Emily Blumer
Lunes 31 de diciembre de 2018.
Dicen que las primeras cuarenta y ocho horas de desaparición de una persona son las más importantes, para mí fueron las más difíciles. No sé si estar preocupada por mi amigo o estar tranquila porque sé que en algún momento va a aparecer.
Siempre suelo estar en el medio con respecto a discusiones y distintas opiniones, intento tener una postura neutra y no estar ni de un lado ni del otro. Me parece que todos en alguna parte siempre tenemos razón. Lo malo de tener ese pensamiento es que, en situaciones como esta, donde no se sabe qué hacer, no sé si ponerme del lado de Winter o del lado de Asher Collins. La amiga de Tyler está convencida que algo tuvo que haber pasado porque si no, los chicos ya hubiesen aparecido y Tyler nos hubiese dicho dónde está en el caso contrario. Lo que ella no entiende es que, tal vez, Tyler sí me ha dicho dónde está, pero mi mente no lo recuerda.
Por otro lado, está el hermano de Nell, Asher, quien prefiere esperar un poco más antes de hacer una denuncia, a pesar de haber llegado a mi casa a las ocho de la mañana para preguntarme todo lo que sabía. No se lo veía muy tranquilo cuando conversamos en la puerta, ni tampoco cuando casi se desmaya.
Cuando lo vi llegar a mi casa, me impresioné. ¿Cómo puede ser que una persona sea tan parecida a mi hermano y, de todos modos, me parezca totalmente atractivo? Hasta estuve a punto de contestarle algo muy irrespetuoso cuando insinuó que su amigo Connor era "caliente". Estamos todos de acuerdo en que él puede superarlo sin problemas, ¿no? Sin embargo, no lo dije. Tampoco hice ningún comentario cuando me lo encontré con el torso desnudo en mi sillón mientras volvía de la cocina. Mi vaso estuvo a punto de caerse cuando lo vi. Parecía que acababa de salir de un entrenamiento o de ducharse, la transpiración recorría todo su cuerpo. Si cada vez que lo vea va a estar de ese modo, podría planificar encuentros absolutamente todos los días de la semana.
Cuando estaba por desmayarse no sabía si gritar para llamar a mi madre o simplemente intentar solucionar la situación por mi cuenta. Imaginé lo que diría mi madre si encontraba a un completo desconocido de ese modo en su casa y preferí inclinarme por la segunda opción.
Toqué su hombro, pensando que quizá, si lo movía un poco, no se desmayaría, pero creo que no lo notó. También intenté hacerle tomar agua, pero cuando me percaté que sólo iba a provocar que se atragante, mi única solución fue mojarlo completamente y hacerlo despertar. Ni siquiera sabía qué pensar cuando lo vi completamente empapado por mi culpa
Le ofrecí quedarse un rato más ya que no creía que estuviera en condiciones para manejar, pero de todas formas decidió irse. No estaba muy de acuerdo con ello pero no iba a retenerlo.
Mi madre me bombardeó con preguntas de inmediato luego de ver a Asher abandonar mi casa. Muchas de ellas no pude responderlas pero, aunque no estuvo bien, tuve que mentirle en un dato no muy relevante. Le dije que era amigo de Winter y de Tyler en la Universidad y estaba muy preocupado por su desaparición. En parte no mentí mucho, preocupado estaba.
—¿Ayudarás a mami hoy? —se asomó Sonny por el umbral de la puerta de mi habitación. Había terminado de ducharme y estaba a punto de vestirme. Con fuerza sostuve la toalla alrededor de mi cuerpo para que no se cayera.
—¿Para la cena de fin de año? —pregunté dudando en si se refería a eso o no.
—No, eso no. A preparar la casa para recibir a la policía —respondió y mi boca se secó—. Se ha pasado toda la mañana diciendo que la policía vendría a casa y que tenía que estar presentable.
—¿Estás seguro de que escuchaste eso, Sonny?
—Claro que sí, Emi. La policía es mala, ¿no? —dijo atemorizado y quise matar a mi madre por meterle ideas de ese tipo en su cabeza.
—La policía no es mala si tú no eres malo. ¿Cómo te has portado últimamente? —lo miré fijo queriendo intimidar. Sus hombros se alzaron restándole importancia a mi pregunta.
—Santa me ha traído muchísimos regalos esta Navidad así que eso significa que me porté muy bien.
—Entonces no tienes nada de qué preocuparte —sacudí sus rulos y me reí frente a su cara de fastidio.
—Emi, eres una hermana mayor muy buena, pero si no dejas de tocar mi cabello no te haré ningún otro truco de magia —me señaló con su dedo para amenazarme y rápidamente dejé de tocarlo. Ahora que lo pienso, a mí tampoco me gusta que me toquen mi cabello, aunque solo Rye lo hace.
Luego de que Sonny se fuera, y después de vestirme, bajé las escaleras para preguntarle a mi madre a qué se refería mi hermano cuando mencionó que vendría la policía. Cuando llegué al living, mi padre estaba mirando la televisión y rápidamente notó mi presencia.
—Buen día, Emi. ¿Estás lista para tu último día del año? —me habló sin quitar su vista del televisor, tomando su taza de café que estaba sobre la mesita en frente suyo.
Mi padre, Josh Blumer, siempre ha sido totalmente distinto a mi madre. Él tiene una chispa de juventud muy en el fondo de su corazón y eso se nota. Tal vez se debe a que trabaja vendiendo videojuegos. En cambio, mi madre no; su juventud se perdió hace más de veinte años.
—No te das una idea —contesté dispuesta a buscar a mi madre para interrogarla. Aunque, si lo pienso mejor, tal vez termina sin decirme nada porque prefiere mantenerlo oculto—. Pá, ¿sabes por qué Sonny anda diciendo que la policía vendrá hoy? —me acerqué al sillón junto a él y me senté en un costado.
—¿La policía? ¿Por qué vendría a casa? Claro que no, serán ideas de tu hermano —me respondió, lo cual me provocó cierto alivio.
Luego de cinco minutos enfrente del televisor intentando prestar atención al programa que estaba viendo mi papá me fui hacia la cocina. Todavía no había desayunado, ya que inmediatamente después de recibir a Asher Collins me fui a duchar.