Amber

Capítulo 12

Asher Collins

Sábado 5 de enero de 2019.

Al entrar a Guys, con ayuda de Froy llevamos a Jordan hacia la barra y lo sentamos en una silla alta para que pueda quedarse allí toda la noche. Lucy todavía no había llegado, así que le expliqué más o menos a Winter cómo era el movimiento por aquí. Todos suponemos que habrá muchísima gente en la fiesta porque la discoteca estuvo cerrado varios días. Justamente por eso les prometí a ambos que cada vez que pudiera librarme de la investigación vendría a ayudarlos.

Mientras se iba llenando Guys, el resto del grupo comenzó a dividirse por todo el lugar. Connor estaba en la puerta de los baños masculinos y Emily en los femeninos. Por otro lado, Phoebe y Sarah se mantenían firmes junto a la cabina del DJ para pasar desapercibidas, ya que muchos las conocen como las mejores amigas de la chica que desapareció. A mí particularmente no me interesó tanto que me reconocieran porque, de todas formas, lo hacían desde siempre. Al fin y al cabo, tendría que estar trabajando hoy.

Froy se quedó en la puerta de entrada para avisarnos si Jeff, mi jefe, llegaba sin anticipación y, aunque Lucy me aseguró que no vendría, podría llegar de sorpresa en cualquier momento. En el caso que eso pase, tendríamos que quitar rápidamente a Jordan de la barra y reemplazarlo por mí. Solo espero que Froy haya visto bien las fotos que le mostré sobre él, así puede reconocerlo si es que viene.

Dejando a Jordan y a Winter con el resto de las chicas en la barra me fui hacia donde estaban Phoebe y Sarah. Ambas tenían una espuma en la mano. Cuando me vieron Phoebe me bañó el pote sobre mi camiseta y mi cabello.

— ¡Phoebe! ¡Dijimos que no íbamos a usarlas! —gritó Sarah cuando se dio cuenta que la espuma de la rubia estaba vacía.

—Sí, Phoebe. No tenías que bañarme con ella —la miré fijamente sin ningún rastro de diversión. Se la iba a devolver.

—Perdón, era necesario —se rio y tiró el pote ya vacío en un cesto de basura. Sin que pueda verme le quité la espuma a Sarah y la coloqué en la cintura de mi pantalón por la parte de atrás para que no se note.

— ¿Cómo va todo? —pregunté para poner mis manos disimuladamente en mi espalda y prepararme para lo que se venía.

—Nada nuevo, nos dieron un papel muy importante a nosotras por suerte —me recriminó Sarah. Es verdad. Creo que la presencia de ellas aquí era la que menos importaba, pero de todos modos tenían que estar.

— ¿Cómo lo sabes? Tal vez el DJ se descompone y ustedes están a tiempo de avisarnos.

—Eso es algo poco probable, Asher—me miró las manos y me guiñó un ojo dándome el visto bueno para que haga mi maldad.

Phoebe parecía estar buscando a alguien mientras nosotros hablábamos así que ni siquiera tuve que esforzarme mucho para vengarme. Tomé la espuma de mi espalda, me llené una de mis manos con espuma y sin pestañear se la refregué por todo el cabello.

— ¡ASHER! ¿QUÉ HACES, IMBÉCIL? —intentó zafarse de mí mientras yo la seguía teniendo por los hombros y le vaciaba el pote de espuma en la cabeza.

—Tú has empezado, Pheebs —le toqué un poco el rostro para mancharla y cada vez su cuerpo hacía más fuerza para quitarme de encima.

—Eres de lo peor, Ash —se soltó y se limpió el pelo con las manos como pudo—. Qué lástima, tendré que irme de mi puesto para ir a lavarme —gruñó y nos dejó a Sarah y a mí solos en el medio de la pista.

—No te muevas, ya venimos —hablé hacia Sarah, estirando mi mano manchada de espuma dándole a entender que no la dejaría irse sola. Ella asintió y yo seguí a Phoebe hacia los baños femeninos.

— ¿Por qué en el pelo, Asher? Tardo horas en arreglármelo —se percató que venía a su lado y se cruzó de brazos.

—Cállate. Eres linda igual —la abracé por los hombros como lo había hecho hace unos minutos, pero mucho más suave.

—Sí, claro. Para ti porque soy prácticamente tu hermana. Para el resto de los mortales no.

— ¿Qué dices? A un montón de personas les pareces hermosa.

—A ver, ¿a quién? —frenó en seco y fijó su mirada en mí.

—Bueno... si me presionas no podré pensarlo bien —me crucé de brazos al igual que ella e imité una mueca de enfado.

Lo malo es que para ella todo esto no es un chiste como para mí. Miles de veces escuché conversaciones entre Nell y ella, en donde mi hermana le decía que no tenía que preocuparse por su apariencia. Supuestamente todo podía arreglarse con maquillaje y buena actitud. Ése era el problema de Phoebe: su actitud es totalmente transparente. No le gusta ser sociable ni nada parecido.

—Me lo imaginé —siguió caminando y preferí no decirle nada más.

Cuando llegamos a la puerta de los baños femeninos, Emily no estaba allí como pensé. ¿A dónde se habrá ido?

—Espérame aquí —Phoebe entró al baño y tomé mi teléfono para revisar el grupo.

Tal vez Emily tuvo que cambiar de puesto con alguien y lo avisó por allí. Cuando quise ver si tenía algún mensaje, alguien tiró de una de las mangas de mi camiseta tirándola hacia abajo. Como pude mi giré a ver qué pasaba y me sorprendí al ver a la pelirroja a punto de caerse al suelo.

— ¡Hey! ¿Estás bien? —la tomé de la cintura para que se levantara y cuando me miró volvió a resbalarse. Por favor, Universo, que no esté tomada. Que nadie tome esta noche. No es el día perfecto—. ¿Qué pasa? —me reí e intenté tomarla más fuerte para que no vuelva a caer. Nuestros pechos se estaban rozando y por muy poco nuestros rostros también lo estaban haciendo.

—No fue buena idea traer estas zapatillas. No puedo caminar —quiso separarse de mí, pero mi mano no la soltó.

— ¿A dónde vas?

—A... aquí. No sé... —intentó responder, pero no pudo. Mis ojos la miraron con más intensidad y fruncí el ceño.

—Me has dicho que no puedes caminar y ¿te quieres ir?

—No, claro que no. La palabra correcta no es querer irme, en realidad. Tengo que estar pendiente del baño de mujeres —parecía más nerviosa de lo común.




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