Amarte no fue suficiente

Capítulo 28

Elizabeth

Después de ponerme el pijama, vamos a la sala con los demás , que estaban alegremente hablando de yo no sé que, ellos estaban en los cojines así que Alex y yo nos sentamos en los sofás con una manta.
Alex puso la película y mientras, yo intentaba mirar a otro lado que no fuera la pantalla, por dios que miedo, es que no puedo, menos mal que Alex va a dormir conmigo está noche sino de verdad que no podría.

Alex y tú solos en una habitación cerrada, en una cama, con la luz apagada, de seguro que van a...

A dormir

Eso Iba a decir, mal pensada

No soy mal pensada es que te conozco

¿Así, en que estoy pensando?

En que Alex es un chico muy guapo que merece la pena y que no se puede desperdiciar

Eso lo pensaste tú

¿Qué?..yo…¡eso fue una trampa!

Y caíste, te gusta Alex

No .. Yo...a mí no me gusta Álex

Si apuesto que te gusta Cameron

Pues claro, es el amor de mi vida

Si él es solo eso y Álex es un reto que cualquiera en su sano juicio querría cumplir

Pues esa persona no soy yo

Me distraigo y en cuanto miro hacia la pantalla veo que el monstruo mata a una persona y por instinto abrazo al chico de mi izquierda que lo único que hace es reírse de mí por debajo

Genial ahora te asustas, sabes a veces haces que quede en ridículo frente a todos

Yo no quería ver la película, ellos insistieron, no es mi culpa

No es mi culpa, pues claro que sí, dios seguro que Alex se debe estar burlando de ti ahora

Eso no es cierto

Claro que sí

Claro que no

¡Que si!

¡Que no!

Pues míralo por ti misma

Me separé un poco de Alex para ver su cara y se están riendo disimuladamente y cuando digo disimuladamente, es porque su sonrisa se cogía la mitad de su cara

< Pero será idiota, quien en sus cávales no se asustaría por una película de terror>

Además no es para tanto solo fue un brinquito

- Imbécil - susurro para mí misma, pero como siempre él se da cuenta y me mira con el ceño fruncido

- ¿ Qué ?

- Nada

- Me has dicho imbécil

- No, yo no he dicho nada

- Eres mala mintiendo recuerdas, y no puedes culparme por reírme tendrías que haber visto tu cara cuando te asustaste

- Eso no te da motivos para que te burles de mí

- ¿Estás enfadada conmigo? - me preguntó un poco divertido

- Si - respondí cortante

- ¿Y entonces porque aún no me haz soltado el brazo, he? - en el momento en que lo dice soy consiente de que es verdad y me separo ante lo que él sonríe nuevamente

- Oh vamos, ven aquí pequeña - y tira de mí hasta quedar acurrucada en su pecho, lo que me tomo por sorpresa, pero no me queje y empezó a jugar con mi cabello

Sí que es encantador cuando se lo propone he

Si eso parece




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