Ámate Como Yo Te Amo

CAPITULO 5

 

Louis se coloco el gorro y corrió hacia la cafetería más cercana, no hacía mucho había empezado a nevar; él sabía que pasaría, lo habían anunciado por televisión esa misma mañana, pero aun así había ido a visitar la tumba de sus padres.

– ¡Louis cuidado! – grito Demian intentando tomar el brazo de Louis, pero era demasiado tarde, había terminado por resbalar y caer de rodillas sobre la nieve. –Te dije que no te apresuraras.

– Lo sé. – contesto intentando ponerse de pie.

– Déjame ayudarte – dijo Kilian, tomando su brazo izquierdo mientras Demian lo tomaba del otro.

– Con cuidado – dijo Gael.

– Déjalos, así se caen los tres – contesto Zareck encendiendo su cámara para grabar.

– No seas cruel. – le dio un codazo.

– Vamos, solo me divertía. – rió. – Apresúrense trió de niñitas. – paso por un lado de ellos filmándolos. – Y aquí nos encontramos hoy con el elenco de, “el lago de los cisnes”, aplausos para nuestra hermosa estrella, bueno no pudimos conseguir algo mejor, “Louis”, y sus acompañantes. Demian, prefieres ser un puercoespín, un zorro, un venado, o el zorrillo.

– Zareck! – grito Gael riendo.

– Bueno a mi me vendría bien el puercoespín.

– Yo prefiero el Zorro. – contesto Kilian.

– Bueno supongo que por el cabello rubio seria Barbie. – contesto Louis riendo.

– Vaya!, alguien recuerda esa vieja caricatura. –dijo Zareck. –Puedo editarlo, me muero de ganas por ver a Louis con vestido.

– No es necesario. – dijo Louis cuando lograron ponerlo de pie.

– ¿Como que no es necesario? – pregunto Demian. –En mi opinión, si lo es.

– Oh!, sí!. – dijeron todos al unisonó.

– Chicos está haciendo frio, ¿Porque no entramos a la cafetería?

– Lo haremos. – contesto Demian. –Pero tú vas a ponerte ese vestido.

– Diablos. – sonrió

– Buenas! – grito Zareck al entrar a la cafetería.

– Buenos días, pase por favor. – le contesto una chica de pelo negro que usaba una coleta baja.

– Excelente servicio. – dijo viendo a la chica. – Dime ¿de casualidad sales temprano hoy? – le giño un ojo.

– Tengo novio. – le contesto con una sonrisa cordial.

– Si, eso creí. – camino hacia la mesa que se encontraba desocupada, haciendo como si el comentario no le hubiera afectado.

– Sesenta y tres. – dijo Gael.

– No, yo estoy seguro de que son sesenta y cuatro. – contesto Demian.

– No olviden a la chica que trabajaba en el hotel. – comento Kilian.

– Vamos, eso no importa. – dijo Louis. – Sesenta y ocho. – dijo tosiendo.

– ¿Qué?! – dijeron al unisonó, volteando a ver a Louis.

– Pero quien las cuenta.

– Bueno hay que admitir, que a pesar de todo no ha revelado su identidad.

– Tienes razón, es un chico fuerte. – dijo Kilian.

– Si lo hiciera, no solo él, si no todos estaríamos en problemas. – contesto Demian. – Pero en lo personal, prefiero tener una apariencia que pase desapercibida.

– Concuerdo contigo Demian.

– Ya siéntense!, después se pueden burlar de mi todo lo que quieran.

– No deberías invitar a salir a cualquier chica.

– Tiene razón, todos sabemos que Nira es quien te tiene loco.

– ¿Nira?, ¿La chica loca que siempre está siguiéndote? – pregunto Kilian.

– No está loca, y no, no me gusta.

– Tiene razón, a él le gusta Ana, su amiga de la infancia.

– Gael! – grito Louis volteando a ver a Zareck, el cual solo se levanto de la mesa y se fue en busca del cuarto de baño.

– Tú sabes que no debemos pronunciar ese nombre. – dijo Kilian.

– Así es, no abras viejas heridas.

– Se me salió, lo siento.

– Que no vuelva a pasar.

– De esta boca no saldrá ninguna palabra más. – dijo, juntando los dedos índice y pulgar y pasándolos por sus labios, simulando un cierre; terminado el acto con una sonrisa.

– Bien ahora….

– Disculpen. – una dulce voz interrumpió su plática – ¿Ya saben  lo que van a ordenar? – la chica pelirroja tomo la pluma que tenia metida entre su cabello perfectamente peinado en un rodete, y con la otra mano saco un bloc del bolsillo trasero de su pantalón. Louis sonrió al verla. Era la chica de la tienda de comics, con quien había estado coqueteado el día anterior. Al parecer, la fortuna estaba de su lado.

– Yo quiero un expreso doble.

– ¿Sin azúcar? – pregunto Serenity, al quitar la tapa de la pluma con los dientes.

– Sí.

– Yo quiero un Capuchino.

– Ca-pu-chi-no. – dijo entre dientes sin soltar la tapa, al mismo tiempo que lo anotaba en el bloc.

– Café con leche. – contesto Kilian. – Ah!, y podría traerme una taza con azúcar, prefiero endulzarlo a mi gusto.

– Claro. – contesto.

– Expreso doble, con azúcar. – dijo Zareck tomando asiento. – Y si se puede, tu número de celular.

 – Tengo novio.

– Sesenta y nueve. – susurraron los chicos riendo, a excepción de Zareck.

– Un late. – dijo Louis sin dejar de ver a la chica, la cual no se había percatado de su presencia.

-Un la-te. – Serenity volteo al lugar donde estaba Louis y al verlo quedo con la boca abierta dejando que la tapa de la pluma cayera al  piso; de forma involuntaria se tiro al suelo en un intento por ocultarse, pensando en alguna excusa lo bastante buena; como para no quedar en ridículo por lo que acababa de pasar.

– ¿Tan feo estoy? – pregunto Zareck.

– No eres tú, créelo. Déjamelo a mí. – Louis se metió por debajo de la mesa y se encontró con los ojos de Serenity; estaba sorprendida, de eso no le quedaba duda, pero él lo estaba aun mas, no esperaba encontrársela tan pronto.

– ¿Qué haces aquí? – pregunto Serenity con voz tenue.

– Yo… vine con unos amigos, ¿Trabajas aquí?

– No, bueno si.

– ¿Qué quieres decir con eso?

– No lo sé. – Serenity deslizo sus piernas hacia atrás, tratando de huir de él sin que se diera cuenta.




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