La suave melodía inundaba toda la habitación.
Aquel niño de nomas de diez años tocaba el piano. Estaba tan concentrado en que el sonido fuera tan claro, que no se daba cuenta lo que pasaba a su alrededor.
Mientras tanto, afuera de la habitación, era un caos. Una tragedia en la familia Lee.
—Pero...—Sollozó. —¿Qué fue lo que pasó, Woohyun?
—Aún no sabemos cómo pasó, Sunmi— Respondió con frustración. —Revisamos todo, para que nada como esto pasará.
Aquel hombre ante su desesperación, se pasó su mano por su cabello.
—Tenemos que decirles lo que acaba de pasar— Volvió hablar él.
—¡No!— Habló rápidamente ella. —Yo no podría... ¿Cómo quieres que le diga a mis niños lo que acaba de pasar con sus padres?
Por instinto cubrió con sus manos su rostro, tratando que sus sollozos no se escucharán.
Él se acercó a su esposa para estrecharla entre sus brazos, le dolía verla en ese estado. Él sabía lo mucho que le dolía la noticia que le acaba de dar.
Ella se aferró a sus brazos, dejando que sus lágrimas salieran. Por más que intentaba asimilarlo, no podía, y le dolía en el alma lo que le acaba de decir su esposo.
Era lo más lógico, para ellos, el señor Lee era mucho más que un jefe. Ellos prácticamente lo habían criado desde que eran un bebé, ese bebé que ellos nunca pudieron tener.
Y cuándo él se había casado, él mismo les había dicho que lo siguieran. Ella gustosa lo hizo y su felicidad creció aún más cuando nacieron Hyukjae y Donghae.
Y ahora, su niño estaba muerto junto con su esposa. Aquella mujer que le dio la felicidad que él tanto necesitaba.
A su mente llegaron Hyukjae y Donghae, ellos tan solo eran unos niños y ahora eran huérfanos. Lloró aún más al pensar cómo reaccionarían ellos.
Se alejó un poco de su esposo y se limpió las lágrimas, tenía que ser fuerte por ellos. De ahora en adelante haría todo lo que estuviera a su alcance para sacarlos adelante.
—¿Qué vamos hacer?— Preguntó Sunmi.
—Primero decirles lo que pasó.
—¿Qué es lo que pasó?
Ambos voltearon hacia la misma dirección. Tanto como ella y él se tensaron al escuchar aquella voz infantil.
—Hyukjae...
—¿Ya llegaron papá y mamá?— Preguntó el niño. —¿O volverán hasta mañana?
Ambos se miraron por unos segundos, sin saber que decir.
—¿Qué pasa, nana?
—Hay algo que debemos decirles— Fue lo que respondió.
—¿Sobre qué?— Preguntó Hyukjae. —¿Otra vez se extenderá el viaje?
—No, mi niño— Respondió Sunmi, mientras se acercaba a su pequeño. —Es sobre otra cosa, pero deben estar Donghae.
—Entonces iré por él.
Antes de que ella pudiera contestar, Hyukjae había salido.
—¿Les dirás ahora?— Preguntó Woohyun acercándose a ella.
—De cualquier forma ellos sabrán— Dijo ella. —Es algo inevitable.
Minutos más tarde, tanto como Hyukjae y Donghae entraban a la misma habitación donde estaban ellos.
—Ya estamos aquí, nana— Habló Hyukjae. —¿Qué es lo que tienes que decirnos?
Sunmi suspiró, tratando de encontrar las palabras correctas.
—Mis niños, hay algo que deben saber— Dijo ella.
—No tienes por qué hacerlo, Sunmi— La interrumpió Woohyun. —Yo les diré.
—No, lo haré yo.
Ambos niños no entendían nada de lo que hablaban, sólo estaban atentos a lo que decían.
—¿Saben que sus padres los quieren mucho, verdad?— Preguntó ella. —Yo sé que sí, así como ellos lo quieren a ustedes.
Ambos niños asintieron.
—Pero ellos no volverán...
—¿No van a volver hoy?— Preguntó Donghae. —¿Entonces cuándo?
Sunmi sintió un nudo en la garganta, al escuchar aquella pregunta, necesitaba ser fuerte, por ellos.
—Ellos no van a volver nunca— Respondió.
—¿Pero por qué? ¿Acaso ya no quieren volver?— Volvió a preguntar Donghae.
—No es eso cariño— Respondió rápido su nana. —Ellos tuvieron que hacer un viaje muy largo, y que ellos no pueden volver.
—Hables nana, y diles que regresen— Dijo Donghae. —¿A dónde fueron?— Preguntó
—Ellos fueron al cielo y no podemos hacer nada para que regresen.
—¿Mamá y papá están muertos?— Preguntó Hyukjae.
La voz de Hyukjae la desconcertó por unos segundos. Hasta ese punto de la conversación él no había hablado.
—Sí— Respondió ella.
—¡No!
El grito de Donghae se escuchó por toda la casa. En cuestión de segundos su rostro estaba bañado de lágrimas al igual que el de Hyukjae.
—¿Qué fue lo que les pasó?— Preguntó Hyukjae.
—Se está investigando— Respondió Woohyun.
Hyukjae asintió.
—No nana— Dijo entre sollozos Donghae. —Dime que eso no es cierto, que papá y mamá volverán mañana.
Sunmi sintió que su corazón se rompía al escuchar al llorar a Donghae. Su niño más pequeño.
—Lo siento, mi niño— Su voz se quebró y abrazó a Donghae.
Por unos cuantos segundos estuvo abrazando a Donghae, para después alejarse de él y estirar su mano, hacia donde estaba Hyukjae.
Hyukjae se acercó a su nana y se dejó abrazar por ella.
Sintiendo como ella los abrazaba con fuerza, quizás en su intento de que no pudieran desmoronarse más de lo que ya estaban.