Amarte hasta el final — Min Yoongi —

10. Adiós Abuela

 

Los días se fueron sin avisar y ya era el tiempo en el que la abuela de Sohyeon debía regresar a Seúl, nada habría cambiado allí solo estaría la desolada casa de la familia Jung, los padres de Sohyeon pasaban largas temporadas de viaje alrededor del mundo, no notarían que Sohyeon ya no habitaba allí.

—Abuela te voy a extrañar— dijo Sohyeon con una voz entristecida.

Su abuela le dedico una hermosa sonrisa. —Soyi recuerda levantarte temprano y preparar tu comida, deje un manual para que se te pueda facilitar las instrucciones— acarició el rostro de la joven con dulzura. 

Sohyeon la miro y sonrió limpiándose las lágrimas que se escapaban.

—Recuerda que te llamaré— anunció con un tono levantado su abuela. La joven castaña asintió riendo por el tono que utilizo su querida abuela.

—¡Abuela cuídate! — vociferó Sohyeon al ver a su abuela entrar a su movilidad, Sohyeon levantó su mano y la movió despidiéndose.

Cargo a Lucas y tomo su extremidad para realizar aquella acción de despedida mientras su abuela sonreía.

Lejos de Sohyeon se encontraba Yoongi viendo aquella escena, recordando las palabras de la abuela encargándole a su nieta.

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—¿Puedo pedirte un favor? — lo miró expectante a la respuesta del pálido.

—Si señora— respondió ligeramente nervioso.

—Cuando Sohyeon necesite ayuda, por favor ayúdala— comenzó. —Sé que ya tiene a su primo pero Sohyeon tiende a guardar lo que siente, ella aparenta ser fuerte sin embargo detrás de aquella imagen que presenta es como un cristal frágil. Ella no tiene una buena relación con sus padres, y siente un gran resentimiento a su padre por las acciones que cometió. Vives cerca así que pido que la acompañes y la cuides— terminó con una sonrisa.

 

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— ¡Agh! ¡¿Por qué no pude negarme esa vez?! — se quejó el de piel pálida — ahora voy a tener que ser el niñero de una irritable mujer como Sohyeon.

—Entiendo cómo debe sentirse su abuela, creo que haría lo mismo si tuviera un nieto des comunicado de sus padres e irritable. Claro yo soy perfecto para esto, el problema es que ella me quitará la tranquilidad en la que vivo— Yoongi hablaba con sí mismo sin darse cuenta de qué la castaña había oído todo. Y aquello le sorprendía bastante, su abuela lo había conocido hace unos meses y ya tenía la suficiente confianza como para dejarla al cuidado de la persona más ¿desagradable? No en realidad Yoongi no le desgradaba solo su actitud debía ser corregida desde su perspectiva.

Sohyeon cruzó sus brazos y con sus manos gritó.

—¡Amargado! ¿Es cierto que me vas a cuidar? — indagó con sutileza. Yoongi se exalto asustado al escucharla y volteó lentamente encontrándose con la mirada penetrante de la castaña.

—¿Escuchaste lo que dije? — respondió con otra pregunta. De alguna manera sintió intimidación por la forma en la que ella lo miraba. Y fugazmente aquella mirada cambió a una de disgusto.

—No puedo creerlo ¿acaso mi abuela se convirtió en mi enemiga? Dejándome a cargo del amargado. “Yo soy perfecto para esto” mi pie — dijo la castaña frustrada. Miro de reojo a Yoongi y sonrió con malicia acercándose al joven, logrando ponerlo nervioso con su cercanía.

—Tu-tu ¡¿Qué es lo que estas pensando?! — exclamo retrocediendo.

—Mañana temprano— susurró.  

—¿Qué? — Yoongi estaba desconcertado, y por más que razonaba no lograba descifrar aquella actitud que le era por primera vez vista, una actitud que no había visto por su falta de interacción con las personas.

Sohyeon estaba contenta una idea surgió en medio de la conversación que sostenía con Yoongi. Ella se comportaría insoportablemente para que el le informara a su abuela y dejara de encargarse de ella.

El animo de Sohyeon no había desaparecido, era una buena idea para ella, tendría diversión y se libraría. Durante el resto de la tarde se dedico a terminar con sus deberes universitarios, estaba lista para comenzar con su diversión.

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Mientras Yoongi realizaba sus nuevos planos su nuevo amigo había venido a visitarlo, saludo a Yoongi con un maullido haciendo notar su llegada, Yoongi sonrió en pocas palabras le agradaba este gato.

—Prefiero mil veces cuidar de ti en vez de tu dueña— dijo acariciandolo, sin embargo Lucas dio un gruñido.

—Vaya ahora la defiendes, esta bien no hablaré mal de ella pero si ella comienza a incomodarte eres bienvenido a mi casa— afirmó con calidez. Lucas respondió con un ronroneo satisfactorio y se echó cerca para descansar.

Al día siguiente antes de que saliese el sol Sohyeon ya estaba despierta, se propuso hacerlo para darse el tiempo de seguir paso a paso el manual que le había dejado su abuela. Con entusiasmo bajo las escaleras y abrió con cuidado el manual y revisando cada platillo pensó que sería sencillo entonces optó por preparar un delicioso tazón de avena. Contenta por su logró decidió probarlo y al sentir en su paladar un sabor distinto al que tenía en mente en su rostro se formo una expresión de desagrado.

 — ¿Qué debía colocarle azúcar o sal? Como sea no puedo comer esto y ya se hará tarde — mirando alrededor su mirada se plantó en la puerta y recordó a Yoongi.

Una risita salió a la luz y con ello Sohyeon salió de su casa tocando la de Yoongi, sin embargo, este se encontraba aun durmiendo cómodamente una actividad que él consideraba importante y disfrutaba realizarla, una actividad en la que no era molestado por las personas a su alrededor, en lo absoluto había tenido una noche agotadora. Pero aún así dormía como si tuviera. Sohyeon viendo que no recibía noticia marco el número de Yoongi y lo llamo.

El teléfono de Yoongi comenzó a vibrar cerca de donde descansaba, este con desgano busco palpado con su mano, hasta tomarlo intento no recibir la llamada pero sucedió todo lo contrario, había aceptado la llamada.




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