi cabello en sus manos.

—Espero no haber perdido la practica con las clinejas. —Comenta. Siento su aliento en mi ojera y mi piel se eriza.

—Eso espero. —Respiro soltando un suspiro. —Quiero que me cuentes más sobre Paula. —Mi oración lo toma por sorpresa pero no se niega. Mientras me hace la trenza me cuenta sobre su historia.

—Bueno. Realmente fue algo my rápido. Fue la... la primera persona con la que tuve una relación luego de ti. —Le cuesta decirlo. No me lo puedo creer. Pensé que habría estado con más mujeres. —La conocí luego de que me dejaras. —Un nudo se forma en mi garganta.

Siempre odié la palabra "dejar" y todos sus sinónimos. Siento mi cabello trenzado, Alonso está por la mitad.

—Luego nos volvimos a encontrar hace unos siete meses y no sé.... Solo pasó.

Me muerdo la lengua y aguanto las ganas de preguntarle ¿la amaste? —pero soy incapaz—. Siento un poco de celos de Paula aunque sé que es absurdo.

—Digamos que le conté sobre mis relaciones anteriores y tu nombre salió a La Luz. Nunca se tomó muy bien nuestra historia. A pesar de que jamás le hablé mal de ti te agarró odio y rencor.

—Muchos lo hicieron. —Le recuerdo.

Sus amigos me señalaron. ¿Cómo eres capaz de dejarlo luego de todo lo que hizo por ti? "Amigas" mías también me guardaron rencor. Hasta su madre, sé que un poco. Nunca le agradé a la señora McGregor.

—Entonces con el pasar de las semanas la llegué a querer pero... luego de que encuentras un nivel de felicidad tan alto con alguien, pocas personas son capaces de llenar el vacío de cuando se acaba. Paula no lo logró. Y ella no merecía estar con alguien que no lo daría todo. Por eso le terminé—Alonso termina de hacerme la clineja. Me la pone sobre el hombro para que pueda verla. Está hermosa.

Miro sus ojos pensando en la última frase.

"Luego de que encuentras un nivel de felicidad tan alto con alguien, pocas personas son capaces de llenar el vacío de cuando se acaba."

—Me siento mal que nadie pudiera llenar ese vacío. —Susurro. Es inevitable no sentirme terriblemente mal. Culpable, de que él no hubiera podido avanzar y tener otra relación.

—Hey linda... no lo hagas. No llores. Nada de esto es tu culpa y lo sabes. —Alonso seca mis lágrimas cuidadosamente

—Claro que sí lo es, si tal vez hubiera hecho las cosas distintas. —Miro el techo porque si lo veo a él me quebraré más. No quiero llorar pero no puedo evitarlo.

—Hay que agradecer los acontecimientos del pasado porque gracias a eso te tengo en mi presente. No importa cuánto tiempo hubiera podido pasar, hasta que yo no sanara internamente no me sentiría listo para otra relación, eso no es tu culpa. Nada lo es. Pero con toda seguridad te digo que desde que te vi en el restaurante todas las piezas se acomodaron y estoy completamente lleno porque te tengo de nuevo conmigo. —Me mira a los ojos. —No importa lo que fuimos, lo que no somos o lo que nunca llegaremos a ser. No quiero un nosotros sino te amas a ti misma.

Dejé de llorar, lo agarré de la camisa fuertemente y uní nuestros labios.

Me amo a mi misma y también te amo a ti Alonso McGregor. Siempre te he amado.




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